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Lionel Messi llega al Inter Miami: Las implicaciones de su fichaje por la MLS para el jugador, Barcelona y la afición

Lionel Messi, quien probablemente sea el futbolista más grande de todos los tiempos, llevará sus talentos a South Beach. El ex jugador del Barcelona y Paris Saint-Germain y superestrella del fútbol mundial, anunció este miércoles que se apresta a jugar en la MLS con el Inter Miami tras declararse agente libre este verano.

La idea de ver a un jugador que llevó a la selección argentina a conquistar la Copa del Mundo hace menos de seis meses jugando con un club de Estados Unidos ha estremecido al mundo del fútbol.

¿Qué llevó a Messi, siete veces ganador del Balón de Oro, a dar el salto a Estados Unidos? ¿Qué repercusiones tendrá un fichaje de semejante estatura en la MLS y el fútbol en Estados Unidos? ¿Cómo afectará al Barcelona la gran decepción que sienten al ver que Messi no volverá al club con el que ganó 35 trofeos importantes y que dejó siendo su máximo goleador histórico? ¿Y los seguidores del delantero, que le consideran como el Más Grande de Todos los Tiempos, le seguirán en su nuevo reto?

Los redactores de ESPN Gabriele Marcotti, Jeff Carlisle, Samuel Marsden y Luis Miguel Echegaray nos aportan sus puntos de vista sobre esta operación de gran importancia para el panorama del fútbol.


El gran panorama: Messi decide conquistar nuevos terrenos en vez de volver a su pasado

Así lo ha decidido. Major League Soccer se ha impuesto en la llave del Final Four por los servicios de Lionel Messi, venciendo a sus competidores saudíes en la final luego de que ambos superaran a opciones románticas pero distantes: un Barcelona en dificultades económicas, el mismo club con el que jugó durante 21 años; y Newell’s Old Boys, el equipo de su terruño que le apoyó en su niñez.

El contrato de Messi con el PSG expira a fines de este mes. Pero en realidad, más que un fichaje de agente libre, esta operación se asemeja más a una asociación corporativa entre Inter Miami, MLS, la actual arrendataria de los derechos de transmisión televisiva de la liga (Apple), Adidas y la Corporación Lionel Andrés Messi. Ya lo vivimos en 2007, cuando David Beckham (quien es accionista parcial del Inter Miami, como si deseara demostrar la circularidad de la existencia humana) fichó por el LA Galaxy. Y siendo sinceros, habría sido más o menos similar si se hubiera ido a la Saudi Pro League, excepto que en ese caso sería una sola fuente la que pagaría la factura: el fondo de inversiones soberano de la nación árabe.

(De hecho, en lo que para algunos podría parecer una clásica jugada de "la carreta antes que el caballo", Messi firmó un contrato valorado en $400 millones con el ente de turismo saudí… suponiendo que les garantizó derechos de exclusividad. No esperen ver al rosarino promocionando las bellezas de South Beach a corto plazo).

Comercialmente hablando, Messi atraerá la mirada de muchos al fútbol nacional de Estados Unidos como nadie logró hacerlo antes que él. Más que Beckham, más que Zlatan Ibrahimovic... y para los mayores, más que Johan Cruyff, Franz Beckenbauer y el propio Pelé, solo porque actualmente vivimos en un mundo mucho más conectado. Messi no es vendedor nato, pero vamos: es Messi. Le dio la Copa del Mundo a Argentina hace menos de seis meses, tiene siete Balones de Oro en las estanterías de su casa (obtuvo el último hace 18 meses) y ha marcado más de 800 goles de por vida entre club y selección.

Messi no es el primer candidato al Futbolista Más Grande de Todos los Tiempos en jugar en Norteamérica, porque Pelé lo hizo en la década de 1970 con el NY Cosmos. No obstante, la diferencia clave es que, medio siglo después, Messi aterrizará en un país muy distinto: más diverso y con mayor conocimiento del fútbol soccer, y donde será considerado como atleta legítimo en vez de un hombre que practica este deporte porque es demasiado descoordinado como para jugar al béisbol, demasiado pequeño para dedicarse al baloncesto y demasiado débil para optar por el fútbol americano.

También podemos sospechar que Messi es capaz de aportar en la cancha. Sus dos años en el PSG terminaron amargamente, con Messi abucheado por los hinchas parisinos que consideraban en su mayoría que su paso por el Parc des Princes fue un gigantesco desperdicio de dinero. Cumplirá 36 años en un par de semanas y no tiene ni la resistencia física ni la aceleración que ostentaba antaño. A pesar de ello, fue líder de la Ligue 11 con 14 asistencias y marcó 16 goles, ninguno desde el punto penal, para la causa del PSG. Eso se debe a que, intercalados con sus plácidos trotes por la cancha, aparecen repentinos estallidos de genialidad y aceleración que siguen desconcertando a la mayoría de los rivales. La clase de cosas que sigues haciendo incluso más allá de tus 30 años (bueno, si eres Messi).

Quizás era inevitable que, tras haber alzado finalmente la Copa del Mundo, Messi decidió conquistar un mundo nuevo en vez de repasar su pasado, acampando en Norteamérica en vez del Golfo Pérsico. Los seguidores norteamericanos del fútbol deberían sentirse afortunados. Porque si asistes al partido correcto de la MLS, podrías contarles un día a tus nietos que viste a Messi en cuerpo y alma. Al igual que tu padre te cuenta que vio a Michael Jordan, tu abuelo te cuenta que presenció una pelea de Muhammad Ali y tu bisabuelo te cuenta que vio batear a Babe Ruth.

Esa es la categoría de superestrella en la que existe Messi. -- Marcotti

Messi puede llevar a la MLS hasta la luna... y más allá

Hacerse con uno de los premios mayores del fútbol mundial, como lo es Messi, dota de combustible espacial a una organización desesperada por impulsarse.

El propietario gerente del Inter Miami Jorge Mas ha intentado adquirir los servicios de Messi prácticamente desde el momento en el que se le adjudicó la franquicia a él y sus socios Beckham y Jose Mas en 2018. Ahora, ya tiene a su hombre.

Habrá comparaciones inevitables con el momento en el que la MLS convenció a Beckham para que fichara por el Galaxy en 2007. Ciertamente, existen semejanzas, porque ambas operaciones incluyeron incentivos financieros adicionales al salario neto que ayudaron a concretar los tratos.

En el caso de Beckham, fue un descuento en el precio de compra de un equipo de expansión de la MLS, que casualmente se convirtió en el Inter Miami. Varias fuentes confirmaron una información publicada por el portal The Athletic, que indicaba que Messi tiene en su flamante contrato la opción de adquirir una porción accionaria del Inter Miami, aunque una fuente en conocimiento de la situación indicó que no tendrá descuento, contrario a la operación Beckham.

Asimismo, ESPN puede confirmar que se le ofreció a Messi una porción de los ingresos generados por nuevos suscriptores al servicio de streaming MLS Season Pass ofrecido por Apple. Cualquier acuerdo con Adidas sería estrictamente entre jugador y empresa, y no tendría la participación directa de la MLS, a pesar de que la corporación alemana viste a los clubes de la liga con carácter de exclusividad desde 2006.

Dicho lo anterior, los tiempos (y necesidades) de la MLS son distintos. Cuando Beckham llegó en 2007, la MLS seguía intentando despegar con apenas 13 equipos. Su llegada no sólo sentó las bases para los fichajes de otras figuras como Thierry Henry y Kaká. También ayudó a acelerar el boom de la expansión de la liga, conformada por 30 clubes al año siguiente.

La llegada de Messi está a punto de llevar a la MLS a la luna, o incluso más allá. Podría ser el futbolista más grande de la historia, algo que Beckham nunca llegó a ser.

La liga estadounidense lleva varios años sentando las bases para concretar esta operación. Su mayor presencia a nivel continental se compagina muy bien con su reciente acuerdo de transmisiones televisivas con la plataforma Apple TV. Con el Mundial 2026 organizado por Estados Unidos, México y Canadá, existe el potencial para incrementar de forma exponencial los ingresos de todas las partes involucradas en el trato.

Para el Inter Miami, Messi sirve como antídoto importante para un equipo sotanero que no logra generar ocasiones de calidad, con expectativa de gol (xG) de 0.82 por cada 90 minutos, la peor de la liga. Si también llega su excompañero Sergio Busquets, pues mucho mejor. Aunque deberán pasar por cierta adaptación a una liga que se encuentra a varios peldaños por debajo del nivel al que están acostumbrados, sin mencionar el clima ni las exigencias de viajes. Habrá que acostumbrarse a la idea de ver jugar a Messi en un estadio con capacidad para 18.000 personas de Fort Lauderdale, Florida.

No cabe duda de que la llegada de Messi tiene un aire de "otros le seguirán". Si es aí el dinero también debería llegar pronto. -- Carlisle

Messi no podía esperar por el Barcelona otra vez

Los seguidores barcelonistas, e incluso una parte de la alta jerarquía del club, estaban divididos ante el resurgir de la posibilidad del regreso de Messi. Algunos creían, tras el surgimiento de una nueva generación de jóvenes jugadores y alzar su primer título de LaLiga desde 2019, que era hora de pasar la página con un Messi que se acerca al ocaso de su carrera.

En contraste, otros estaban cautivados con la idea romántica del regreso del jugador más grande de la historia del club. Obligado a partir en 2021 porque el Barça no podía darse el lujo de inscribir el contrato que le ofrecieron, ésta era la oportunidad de darle el adiós apropiado a Messi por parte de los aficionados que coreaban su nombre en el minuto 10 de todos los partidos disputados en el Spotify Camp Nou desde marzo pasado. Además, existe la tesis apabullante de que el astro argentino sigue siendo uno de los mejores futbolistas del mundo. Hace seis meses, Messi lideró a la selección albiceleste que conquistó el Mundial de Qatar, aparte de sumar 21 goles y 20 asistencias entre todas las competiciones con el PSG esta temporada.

Lo que al principio parecía una quimera, poco a poco aparentaba hacerse realidad. Incluso algunos hinchas que estaban conformes con la salida de Messi, se sumaron a la idea de que, tal como lo expresaba cuando podía el vicepresidente Rafa Yuste, las historias de amor debían tener finales felices.

Al centro de la ofensiva de terciopelo estaba el técnico culé Xavi Hernández. Durante las últimas dos semanas, dejó claro en varias entrevistas que deseaba volver a tener a Messi en la plantilla, que el delantero aportaría la creatividad perdida en el tercio final y que, con la ayuda de Xavi, Messi tendría su final de cuento de hadas con el club blaugrana.

En retrospectiva, quizás esa fue la última apuesta de Xavi, consciente de que se evaporaban las probabilidades de recuperarlo. Se evaporaron porque, al igual que en 2021, el Barça no podía garantizar la inscripción de su contrato.

Independientemente de su remuneración real, LaLiga habría calculado su salario en cerca de €25 millones, basándose en sus contratos anteriores. El Barça, que sólo puede invertir 40% de lo que ahorren o generen debido a las restricciones económicas impuestas por LaLiga por exceder su tope salarial, tendría que recaudar más de €60 millones para inscribir a Messi. Podría ser posible en agosto, quizás hasta en julio, pero no por ahora.

Después de esperar en 2021, Messi no podía volver a enfrentarse a semejante incertidumbre. Inmediatamente después de conocerse la noticia, su llegada a Miami parece ser su segunda salida del Barça, considerando todas las esperanzas que generaron en semanas recientes. -- Marsden

Perspectiva del hincha: La llegada de Messi desatará el crecimiento de la afición

Más allá del punto de vista económico, es importante ver el significado de la llegada de Messi al Inter Miami y la MLS como un impulso de cohete para la liga y la afición estadounidense del fútbol en general. Las estrellas se están alineando de tantas maneras que están creando una constelación proverbial. Miami, la capital latinoamericana del mundo, le dará la bienvenida a Messi, su esposa Antonella y sus hijos como si adoptaran miembros de la realeza y su sola presencia será otro factor (quizás el más importante) para impulsar el mercado del fútbol en Estados Unidos, donde este deporte ya se enfrenta a las tres disciplinas más populares del país.

En Estados Unidos, millones de niños visten la camiseta de Messi, en vez de los dorsales de Patrick Mahomes o Steph Curry. No es coincidencia. El fútbol en Estados Unidos es una montaña en crecimiento y Messi llega a una liga con mercados en desarrollo, un distribuidor gigantesco como lo es Apple; una naturaleza competitiva y una ciudad donde ni siquiera se verá obligado a aprender inglés, que celebra el sabor de la cultura latinoamericana y de sus inmigrantes. Por cierto, el mismo país que será coanfitrión del Mundial en 2026.

Por ello, esta es una operación importante para el seguidor del fútbol que vive en Estados Unidos. Este deporte ya tiene una comunidad de aficionados en crecimiento, especialmente entre los jóvenes, que tienen a Messi como su ídolo. Ahora, pueden verle jugar en vivo, por todo el país. Ocurre lo mismo con el impacto que esto causará entre aquellos que quieren practicar el balompié y perciben a Messi como promotor del deporte más hermoso del mundo. Sin olvidar las maravillas que hará con jugadores en ciernes, como su compañero de la selección argentina y mediocampista del Atlanta United Thiago Almada, y cómo podríamos ver a más jugadores talentosos de todas partes del mundo (específicamente Sudamérica) llegando a la MLS. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tiene previsto construir un nuevo complejo de entrenamientos en Miami, lo que convertiría a esta ciudad en el enclave albiceleste en Estados Unidos.

La MLS es la liga deportiva más diversa de Norteamérica. Con la presencia de Messi, su impacto será mucho mayor. En 2007, Beckham hizo un movimiento agresivo que afectó la trayectoria de la MLS, con su fichaje por el Galaxy. Ahora, como copropietario del Inter Miami, vuelve a ser responsable de llevar esta liga a alcanzar alturas más ambiciosas con la llegada de su amigo Messi. -- Echegaray