Javier Aguirre vuelve a la Liga MX, aquella que dejó en 2001 para ser el rescatador de la Selección Mexicana cuando se hundía el barco con Enrique Meza.
Su éxito en Pachuca, donde consiguió el primer título de la institución en 1999, lo convirtió en una apuesta inmejorable para intentar componer el camino de aquella Selección de Meza que puso en riesgo el pase al Mundial de Corea-Japón 2002 al perder ante Estados Unidos, Costa Rica -en el Azteca- y Honduras.
Y el ‘Vasco’ saltó al vacío, como solía hacer en la cancha, arriesgado, fuerte, valeroso y sin tapujos. Su carácter dicharachero conquistaba y derribaba barreras de todo tipo. "Está cabrón, mano", suele decir por igual en charlas de cuates o en conferencias de prensa con foro lleno.
Aguirre aprovechó entonces la estela brillante que dejó Cruz Azul en la Copa Libertadores de 2001, cuando perdió a la Final ante Boca Juniors, y armó una selección al vapor en la que le dio el control del equipo a jugadores como Óscar Pérez, Melvin Brown, Tomás Campos, Joahan Rodríguez, Fransico Palencia, Sergio Almaguer, Víctor Gutiérrez y José Hernández.
Y el Vasco conquistó su segundo gran reto como técnico, al lograr la clasificación del Tri a Corea-Japón 2002, ayudado por los cruzazulinos, pero también por el regreso de Cuauhtémoc Blanco tras su severa lesión.
Y así emprendió su aventura mundialista, y llevó al Tri a protagonizar uno de sus grandes partidos históricos, con el golazo de Jared Borgetti en el empate 1-1 ante Italia como sello de lo que podía alcanzar, aunque México volvía a quedar fuera en octavos de final.
La vitrina que supuso el Mundial 2002 llevó a Aguirre a España, con el Osasuna, equipo al que logró imponer un sello ofensivo y protagónico. Luego llegó su mayor reto con clubes, al pasar a dirigir en 2006 al Atlético de Madrid, un equipo de mayor jerarquía, al que también le impuso su estilo, aunque no logró los resultados esperados.
Tras ser destituido del Atlético, Aguirre volvió a la Selección Mexicana. Tras el fracaso de Hugo Sánchez al no clasificar a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, su sucesor fue Sven-Göran Eriksson, quien solamente duró nueve meses en el cargo y dejó al Tri, de nuevo, en peligro de no asistir al Mundial.
Aguirre arregló rápido su regreso a la Selección Mexicana y lo hizo de manera triunfal. Ganó la Copa Oro 2009 y clasificó al Mundial de Sudáfrica. De nuevo, el sello de Aguirre quedó plasmado en el equipo mexicano, que venció a Francia 2-0, su mejor resultado en la historia mundialista -hasta entonces-. La historia le volvió a cobrar los errores y el Tri fue eliminado en octavos, por quinta ocasión consecutiva, esta vez ante Argentina.
La aventura de Aguirre lo devolvió a España, con el Zaragoza, donde su gran logro fue evitar el descenso en la temporada 2010-2011, pero no logró mantenerse en el cargo, del que fue separado al final del año 2011.
A partir de ahí, la carrera de Aguirre fue un poco a la deriva y a la baja. Tuvo la oportunidad de dirigir al Espanyol (2012-204), la selección de Japón (2014-2015), Al-Wahda (2015-2017), selección de Egipto (2018-2019) y Leganés (2019-2020), sin éxitos ni grandes logros.
Pero le ayudó a mantenerse vigente, a acumular experiencia y a tener el control de su destino. El círculo se cierra este sábado, en el Estadio Jalisco, 20 años después de que se fue, ahora al frente del Monterrey. Será, seguramente, un reto diferente al que vivió en cada uno de sus equipos, pero la vuelta a casa será interesante. Bienvenido, ‘mano’.