El técnico de los Pumas indica que los refuerzos del equipo fueron sus primeras opciones, que prefiere un discurso de sinceridad y familiar antes de la propuesta económica y que no es un mago
Pumas espera durante el fin de semana la llegada de Eduardo Salvio como su quinto refuerzo para el Apertura 2022. Andrés Lillini habló con el delantero argentino previo la firma del contrato -que se resolvió en tres días- porque quería explicarle la esencia del equipo y resolver las dudas que se le presentaran antes de aceptar llegar a la Liga MX.
"Mejor hablar con el futbolista. Me gusta sentirlo, ver qué me dicen, mirarlos y todas esas cosas me ayudan y luego el jugador tiene un convencimiento propio… yo, la verdad, no soy un mago que los convenzo", advierte el técnico argentino en entrevista con ESPN Digital.
Sin embargo, Lillini pidió a la directiva de los Pumas seguir el mismo procedimiento con los otros cuatro jugadores que llegaron a reforzar el equipo para el Apertura 2022 y que juntos marcan uno de los mercados de fichajes más activos y atractivos para el cuadro del Pedregal.
"Los jugadores que llegaron siempre fueron la primera opción. Del Prete tenía dos años que lo venía seguiendo, desde que jugaba en Torque de Uruguay; después pasó a Estudiante, nosotros nos pudimos traerlo hace un año y ahora lo pudimos traer", explica el entrenador.
Además de los argentinos Del Prete y Salvio, a Pumas llegaron como refuerzo Adrián Aldrete, César Huerta y Gil Alcalá; las salidas destacaron la venta de Alan Mozo a Chivas y las salidas de Alfredo Talavera y Sebastian Saucedo, que redujeron considerablemente la nómina del equipo.
Lillini explica que, a pesar de que los cinco refuerzos expresaron en algún momento la importancia de hablar con Andrés para elegir a Pumas, él considera que la sinceridad y el proyecto ayudó a tener a los cinco jugadores para el torneo que está por iniciar.
"Me gusta mucho ver futbol y jugadores, pasó el informe y la directiva se encarga de llevar a cabo las negociaciones y me dicen: 'ésta es viable, ésta no', y después, lo único que hago es decirle al jugador -antes de que venga- lo que somos, para cuando venga no se encuentre con algo diferente, ni de lo loco que soy yo o del club", sentenció.
La directiva le explico a Lillini que los últimos dos años las ventas de jugadores como Johan Vásquez, Erick Lira, Alan Mozo y Juan Pablo Vigón ayudaron a estabilizar las finanzas. El club, como lo informó ESPN en su momento, adquirió tres préstamos bancarios por una suma total de 240 millones de pesos, para salir a flote y subsanar el boquete económico de 380 millones de pesos que afectó al equipo por la Pandemia de Covid-19.
Andrés Lillini pone el ejemplo de Eduardo Salvio, quien por cártel, tenía otras ofertas en México y en otras ligas. Por eso, el técnico platica con los jugadores antes de firmar contrato, le resuelve dudas e inquietudes sobre México, colegios, comida, entre otros temas.
"El club tiene un trato con los jugadores muy bueno: los acompaña, les busca departamento, colegio, al final son seres humanos y cuando se siente así cuidados, y los comentarios de otros compañeros, eligen a Pumas más por esa cuestión familiar que por lo económico, porque saben que otras instituciones nos llevan mucha ventaja", sentenció.