DOHA -- Pasó en Río de Janeiro, también en Moscú y Doha no podía ser la excepción. La convocatoria estaba hecha para las 12 del mediodía, pero la "manija" es grande y arrancó unos minutos antes.
El intenso calor del mediodía no los amedrentó. En la zona del Corniche, donde se encuentran las banderas de los 32 participantes de la Copa del Mundo y el famoso reloj que marcó la cuenta regresiva, cientos de hinchas argentinos alentaron a la Selección en el día previo del debut ante Arabia Saudita.
La Pampa, San Gregorio en Santa Fe, Boedo, Rafaela, Salta, Castelar, La Paternal, Pergamino, Córdoba, Neuquén, San Juan. Banderas de todos lados. "Quiero ver a Messi levantar la Copa en un camello", rezaba otro trapo. Joan, Pumba y Lautaro, tres amigos de Villa Luro, pusieron: "Me hacés olvidar que no tengo un mango".
Los infaltables bombos marcaron el ritmo. Al rato se sumó una melódica. ¿El hit? La canción preferida de Lionel Messi: "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar. Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial". También se comprobó que "Brasil, decime qué se siente" sigue vigente pese al paso de los años. Los simpatizantes de otros países no quisieron perderse la fiesta y retrataron todo con sus cámaras.
La familia de Julián Álvarez posó con buena predisposición para las fotos. También dijo presente Diego Schwartzman: "Justo estoy de vacaciones, empezando la pretemporada. Me quedo solo en la fase de grupos, después tengo que viajar y lo seguiré desde casa".
Una bandera argentina gigante, con el 10 detrás del sol, es la gran atracción. Su dueño, Maradoniano de ley, merece una historia aparte. Diego está presente. En las canciones, en remeras y hasta en una gigantografía que llevó un hincha de Huracán Las Heras.
16 personas se aprietan para salir en la foto. Son cuatro familias conocidas. Se reencuentran en Qatar, donde todos compartieron unos años. Hoy algunos se mudaron a España, hay una grupo sueco-uruguayo y el resto sigue viviendo en Doha brindándole alojamiento a los amigos.
Después de una hora y media, comenzó la caravana hacia el mercado de Souq Waqif. Claro, antes hubo una escala importante en los puestos de comidas y bebidas. Avanzado ya el mediodía, el calor no mermaba. Pero parece que no les importó.
La fuerza de la pasión siempre puede más.