La vida la puso a prueba. Con su padre enfermo, su madre tenía que encargarse de ponerse la familia al hombro. En uno de los barrios más complicados de la periferia de Lisboa, Nuno Mendes fue forjando su personalidad.
Con apenas 9 años, comenzó a correr detrás de la pelota entre los edificios de la canchita del club O Despertar de su barrio Casal de Cambra. Allí nadie le podía quitar la pelota, reconoció su primer entrenador, Diego Gonçalves, en una nota con el diario Record.
Sus condiciones trascendieron rápidamente. Fue entonces que los ojeadores de los tres grandes clubes de Portugal (Benfica, Porto y Sporting) se dieron una vuelta por el barrio de Nuno. La pulseada la ganó el Sporting, cuadro donde militan los uruguayos Sebastián Coates y Manuel Ugarte.
El club, sabedor de las dificultades económicas del chico, decidió alojarlo en su centro de formación, a su llegada en 2011.
Pero, dos años después, la institución entró en crisis y suprimió las becas sociales de los chicos. Por entonces, Nuno tenía 11 años. Se quedaba sin nada. Sin embargo, un socio de Sporting se hizo cargo de cubrir sus gastos por dos años.
Mendes, que comenzó jugando como volante y finalmente fue desplazado al lateral izquierdo, explotó rápidamente. Basta con mirar que recién en el año 2020 debutó en Primera División.
La salida del argentino Marcos Acuña de Sporting le abrió más posibilidades en el primer equipo. Se consolidó en la oncena titular lo que llevó a que París Saint Germain pidiera su pase a préstamo. Sporting lo cedió con una cláusula de compra definitiva fijada en 40 millones de euros.
Nuno se ganó un lugar en PSG que terminó comprando su ficha y le firmó un contrato por cuatro años. En marzo de 2021 fue convocado por primera vez a la Selección de Portugal y hoy está de cara a jugar su primera Copa del Mundo en Qatar 2022.
Nuno Mendes parece estar viviendo un sueño. Cuando iba a la escuela idolatraba a Cristiano Ronaldo y hoy tendrá la misión de pasarle la pelota en un Mundial.