El delantero sueco de Los Ángeles Galaxy, Zlatan Ibrahimovic, anunció que ponía punto y final a su carrera en el conjunto angelino tras dos temporadas en las que no pudo llegar ni siquiera a una final de MLS Cup, pero en las cuales deja un recuerdo indeleble entre los aficionados galácticos, quienes volvieron a contar con una estrella de nivel mundial seis años después de la partida de David Beckham.
Ibra llegó a la Major League Soccer en marzo de 2018, para el comienzo de una temporada histórica en Los Ángeles, pues sería la primera de vida del otro equipo de la ciudad, Los Ángeles FC. Allí, con el 10 a la espalda, se vestiría el mexicano Carlos Vela, recién fichado de la Real Sociedad y convertido en el primer jugador designado de la franquicia.
Acostumbrado como estaba el sueco a no compartir el foco principal allá donde le había llevado su carrera, la nueva rivalidad a la que se enfrentaba dentro de la misma ciudad de Los Ángeles no hizo más que motivarle desde el primer día.
Ibra anotó 22 goles en 27 partidos en su año de debut, en una temporada en la que tuvo algunos problemas de lesiones y de sanciones por su comportamiento dentro de la cancha. Vela, por su parte, cerró el campeonato con 15 tantos en 32 partidos, pero el rendimiento del LAFC fue infinitamente mejor que el de los galácticos: Mientras el de Cancún llevó a los suyos a los playoffs, Zlatan se quedó afuera de la ronda final por un punto.
Eso no rebajó el ego del sueco para nada, al contrario. Fue normal verle en los platós de televisión de los programas nocturnos con más audiencia en Estados Unidos, en anuncios de diferentes marcas e incluso rumorearse que planeaba hacer sus pinitos en Hollywood. Zlatan estaba en su salsa, y el rifirrafe con Carlos Vela y el LAFC no hacía más que alimentar la leyenda del Ibrahimovic petulante, arrogante e irónico hasta la sociedad.
El delantero, que llegó declararse como “el Ferrari en una liga llena de Fiats”, fue capaz de mantener siempre a raya a Vela en los clásicos de la ciudad de Los Ángeles, El Tráfico, excepto en el último. Su debut en la MLS se produjo en el primer partido de la historia entre los dos equipos, y aunque saltó al terreno de juego entrada ya la segunda parte, le dio tiempo a dejar su implacable sello. En el minuto 77, en uno de los primeros balones que tocaba, clavó una potente volea desde 35 metros para poner el 3-3 en el marcador. En el tiempo de descuento, volaría en el área para poner el 4-3 definitivo de cabeza para el Galaxy.
En ese mismo partido, Vela había inaugurado el marcador con un doblete, y el LAFC se había llegado a poner 0-3 en el luminoso. Sólo un tipo como Zlatan vería eso como el reto perfecto.
Desde entonces, y a pesar que en la segunda temporada del sueco y el mexicano en la Major League Soccer el LAFC demostraría ser el equipo superior, de lejos (ganó el Supporters’ Shield 2019 y, con 72 puntos, terminó 16 por arriba del eventual campeón, Seattle Sounders, y 21 del Galaxy de Zlatan), el conjunto de Vela no sería capaz de imponer su dominio en los clásicos, casi siempre gracias a la garra del propio Ibra. Habían creado una rivalidad de época, sin duda.
I came, I saw, I conquered. Thank you @lagalaxy for making me feel alive again. To the Galaxy fans - you wanted Zlatan, I gave you Zlatan. You are welcome. The story continues...Now go back to watch baseball pic.twitter.com/kkL6B6dJBr
— Zlatan Ibrahimović (@Ibra_official) November 13, 2019
De los seis partidos disputados entre LA Galaxy y LAFC en las últimas temporadas, el equipo de Zlatan ganó dos y empató tres. El de julio pasado, un 3-2 final para los galácticos, vino precedido de unas explosivas declaraciones de Ibra contra el mexicano, en las que aseguraba que él era mucho mejor jugador que el exdelantero de Arsenal o Real Sociedad, entre otros.
“Vela está en el mejor momento de su carrera. Qué tiene, ¿29 años? Cuando yo tenía 29 años estaba en Europa. Es una gran diferencia”, bociferó Zlatan. Pero el goleador no tiene sólo una lengua larga. Ese fin de semana marcó el hat-trick que dio la victoria a los suyos sobre LAFC. Fue algo épico.
Vela, mucho más comedido y respetuoso siempre en sus comentarios sobre el sueco, no había sido capaz de vencer a Ibra en ningún cruce directo hasta el partido entre ambos en los playoffs de esta temporada. Por eso ese último encuentro del sueco en la Major League Soccer se convirtió en un día para el recuerdo, grabado para siempre en la historia de la liga con letras de oro. Un espectacular 5-3 para el equipo de negro, en el cual Carlos Vela anotó un doblete y sirvió una asistencia, mientras que Zlatan aportó su gol de despedida y otra asistencia.
Los números en el Tráfico no mienten: con 9 goles cada uno en 6 partidos son los dos máximos goleadores de un clásico que apunta a convertirse en el partido más esperado de la MLS por muchos años.
Con todo, su rivalidad en estas dos temporadas ha enaltecido el fútbol en Estados Unidos, pues jamás se había conocido una disputa tan encarnizada entre dos rivales —menos aún en la misma ciudad—, y a un nivel tan alto. Durante estos 20 meses que las vidas de Zlatan Ibrahimovic y Carlos Vela se han cruzado en Los Ángeles, los que hemos ganado hemos sido los aficionados, que hemos podido disfrutar de dos gigantes del fútbol, dos jugadores de un nivel espectacular, y dos personalidades diametralmente distintas, pero igualmente arrolladoras.
Salvando las distancias, su rivalidad ha sido los más comparable que ha tenido la Major League Soccer al titánico duelo que vivieron Cristiano Ronaldo y Lionel Messi en Real Madrid y FC Barcelona durante nueve temporadas en La Liga. Ahora a Vela le toca interpretar el papel de Messi, el que se queda, mientras que Zlatan encarna el de Ronaldo, el que se marcha.
Lo que está claro es que el adiós de Ibrahimovic rompe la mejor rivalidad que jamás se vio en la MLS y una que será complicada de volver a repetir. Por lo menos siempre nos quedarán los recuerdos y la multitud de golazos que alimentaron este impresionante cara a cara.