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El futbol, ante los desafíos más grandes de su historia

BARCELONA -- "En el futbol, lo único insustituible son los hinchas". La frase, de Marcelo Bielsa, cobra especial relevancia en estos tiempos de pandemia que desde hace cerca de nueve meses ha cambiado a una nueva normalidad y que con el regreso de las competiciones, tras el largo confinamiento de la primavera de 2020, ha dejado los estadios vacíos. Se juega a futbol, sí, pero la pasión ha desaparecido y los aficionados deben conformarse con seguir a sus equipos por televisión.

Hay quien sospecha que se va perdiendo poco a poco esa identificación de los hinchas, considerando urgente recuperar los viejos tiempos antes de que sea tarde. Y mientras el mundo avanza en la lucha contra el covid-19 el fútbol pelea por sobrevivir o, al menos, por minimizar las pérdidas que la pandemia está provocando a todos los niveles.

"Se hizo una previsión aventurada cuando se estableció el regreso paulatino de los aficionados a los estadios a partir de febrero de 2021" explicó a ESPN Deportes un ex dirigente del Barcelona, uno de los clubs más golpeados por la crisis. De hecho, esa previsión surgió de LaLiga, que llegó a establecer el Clásico que se debe disputar en abril como la fecha señalada en el retorno a la normalidad. Incluso la Federación Española de Futbol pospuso la final de la Copa del Rey de 2020 a abril de 2021 para que los aficionados de Athletic y Real Sociedad pudieran acudir a un partido que hoy, a falta de confirmación oficial, ya se sabe se jugará a puerta cerrada.

EL REGRESO

De entre las grandes Liga de Europa, Inglaterra, Francia y Alemania se animaron a abrir las puertas de los estadios a un pequeño porcentaje de hinchas... Viéndose obligadas, por la gravedad de la pandemia en todos los países, a desechar la idea y volver a jugar sin público.

Y llegado el mes de febrero de 2021 el gran reto del fútbol es averiguar cuándo se podrá, por fin y con todas las medidas de seguridad, recuperar a unos hinchas que, por inverosímil que pueda parecer, han dejado de ser lo único insustituible del fútbol para convertirse en los grandes perjudicados.

Ahora bien, sin hinchas en las gradas no hay recaudaciones, no hay venta de merchandising, las televisiones renegocian a la baja los contratos y las arcas de los clubs se vacían... Porque los gastos no se reducen. Por más que se llegue a acuerdos (cuando eso se consigue) con los profesionales para que se reduzcan o al menos difieran sus salarios, la mochila es cada vez más pesada y obliga a adecuar presupuestos a la baja que provoca, por ejemplo, que los grandes desembolsos por fichajes hayan desaparecido.

El último mercado de invierno, sin ir más lejos, fue el menos cuantioso en España desde 2013 y esa caída se arrastró por toda Europa. Por si fuera poco, los cracks que deben negociar nuevos contratos se abocan a reducciones importantes en sus salarios o se arriesgan a esperar tiempos mejores. Y así podemos ver, por ejemplo, a futbolistas como Diego Costa, Alex Teixeira, Ramires, Alexandre Pato, Wilfried Bony, Ezequiel Garay o Ahmed Musa sin equipo.

"La recuperación será lenta pero será" aventuró el mismo ex dirigente consultado, convencido de que en cuanto los aficionados regresen a los estadios la situación irá normalizándose paulatinamente. ¿Cuándo? En España nadie se atreve a especular abiertamente y aunque el silencio es absoluto crece la sensación de que la temporada 2020-21 pasará a la historia por completarse toda ella sin público. A partir del verano... Ya se verá.

RACISMO Y DISCRIMINACIÓN

Ver futbol por televisión, sin aficionados en la grada, ha provocado un nuevo fenómeno que se ha convertido en noticia... Y provocado que las autoridades hayan tomado cartas en el asunto. Si antes, con los campos llenos, la mayor parte de conversaciones, insultos o faltas de respeto entre los jugadores se desconocían, el vacío de los campos ha descubierto muchas de las cosas que ocurren en el césped. No siempre agradables, mucho menos adecuadas.

En el mes de septiembre, durante un partido entre el Olympique de Marsella y el PSG, Álvaro González y Neymar provocaron un escándalo a cuenta de los insultos del defensor español contra el crack brasileño, que le acusó abiertamente de racista en una pelea que provocó el pasmo generalizado.

No menos de lo sucedido en diciembre en el Parque de los Príncipes, cuando durante el partido de Champions entre el PSG y el Basaksehir Sebastian Coltescu, cuarto árbitro del encuentro, se refirió a Pierre Webó, segundo entrenador del conjunto turco, como "negro" motivando la retirada del equipo y un nuevo escándalo de grandes proporciones que motivó la suspensión del colegiado.

Los tres partidos de suspensión y multa de 136 mil dólares que recibió Edinson Cavani por usar la expresión "negrito" en su cuenta de instagram como respuesta a un amigo que le felicitaba por su actuación ante el Southampton fue otro capítulo... Aunque esta vez con una connotación distinta, entendiéndose la palabra del delantero uruguayo como un signo normalizado, y sin connotaciones racistas, en su país.

Sin embargo, tanto la UEFA como la FIFA llevan meses en estado de alerta con estos comportamientos en el terreno de juego que han dejado de ser en su mayoría desconocidos y que tanto las cámaras como los micrófonos descubren para el gran público.

Acabar con el racismo y toda clase de discriminación se ha convertido en uno de los grandes objetivos del fútbol profesional cuyos cambios en los últimos años ha sido notorio y que se pretende, cuando la afición regrese a los estadios, se convierta ya en una realidad continuada. Si hace dos décadas, o incluso menos, se entendía 'normal' unos insultos desde las gradas que hoy se han borrado del día a día... Trasladar todos los estándares de buen comportamiento a los terrenos de juego se contempla una tarea pendiente, y urgente, en el deporte rey.

HOMOFOBIA

El 2 de mayo de 1998 Justin Fashanu se ahorcó en Londres. Delantero prometedor desde que debutase en el Norwich en 1978, el Nottingham Forest le incorporó en 1981 por una cifra millonaria... Y allí comenzó su calvario. Brian Clough, su entrenador, descubrió su homosexualidad (no declarada) y le apartó del equipo.

No era oficial pero sí conocido que Fashanu era homosexual y todo ello lastró toda su carrera deportiva, más aún a partir de que en octubre de 1990 declaró abiertamente en una entrevista que era homosexual.

Despreciado por los aficionados, señalado por una sociedad intolerante y abandonado por sus propios colegas de profesión, en mayo de 1998 , se ahorcó en un garaje de Londres. Dejó como nota el siguiente texto: "Ya he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis amigos y familia. Espero que el Jesús que amo me dé la bienvenida y finalmente encuentre la paz".

¿Provocó aquella tragedia un cambio en el futbol? En absoluto. "Me encantaría no tener que vivir así, pero la realidad es que hay mucho prejuicio en el fútbol. He escuchado cánticos y comentarios homófobos de los aficionados sin motivo alguno. No me molesta durante los partidos porque estoy muy concentrado en el juego, es cuando vuelvo en el avión o el autobús y tengo tiempo cuando me acuerdo.

“Mi plan es seguir jugando mientras pueda y anunciar mi sexualidad cuando me retire" escribió un jugador de la Premier League, desde el anonimato, y dando cuenta de una realidad tan cierta como oculta, aún a día de hoy.

"No sé si aconsejaría a un futbolista salir del armario", reconoció en su día Toni Kroos mientras otros cracks del fútbol europeo como futbolistas europeos, como Thierry Henry o Frank Lampard, pedían respeto después de que el legendario Oliver Kahn fuera mucho más preciso: "Mejor que no lo declaren".

Así, mientras en el fútbol femenino se rompió la barrera y una de las mayores estrellas mundiales, Megan Rapinoe, proclamó abiertamente su homosexualidad, en el masculino el tabú permanece... Por más que los organismos oficiales pretendan acabar con tal discriminación y desde no pocos ámbitos se anime a cualquier jugador homosexual a proclamarlo abiertamente.

El alemán Thomas Hitzlsperger confesó su homosexualidad... Después de retirarse y se sigue esperando que contra la intolerancia se sumen futbolistas en activo. Un reto que no se ha conseguido, de momento.

Hoy, tanto la UEFA como la FIFA llevan meses en estado de alerta con estos comportamientos en el terreno de juego y alrededor suyo que han dejado de ser en su mayoría desconocidos y que tanto las cámaras como los micrófonos descubren para el gran público.

Acabar con el racismo y toda clase de discriminación se ha convertido en uno de los grandes objetivos del fútbol profesional cuyos cambios en los últimos años ha sido notorio y que se pretende, cuando la afición regrese a los estadios, se convierta ya en una realidad continuada. Si hace dos décadas, o incluso menos, se entendía 'normal' unos insultos desde las gradas que hoy se han borrado del día a día... Trasladar todos los estándares de buen comportamiento a los terrenos de juego se contempla una tarea pendiente, y urgente, en el deporte rey.