Si hay un equipo que marcó la carrera profesional y la vida del seleccionador de Guatemala, Marvin Amarini Villatoro, es Pérez Zeledón de Costa Rica. Cuando el estratega cobanero estaba por concluir sus estudios de Abogado y Notario, surgió la oportunidad de unirse al cuerpo técnico del conjunto tico y fue en ese momento que tuvo que tomar una decisión trascendental: la dirección técnica o las leyes.
Empacó sus cosas y salió del país, sabía que no había marcha atrás. Le había dicho adiós a la oportunidad de graduarse, perdió el apoyo de sus padres y todo por una ilusión, la de convertirse en el mejor entrenador de fútbol de la región. Hoy es el máximo responsable de la Selección Nacional de Guatemala.
Es por eso que cuando Amarini habla de “Los Guerreros del Sur” solo tiene palabras de agradecimiento y buenos recuerdos. “Fue un antes y un después en mi carrera como técnico. Yo estaba entre la espada y la pared. Tenía la presión de mi mamá para graduarme porque ella me pagaba los estudios. En ese momento llega la oportunidad y acepté”, recuerda Villatoro en una charla con ESPN.
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— Fuera de Juego (@ESPN_FDJ) April 24, 2020
Gran detalle de Marvin Amarini Villatoro, seleccionador de Guatemala 🇬🇹https://t.co/VskX9tiAF9
Oscar Alegre, en ese entonces asistente del técnico Johnny Chaves, fue quien le hizo la invitación, luego de haber coincidido unos seis meses antes en un curso. “Alegre platica con Chaves y con el gerente del equipo Adrián Ulloa y me logra llevar. Yo estaba feliz porque iba como estadígrafo del equipo mayor y estaba como sub entrenador de la categoría de alto rendimiento (Sub-21)”, cuenta el cobanero.
“Yo me la jugué porque cuando yo me voy pierdo el apoyo de mis papás y a Costa Rica no fui a ganar nada, solo me cubrían los gastos. Por eso mi carrera se marca ahí, es un antes y un después. Yo vivía al día, pero eso me ayuda a abrir la mente y empiezo a ver de cerca el primer plano de un director técnico profesional. Estaba en la élite centroamericana y Johnny Chaves es un buen entrenador, que me abrió las puertas de su trabajo, lo pude observar y me tuvo mucha incidencia en mi formación”.
Un técnico agradecido
Amarini Villatoro no olvida esas tardes de lluvia y alta temperatura en el cantón y se muestra agradecido con los dirigentes del equipo. “Tengo una deuda pendiente, le tengo mucho cariño al equipo por esa puerta que me abrió. Siempre estoy al pendiente de ellos. Yo le he dicho al presidente que le guardo mucho cariño a la institución y que tengo algo pendiente con ellos, él también me lo dice”, comenta, mientras sonríe.
“Tengo muy buenos amigos ahí todavía. La gente es muy cálida, muy trabajadora, la ciudad no es muy grande, es muy ordenada”, menciona Villatoro sobre el lugar.
Además, recuerda que en esa etapa conoce a jugadores como Aarón Navarro y Jorge Gatgens, a quienes más tarde les daría la oportunidad de venir a Guatemala.