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Joan Laporta cumple 100 días al frente del Barcelona, 18 años después de ganar la elección de 2003

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Laporta: Hay unidad de criterios con Koeman (0:49)

Durante el anuncio de la continuidad de Ronald Koeman al frente del Barcelona, Joan Laporta reveló que tomaron la decisión tras un periodo de reflexión y análisis. (0:49)

BARCELONA -- Joan Laporta cumple este martes 100 días desde que el 7 de marzo ganó las elecciones a la presidencia del Barcelona coincidiendo, además, con los 18 años de la que fue su primera victoria electoral, el 15 de junio de 2003 en que arrasó en las urnas para el comienzo de una nueva era que al cabo del tiempo pretende recuperar.

Su lema de campaña ("lo volveremos a hacer") mantiene atenta a una hinchada dividida entre seguidores acérrimos, críticos innegociables y aficionados expectantes dispuestos a mantener la confianza sin dejarse llevar por corrientes favorables o contrarias con más corazón que argumentos.

Su llegada a la presidencia en 2003 significó el asalto de la clase media y el final de camino para un abogado de 41 años, convertido en el azote del poder establecido y que recuperó en un abrir y cerrar de ojos la autoestima de un club derrumbado a todos los niveles. Hay quien mantiene que el Laporta de 2021 no es tan distinto de aquel, que la "experiencia es un plus a su favor" y ha aprendido de errores pasados, pero, también, quien sostiene que manteniendo el carisma de entonces ni tiene el mismo ímpetu ni, tampoco, un plan definido como el de aquel momento, rodeado como estaba de un núcleo duro de colaboradores, con Sandro Rosell, Ferran Soriano o Marc Ingla al frente, que fueron capaces de dar la vuelta a la entidad.

En 2003 aterrizó implantando un plan de choque soberbio. Aumentó, y no poco, el precio de los abonos del Camp Nou en la que fue su determinación más impopular y controvertida a la vez que despedía sin que le temblase el pulso a personajes históricos como Ricard Maxenchs, rebajaba el salario a varios futbolistas, revolucionaba el vestuario dando hasta 12 bajas y cerraba la puerta del estadio a los violentos, en su decisión más aplaudida.

Acabó con los radicales a la vez que se entregaba sin disimulo a la figura de Johan Cruyff, su gran oráculo, y se manifestaba abiertamente catalanista con un discurso desacomplejado y radical al que los resultados, lo más importante, no acompañaron de entrada... Aunque no tardarían en llegar.

NUEVO/VIEJO
Los primeros 100 días de su presidencia en 2021 tienen aspectos comparables a entonces. Si en 2003 la situación económica que le había dejado Joan Gaspart era preocupante, la que ha heredado ahora de Josep María Bartomeu es crítica. Hasta el punto que debe ponerse en manos de fondos de inversión para evitar que el club entre en suspensión de pagos.

Se espera, cada vez con mayor impaciencia, que su anunciado fin de ciclo futbolístico tenga nombres y apellidos entre una plantilla envejecida y muy bien pagada. Demasiado a la vista de los resultados y, más aún, de esa situación financiera... Pero si entonces pudo negociar tantas bajas, no se sabe cómo podrá hacerlo ahora con contratos firmados que los jugadores defienden con uñas y dientes.

Si en 2003 su equipo directivo no tuvo problemas a la hora de presentar los avales necesarios para dirigir el club, esta vez no consiguió cerrar el asunto hasta el última día, de madrugada, con un acuerdo sobre la bocina con el Banco de Sabadell, una empresa (Audax Renovables) que provocó la entrada de un vicepresidente económico (Eduard Romeu), la colaboración de Jaume Roures y hasta la llegada de 10 millones de una procedencia, hoy aún, desconocida.

Ronaldinho fue entonces la imagen de su victoria y a la espera de Memphis Depay es Sergio Aguero el futbolista mediático de la nueva era. Durante la campaña electoral jugó con el nombre de Erling Haaland... Y una vez en el club entendió Laporta, como todos sus directivos, que este Barça no puede jugar en la Liga de los fichajes millonarios. No todavía...

En 2003 entró con su entrenador, Frank Rijkaard, porque Cruyff no pudo acordar con el Ajax el fichaje de Koeman y en 2021 ha tenido que mantener al propio Koeman porque ni podía/quería pagarle un finiquito ni tampoco tenía un sustituto de plena confianza para el banquillo.

Pero estos primeros 100 días de su segunda etapa tienen aún más componentes que provocan dudas. La adhesión a una Superliga Europea en la que va de la mano de Florentino Pérez y que deberá explicar con pelos y señales a los socios compromisarios el próximo domingo; los despidos de personajes como García Pimienta o Guillermo Amor o el bisturí aplicado a una sección de balonmano que ganando todos los partidos y todos los trofeos de la temporada ha sufrido la salida de sus dos líderes (el entrenador Xavi Pasqual y el manager David Barrufet) porque no entraban en el proyecto de futuro del presidente... O quizá habría que decir de sus consejeros.

Laporta retocó el código ético para fichar a su hermana y posicionarla en un cargo de nueva creación semanas después de una criba mayúscula en los despachos ejecutivos que se llevó por delante no solo a Albert Soler, Gómez Ponti, Òscar Grau o Pere Jansa, sino también a Nacho Rodríguez (manager de la sección de basket).

Los primeros 100 días de Joan Laporta como presidente del Barça en su segunda etapa mantienen ciertas similitudes con sus primeros 100 días de 2003... Pero ni el Barça de 2021 es el mismo club de entonces ni se espera que exista, cuando comience la temporada, la paciencia que hubo en aquel momento.