No hemos conocido como se sentía en la noche del sábado, porque Kylian Mbappé no conversó con los medios después de la victoria 1-0 del Paris Saint-Germain en su visita al Angers. Ni siquiera hizo publicaciones en redes sociales, aunque no lo necesitaba. Los hinchas del PSG podían ver su evidente descontento, sentado en el banquillo.
¿Esa molestia se debía a su sustitución en el minuto 79 por Jesús Pérez, asistente del DT Mauricio Pochettino, quien asumió las riendas del equipo tras el positivo por COVID-19 del flamante entrenador del club? ¿Acaso era porque, hasta ahora, el 2021 ha sido un año bastante amargo para él, incluso dentro de sus altísimas exigencias? ¿Su disgusto era producto de ambas razones, o se debía a otra cosa?
Por un tiempo, Mbappé no ha jugado como el Mbappé que conocemos. En sus últimos 13 encuentros entre todas las competiciones, el joven astro francés ha convertido cinco goles, incluyendo solo dos en sus ocho apariciones más recientes. Antes de sufrir esta mini mala racha, el delantero mostró visible descontento por la fuerte atención puesta sobre su “sequía” goleadora en Champions League. Hasta el último partido de fase de grupos de Champions, disputado en el Parc des Princes contra el Istanbul Basaksehir en diciembre pasado, donde consiguió sumar un doblete para sellar la victoria 5-1, Mbappé no había logrado romper el arco durante la totalidad del 2020.
La verdad radica en que el prodigio galo, que solo tiene 22 años, ha mostrado un nivel decepcionante desde el regreso del fútbol francés el año pasado, luego que el coronavirus motivara a concluir la campaña 2019-20 de la Ligue 1 de forma prematura. Ciertamente, sus estadísticas del torneo 2020-21 son menores en comparación a temporadas anteriores, aunque no sea el caso en las categorías de goles y asistencias: Mbappé suma 12 tantos (incluyendo 4 penales) y 4 en 12 apariciones como titular (para un total de 16 apariciones), lo que está muy bien. El problema es más inherente al contenido de sus actuaciones, ya que sus aportes al juego del PSG en el ataque han disminuido de forma muy significativa para un jugador de su calibre y talento.
La suma de la expectativa de goles de Mbappé por partido en situaciones distintas a los penales y expectativa de asistencias por encuentro es menor (obtuvo promedio combinado de 1.52 en la campaña anterior, en comparación con 1.08 del año pasado). Asimismo, tiene menor cantidad de remates (1.2 tiros por partido) y suma menos tiros a puerta (casi 1 remate), perdiendo más el balón este año, a pesar de seguir contando con el mismo porcentaje de regates exitosos (cercano al 50%).
En encuentros recientes contra St. Etienne, Marsella o Angers, cuando Neymar no jugaba con el equipo desde el principio, Mbappé ha confrontado verdaderos problemas para convertirse en figura principal. Excedía sus esfuerzos por cuenta propia, perdiendo el balón de forma reiterada. Solo tuvo éxito en el 25% de sus regates en el partido contra el Angers… ¡y no pudo llevar el balón al área contraria una sola vez! Algo sumamente inusual para él.
A pesar de contar con talento abundante a su alrededor, se podría argumentar que el defecto principal de Mbappé es que éste intenta hacerlo todo por sí solo, frecuentemente a través de carreras individuales con la posesión del balón, lo que no está funcionando en este momento. El hecho de no contar con Neymar a su lado todas las semanas, debido a las múltiples ausencias y lesiones del brasileño, también ha dificultado las cosas, considerando que Mbappé tiene fuerte compenetración con el ‘10’ del PSG y quizás pierda uno que otro elemento con Neymar fuera de la cancha.
El hecho que el francés ha confrontado dificultades para mantener la plenitud de condiciones físicas durante la mayor parte de la temporada también ha sido un problema. A pesar de ser tan joven, el campeón mundialista de Rusia 2018 ha jugado una enorme cantidad de partidos desde que tenía 17 años.
Las cifras son abrumadoras: 202 partidos (155 de ellos en la alineación titular), 14,116 minutos a nivel de club, junto con 37 convocatorias y 2,533 minutos con la camiseta de Francia. En total son 16,649 increíbles minutos apenas a los 22 años de edad, disputados con un juego rápido y frenético. Mbappé es un jugador tan explosivo, con y sin la posesión del balón, que necesita estar al 100 por ciento para entender su potencial, y dicho impulso ha sido difícil de conseguir. Se han sumado lesiones, el parón producido por la pandemia, aparte de su positivo por COVID-19. Tampoco ayudó la cancelación de la temporada de liga francesa en marzo pasado.
Debido a que PSG aun participaba en la Champions League, Mbappé y sus compañeros no tuvieron el descanso adecuado. Sintió como que jamás dejó de estar en la cancha tomando en cuenta la temporada pasada y la actual. “No siento que hayamos jugado el 9no partido de la temporada, ¡sino el 69no!”, reiteró al portal de internet de PSG en septiembre. “Normalmente tenemos un descanso adecuado después de disputar un final de la Champions en el que te olvidas del fútbol. Pero no paso así. Jamás descansamos, y es difícil de lidiar con eso, tanto por el lado mental como por el físico”.
El pasado martes, durante una entrevista con la revista France Football, el director deportivo del PSG Leonardo volvió a mencionar el tema de las negociaciones con su ‘7’, cuyo contrato expira en junio de 2022, de forma simultánea con el actual pacto de Neymar.
El pasado martes, durante una entrevista con la revista France Football, el director deportivo del PSG Leonardo volvió a mencionar el tema de las negociaciones con su ‘7’, cuyo contrato expira en junio de 2022, de forma simultánea con el actual pacto de Neymar.
Distintas fuentes han indicado a ESPN que Mbappé se encuentra reflexionando concienzudamente sobre su futuro, específicamente con respecto a su permanencia en París o su partida de la capital gala. Su sueño es, y siempre lo ha sido, jugar con el Real Madrid; sin embargo, él esta consciente de que los actuales campeones de España, al igual que todos los grandes clubes europeos, se ha visto fuertemente afectado por la pandemia y que no pueden darse el lujo de contar con sus servicios en estos momentos. Los problemas financieros son más agudos en el caso del Liverpool, club que también es del agrado de Mbappé. Sin embargo, el delantero sabe que, probablemente, su mejor opción en la actualidad es renovar con el PSG, aunque es evidente que toda esta situación representa un fuerte peso mental. Mientras más se demore en tomar una decisión (y podría esperar hasta el verano para tomarla), podría afectarle en la cancha aún más.
Cuando fue presentado como director técnico del PSG a principios de enero, Mauricio Pochettino dijo que deseaba ayudar al artillero francés a concretar todo su inmenso potencial al máximo. Probablemente, Pochettino no pensaba en ese momento que la tarea sería tan ardua. El entrenador sabe bien que el PSG sólo puede jugar en su mejor nivel colectivo si Mbappé se desempeña a su mejor nivel individual; por ende, necesita que la joven figura recupere su buen juego, más temprano que tarde. Las primeras interacciones entre ambos han sido sumamente positivas, según afirman fuentes a ESPN, y Mbappé se ha mostrado tranquilo y contento en los entrenamientos de esta semana, lo que es una señal bien recibida.
Este viernes, Mbappé (como es de esperarse) volverá a ser titular contra el Montpellier en el Parc des Princes y cada pequeña señal de progreso o mejora será analizada hasta el mínimo detalle.