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La portera Sandra Paños: talento y experiencia con el Barcelona y la Selección de España

Sandra Paños, portera internacional del Barcelona, de 29 años, vive y disfruta del mejor momento de su carrera deportiva, que comenzó siendo una niña en su Alicante natal y que desde 2015 protagoniza en azulgrana.

Personaje clave y en los mejores años del fútbol femenino del Barça, Sandra rememoró con ESPN Deportes su largo camino al éxito, el apoyo innegociable de su familia y el momento actual de un deporte que reconoció en crecimiento pero con mucho margen de mejora para confirmar el papel de la mujer en el mundo profesional.

¿Qué significa para una chica que comenzó a jugar en un momento en que el fútbol femenino era poco menos que invisible llegar a ser la titular del campeón de Europa?

Es un orgullo. A cualquiera le gustaría estar en un equipo campeón, en todos los sentidos, como es el Barcelona. Te llena de orgullo disfrutar cada día con las mejores y eso te empuja a ser mejor y seguir creciendo. Al final me demuestra que las decisiones que tomé en su día fueron las acertadas.

Su padre, Luis Ernesto Paños, fue futbolista profesional en Primera División. ¿Le entró a través suyo el gusanillo del fútbol?

Sí es cierto que de pequeña siempre iba a ver a mi padre y mi hermano (Javier Paños) también fue futbolista en Alicante, aunque por lesiones no llegó a jugar en Primera... Cuando eres pequeña viendo a tu padre jugar siempre estás con la pelota, te mueves alrededor de este ambiente y también jugaba mucho con mi hermano en casa... Nunca lo he pensado realmente, pero sí puede ser que de ahí naciera todo, aunque en mi familia, mi madre (Gemma García-Villamil) también fue atleta, siempre nos inculcaron que el deporte era muy importante, no por el hecho de ser profesional, sino por sí mismo, para la vida.

Y usted, por sí misma, ¿en qué momento se plantea que quiere dedicarse a esto, a ser futbolista profesional?

A ver, es que yo desde siempre tuve la idea, la ilusión y el objetivo de ser futbolista profesional, incluso desde que no existía el profesionalismo en el fútbol. A mí me encantaba soñar que podía ser jugadora profesional y aunque cuando empecé esto era muy difícil porque sí, algo percibías pero era simbólico, con el paso del tiempo ya veía que sí sería posible. En mi caso es un hecho de convencimiento, de ilusión y ganas porque es lo que siempre había deseado.

Siempre se ha dicho que los porteros tienen que estar un poco locos. En el caso de una portera, ¿eso es aún más acentuado?

Bueno, sí que se dice pero no es distinto, pienso. La posición del portero es especial y no sé si se puede decir locura o cómo pero sí es distinto porque muchas veces se habla de la soledad y es verdad. Trabajas bastante al margen del grupo, con un trabajo distinto y específico... Te tiene que gustar y yo no veo ningún punto de locura aunque a veces alguna compañera sí me lo dice.

Usted llega al Barça en 2015 desde el Levante. ¿Imaginaba esta trayectoria? ¿Convertirse en referencia mundial?

Sabía el proyecto ambicioso que tenía el Barça. Cuando jugaba en el Levante era un equipo que ganaba, que lograba títulos y era de los mejores equipos de España, pero sentí que necesitaba dar un salto, dar un paso, y eso me lo ofrecía el Barça. Ya jugaba Champions, estaba creciendo y vine aquí para ganar cosas, aunque en ese momento ves muy lejos la posibilidad de ganar una Champions.

Pero ahí está...

Bueno, al final, con mucho esfuerzo y trabajo, con muchas piedras en el camino, hemos conseguido todo lo que hemos conseguido y ojalá sigan viniendo más.

En 2019, el Lyon les golea en la final de la Champions dando la impresión que aquel equipo era inalcanzable. Dos años después ustedes son campeonas y otra vez favoritas. Cuando se llega a este nivel, ganarlo todo, ¿cómo se mantiene la ambición y exigencia?

Nosotras sabemos que sin trabajo las cosas no llegan y el mejor ejemplo es aquella final de Champions que nos meten cuatro y al cabo de dos años vuelves y eres tú la que ganas por 4-0. Aquí hay que trabajar día tras día para mejorar y saber que no por llevar una buena racha vas a ganar sin más porque el fútbol no da el resultado de antemano. Estamos muy concienciadas de que los éxitos se logran con trabajo y en el Barça eso es indiscutible cada día.

Nominada al Balón de Oro. ¿Lo esperaba? ¿Qué sintió al ver su nombre en la lista?

No, la verdad es que no me lo esperaba. Sé que he estado reconocida como una gran portera, de las mejores de Europa, y es cierto que cuando ganas títulos, más aún la Champions, es más fácil ser reconocida por tu trabajo pero eso lo veía muy lejos. En ese momento pensé y recordé todo el trabajo hecho, todo el tiempo que le dedicas y que obtienes una recompensa... Y en la familia, los amigos, mi pareja... Toda la gente que ha estado ahí en todo momento apoyándome.

Que hubieran cinco jugadoras del Barcelona entre las nominadas ya fue un éxito. ¿Faltó que copasen los tres primeros puestos como hizo el equipo masculino en 2010?

A ver, ya era algo muy exitoso que fuéramos el equipo con más nominadas y que las dos primeras, Alexia (Putellas) y Jennifer (Hermoso), fueran del Barça fue un gran premio para ellas y para todas. Una gran hazaña. Que hubiera una tercera clasificada, Lieke Martens fue quinta, habría sido la guinda, pero pienso que todo el mundo en el club y fuera de él puede estar contento con lo conseguido porque es la recompensa al trabajo. Esta clase de reconocimientos refuerza al equipo.

Suena irónico, pero con todo lo que han ganado, y siguen ganando, se les quita valor...

Sí. Pienso que es un error... Pero eso pasa fuera porque dentro del equipo no ocurre. Ganas en el campo del Real Madrid por 1-3 y no se le da mérito porque no has goleado, pero nosotras no pensamos en ello. Quiero decir que desde fuera te puede desestabilizar pero dentro sabemos lo que hay, las dificultades y el esfuerzo de cada partido, cada viaje, cada entrenamiento...

Que se le de valor al equipo que pierde... porque no le golearon. ¿Cómo lo encaja?

Bueno, a nosotras nos da bastante igual porque estamos contentas con el trabajo que hemos hecho. No solo miramos el ganar, sino el cómo ganamos, cómo jugamos... Da rabia en un primer momento pero luego piensas, 'Ojo, que lo que acabamos de hacer es grandioso'. Y lo que seguimos haciendo. Desde fuera quizá no se valora, pero la realidad es que este equipo no se cansa, sigue trabajando para seguir ganando y ser cada día mejor.

¿Se ve mucho tiempo en el Barcelona? Si mañana le llama otro club, pudiera ser el Real Madrid, ¿se plantearía marcharse?

A ver, tengo dos años más de contrato y no me lo planteo, pero si en algún momento llego a pensar, como cuando estaba en el Levante, que necesito otra motivación... pues ya veríamos. Soy profesional, pero no me motiva solo un aspecto de dinero. Cuando yo sienta que mi etapa aquí ha terminado, tomaré las decisiones que tenga que tomar. Pero, por suerte, soy súper feliz en el Barcelona, confío en este equipo, que es el mejor del mundo y no tengo nada que me haga pensar en dejarlo. Llevo siete años aquí y los primeros fueron difíciles porque no ganábamos, pero ahora lo que quiero es seguir disfrutando y seguir ganando cosas.

¿Sueña con jugar en un Camp Nou lleno o eso es una utopía?

En algún momento creo que sí puede llegar a pensarse en ello. Está claro que ahora no. pero en un futuro más o menos cercano la cosa seguirá cambiando. También es verdad que meterte en un Camp Nou con 80 mil personas no es fácil. Para conseguirlo hay que hacer una buena propuesta porque ahora logramos casi llenar el estadio Johan Cruyff y eso se nota, cómo nos sentimos arropadas. No me cabe duda que llegará el momento en que se pueda jugar en el Camp Nou pero no ahora.

Ya llenaron el Wanda Metropolitano en marzo de 2019, en un partido contra el Atlético de Madrid que se convirtió en record mundial de asistencia en un partido de clubs...

60 mil personas, sí. Es algo que no podremos olvidar porque fue una sensación increíble. Y además ganamos. Aquello se preparó bien, se publicitó, se animó a la afición a ir al campo y se demostró que sí se puede hacer. Es lo que decía, que debe haber una buena propuesta porque interés sí hay. Pero, ahora, no se puede pensar en que eso se pueda hacer cada semana.

Antes habló del tema salarial, de su época en el Levante y la diferencia con ahora... La Federación de Irlanda ha impuesto igualdad salarial entre las selecciones masculina y femenina, en Estados Unidos se habla de ello y también en Suecia o Noruega. ¿Se puede plantear en España esa igualdad?

Hay que reconocer que en la Federación Española ha habido un gran cambio, pero creo que el fútbol está dando un salto mayor como para apoyar más a las jugadoras y ser mejor valoradas en ese sentido. Queremos que se nos valore y aunque no diría que las mismas condiciones que el equipo masculino, porque a nivel de generar no es lo mismo, sí creo que se deberían mejorar las condiciones porque somos profesionales y se nos tiene que valorar como tales.

Internacional desde 2015... ¿Puede ser la eliminación en el Mundial de 2019 contra Estados Unidos una de las mayores tristezas de su carrera?

Bueno, a cada torneo al que hemos ido como equipo, como selección, teníamos la capacidad de haber hecho más. Hacíamos precompeticiones magníficas ganando prácticamente todos los torneos y en el torneo nos quedábamos con la sensación de haber hecho algo más. Te da rabia no llegar a lo que te propones pero te queda la sensación que dimos la cara contra la mejor selección del mundo y piensas que si hubiéramos hecho una mejor fase de grupos nos habríamos evitado jugar contra ellas en octavos de final. Al final de todo se aprende aunque te queda la espinita.

Al menos perdieron contra las mejores, sin discusión.

Sí, claro. En todos los sentidos el fútbol y deporte femenino en Estados Unidos va por delante nuestro. Ya sea a nivel de Liga, de desarrollo de jugadoras, en la manera que tienen de gestionar el deporte en general, van por delante de muchos países. Lo tienes como referente y tienes que aprender, pero no tenemos nada que envidiar porque aquí en España tenemos jugadoras de grandísimo nivel.