¡Por-te-ro, Por-te-ro! No es lo mismo que ¡Tor-te-ro, Tor-te-ro! o Tortero sin suerte no es tortero... ¿o era portero sin suerte no es portero? Bueno, en el caso de Guillermo Ochoa y Jorge Campos estos términos se cruzan y no son mutuamente excluyentes.
Pero antes de decir por qué, empecemos por el contexto. En México, como en muchas partes del mundo, se discute por muchas cosas y cada vez más las posturas, en lugar de reconciliarse, se polarizan. En el deporte y en el futbol en particular, aderezado por la pasión, los colores, las filias y las fobias, los bandos son mucho más marcados, los que aman, lo hacen sin medida, y los que no, son acres contras.
Así, encontramos que el debate entre quién debe ser considerado el mejor arquero de la historia del balompié mexicano está a la orden del día. Para los más jóvenes, los que valoran la osadía de jugar en Europa, incluso para los que son hinchas del América, Guillermo Ochoa es el "no va más" del arco de la Selección azteca, pero para las generaciones más maduras, para los que aman el estilo y los uniformes vibrantes o no simpatizan para nada con las Águilas de Copa, el más grande es Jorge Campos.
El arquero de la Selección Nacional Mexicana habló en exclusiva para ESPN sobre los fantasmas que han perseguido al 'Tri' en los Mundiales.
Cada vez que Ochoa hace una atajada espectacular o comete un, raro, error los videos circulan en redes sociales y las referencias a Campos aparecen. Que si eso demuestra que está por encima del 'Surfer' o que si el yerro le da la razón a los que adoran al acapulqueño.
Lejos quedaron ya los que aún defienden que Antonio 'Tota' Carbajal es la máxima leyenda de la portería del Tri. El 'Cinco Copas' jugó ininterrumpidamente los Mundiales de 1950, 1954, 1958, 1962 y 1966 cuando México tenía como costumbre regresar a casa luego de la Fase de Grupos.
Carbajal atajó en 11 encuentros mundialistas entre los que destacan el 1-1 con Gales en el '58 que significó el primer punto de México en Mundiales; el 3-1 a Checoslovaquia en 1962, primera victoria, y su despedida en Inglaterra '66 con un empate 0-0 frente a Uruguay.
Imposible hacer comparaciones entre tiempos, circunstancias, recursos técnicos y económicos entre lo hecho por 'La Tota' y los otros dos arqueros. Los tres merecen la mención, aunque últimamente por razones naturales y de desmemoria del aficionado azteca el gran cancerbero de los 50's y 60's ya no sea mencionado tanto.
LA RIVALIDAD QUE VA HASTA LA COCINA
Establecido que Paco Memo Ochoa y Jorge Campos son motivo de una polémica, agregamos, literalmente, un ingrediente más a la comparación, algo que tienen en común estos personajes y que le da sabor a sus historias: las tortas.
El arquero de la selección mexicana señaló que tienen que 'El Tri' no es favorito en su grupo ni en el Mundial.
Tanto la vida de Ochoa como la de Campos está vinculada a este mexicano antojito que en el resto del mundo se popularizó gracias al 'Chavo del Ocho', ese personaje mítico creado por Roberto Gómez Bolaños 'Chespirito', que tomó por asalto los televisores de todo el mundo hispano parlante e incluso Brasil.
Y no es que Memo y Jorge vivieran en una vecindad dentro de un barril, fueran huérfanos o niños pobres que soñaran con degustar ese pan blanco cortado por la mitad, relleno con una rebana de jamón y con una embarrada de frijoles por un lado y de mayonesa por el otro. No, pero la vida de ambos arqueros tiene en algún momento, y todavía, referencias a este bocadillo.
MEMO VIVIÓ DE LAS TORTAS DESDE CHICO
El arquero surgido en las Águilas del América, pero nacido en Guadalajara que ha asistido a cuatro Copas del Mundo, va a Qatar 2022 por su quinta y tercera como titular, debe su manutención infantil y juvenil al negocio familiar, creado por su tío abuelo en 1956, 'Tortas Don Polo'.
Este establecimiento, ubicado estratégicamente en la calle Félix Cuevas 86, justo abajo del Multifamiliar Miguel Alemán y enfrente del Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE de la Ciudad de México, que ahora está a cargo Guillermo Ochoa, padre del jugador y ha sido la base del sustento familiar desde que murió Don Leopoldo 'Polo' Sánchez Preciado, su fundador.
Pues sí, literalmente Memo Ochoa fue criado con base en tortas, pero no sólo de jamón, también de pierna, chorizo, huevo, milanesa, aguacate, bacalao, carne asada, chile relleno y la clásica cubana (que se dice fue creada ahí en 1962 una combinación de queso, pierna y jamón y que ya ha sido copiada en todas las torterías del país).
Tortas Don Polo ha crecido como la popularidad de Memo y actualmente tiene tres sucursales, todas en la Ciudad de México.
TORTAS DE LOS MIL COLORES COMO "EL BRODY"
Ahora vamos con Jorge Campos, el hombre que vestía uniformes en colores flourescentes, que hacía atajadas y salidas inverosímiles para después vestirse de '9' y anotar goles. El ídolo que cubrió la cabaña del Tri en los Mundiales de 1994, 1998 y que en 2002 fue como suplente Óscar 'El Conejo' Pérez empezó un negocio de tortas llamado "Sportortas de Jorge Campos".
Con una matriz y un sistema de franquicias, el también conocido como 'Brody' emprendió en 1994, cuando su carisma y magnetismo con los fans era más grande.
Imposible saber ahora cuántas torterías llegaron a funcionar al mismo tiempo bajo la bandera de Campos, pero a la fecha, 28 años después todavía hay franquicias que funcionan en la Ciudad de México, León, Nuevo Laredo y Acapulco, de donde es originario este peculiar personaje.
Campos, quien tiene otros negocios ligados a restaurantes, es uno de los comentaristas principales de la televisora mexicana TV Azteca para los partidos más importantes de la cadena, principalmente los de la Selección Mexicana, que ahora dirige Gerardo 'Tata' Martino.
Jorge comparte micrófonos con el relator Christian Martinoli, y los también exfutbolistas Luis García y Luis Roberto Alves 'Zague'. Es seguramente el equipo de narraciones más seguido en México y que ha logrado competir y superar a las múltiples combinaciones que presenta su competencia de Televisa.
Pero si de combinaciones se trata, las de las tortas que se venden en 'Sportortas' son más folclóricas que las de los trajes de Campos, ya que cada torta es nombrada en honor a una leyenda del futbol.
Así encontramos la llenadora y exquisita torta Pelé (chorizo, jamón y quesillo), la torta Maradona llena de recursos y magia (pierna, jamón, quesillo, queso blanco y queso de puerto, la muy argentina (o al menos es la intención) torta Messi (carne asada, jamón, quesillo, lechuga y mayonesa), sin que falte la Jorge Campos que tiene de todo un poco, claro (milanesa, pierna, jamón, quesillo, queso blanco, queso amarillo y piña).
Otras honran a Rafa Márquez, Neymar, Jordan, Cuauhtémoc Blanco, Chicharito, Pacquiao, Hugo Sánchez, Mike Tyson o hasta Antonio Mohamed, pero hay tacos y todo tipo de antojitos en el negocio del arquero que es conocido como 'El inmortal' gracias a las ocurrencias de Martinoli, su compañero de transmisiones.
¿Qué tortas son mejores? ¿Las de Memo o las de Jorge?
Hacer un juicio de valor culinario es complicado, tanto como decidir quién ha sido o es mejor, si Memo Ochoa o Jorge Campos (que ya lo haremos). El que esto escribe ha probado tortas tanto de 'Don Polo' como de 'Sportortas' y si mi opinión cuenta las de la familia de Memo Ochoa son superiores, pero no deja de ser una cuestión de gustos, porque ni soy un gourmet ni mucho menos un catador de tortas, aunque si puedo presumir ser un conocedor de todo tipo de comida callejera mexicana.
Pero como pasa siempre hay quien piensa lo contrario, porque, aunque ambos lugares venden, principalmente tortas, sus productos son totalmente diferentes.
Mientras que las tortas 'Don Polo' son del tamaño regular de un bolillo común y corriente y están rellenas generosamente, las 'Sportortas', por lo regular, tienen un pan más grande y su sello es que se desbordan de ingredientes. Ambas se sirven calientes tras pasar por la plancha.
Otro punto que me hace preferir a 'Don Polo' es que es un negocio 100 por ciento familiar, administrado por el padre de Memo Ochoa y que además es un lugar clásico para los paladares chilangos más glotones, mientras que 'Sportortas' son franquicias y la calidad de servicio y producto depende de quién sea el dueño de esa sucursal.
¿Y EN EL ARCO? ¿MEMO O JORGE?
Ahí vamos de nuevo, a tratar de definir a un 'mejor', pues no es fácil.
Jorge Campos fue nombrado uno de los tres mejores arqueros del mundo por la IFFHS (Federación de Historia y Estadística del Futbol) en 1993, sólo debajo del danés Peter Schmeichel y el argentino Sergio Goycoechea. También fue campeón con México en los Panamericanos de 1999, Copas Oro de 1993 y 1996 y la Copa Confederaciones de 1999.
Campos nunca jugó en Europa, a decir de él mismo porque nunca hubo una oferta real de un equipo, solamente promotores se le acercaban, pero se adelantó años en el desarrollo de la posición por su excelso juego de pies que lo hacía quitarse rivales e incluso salir jugando con el desparpajo de Higuita y la locura de Gatti pero con la seguridad de un Rafa Márquez.
Su audacia lo llevó a pedir oportunidad como delantero y anotó 46 goles en Liga con Pumas (el equipo de sus amores), Atlante, Los Ángeles Galaxy (de la MLS), Cruz Azul, Chicago Fire (MLS), Tigres y Puebla en donde se retiró en 2004.
Excéntrico y sencillo a la vez. Bromista y competitivo. Bajito para la posición, pero lleno de fintas, recursos, vuelos y seguridad. No era un payaso en el arco, sino un líbero que organizaba el equipo desde atrás y que hacía difícil a los rivales romper la trampa del fuera de lugar. Un genio, que a veces, muy pocas, pagaba cara la osadía de adentrarse en el rectángulo de pasto con el balón, si con esto podemos encontrarle un defecto.
Por su parte, Memo Ochoa es un atajador de raza. Debajo de los tres postes no ha habido un par de manos como las de Paco Memo o si no que lo diga Neymar, quien ya corría a festejar el cabezazo colocadísimo que conectó, pero Ochoa hizo un 'Gordon Banks' inverosímil y acalló la voz de gol que ya coqueteaba en los labios de los brasileños reunidos en el Estadio Castelao de Fortaleza.
La debilidad de Ochoa son las salidas por arriba a cortar centros, es un arquero que se muere o salva todos en la raya de cal.
Ochoa era el único portero mexicano que se ha atrevido a jugar en Europa en primeros equipos (otros han intentado, pero no han pasado de fuerzas básicas), también el único que encontró cabida en el Viejo Continente.
El hombre que ha sido campeón de la Copa Oro de 2009, 2011, 2015 y 2019, de Liga con América en 2005, así como distinguido como uno de los 10 mejores arqueros del mundo en la década de 2010's, segundo mejor portero del Mundial 2018, nombrado en la boleta de candidatos al Balón de Oro, etc., dejó un jugoso sueldo y cómoda posición como estrella del América para buscar fortuna en el Ajaccio de Francia y de ahí pasó por el Málaga, Granada y Standard de Lieja en un periplo de una década que lo llevó de regreso al equipo de sus amores en México.
Argumentos hay para considerar a cualquiera de los dos el mejor, incluso se vale creer que el más grande es 'La Tota' (que no torta, le faltó una R para que la coincidencia fuera brutal), pero ¿hace falta polarizar más? ¿Si te gusta la música tienes que escoger entre Beethoven y Bach o entre Mozart y Chopin?
Aunque esto es futbol, y Ochoa y Campos son tan similares y diferentes como sus tortas, por qué quedarse sólo con uno, ¿por qué no disfrutar de ambos en su tiempo y espacio de dejarnos de comparaciones o competencias? Es tiempo que el aficionado tenga estómago suficiente para deleitarse con los dos sin privarse de uno. Digo yo.