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¿Una victoria contra Países Bajos? Es posible para Ecuador

DOHA (Enviado especial) -- Ya pasaron los nervios del debut y pasaron también los primeros días después de la victoria sobre Qatar en el partido inaugural de la Copa del Mundo. La Selección de Ecuador comenzó su camino con una convincente y tranquila victoria, que sirvió para convertir la ansiedad y la expectativa en esperanza y certeza: será un rival de cuidado para cualquiera. Incluso para Países Bajos, el gigante europeo que llegó para lograr su primer título y también ganó en la presentación.

Ecuador puede ganarle a Países Bajos. La frase puede ser tomada como un mensaje de ocasión, sin demasiado contenido. Como una arenga hueca y vacía. Pero es una realidad. La Tri tiene el juego, la mentalidad y el carácter necesarios para dar otra sorpresa en un Mundial en el que Arabia Saudita le ganó a Argentina y Japón a Alemania. La paridad es cada vez mayor y eso juega a favor de los que llegan en silencio, como retadores de los favoritos.

Ambos ganaron en su debut y con una victoria aseguraron su pasaje a octavos de final. Contra Senegal, Países Bajos tuvo buen funcionamiento colectivo, sobre todo en el centro del campo, pero careció de imaginación en ataque. Tiene poco peso en el área rival y el trío ofensivo formado por Cody Gakpo, Vincent Janssen y Steven Bergwijn no estuvo en la misma sintonía que el resto de sus compañeros.

Con lo cual, aunque no se puede decir que la Naranja sea un seleccionado "inofensivo", sí es cierto que no logra concretar lo mucho que genera y crea. Porque tuvo un gran trabajo, sobre todo en la presión, la recuperación y el avance en bloque. Frenkie De Jong es el líder del mediocampo y Steven Berghuis su socio. La línea de tres no sufrió grandes dificultades contra los delanteros africanos y Virgil Van Dijk fue salida como siempre.

Ecuador debe saber que si Piero Hincapié, Félix Torres, Jhegson Méndez y Carlos Gruezo (se perfilan para jugar ambos ante la importancia del juego de los mediocampistas europeos) están concentrados y organizados, podrían superar al esquema ofensivo neerlandés, que ha demostrado poco ingenio y contundencia, más allá de dos goles que llegaron en buena parte por deficiencias de Edouard Mendy y sus defensores.

Con la posibilidad del cero en el arco de Hernán Galíndez (algo que se ha convertido en una costumbre en los últimos tiempos), la Tri debe pensar en cómo lastimar al cuadro de Louis Van Gaal. Cortar los circuitos de creación y salir rápido con los laterales y los delanteros será vital. En el centro del campo Moisés Caicedo tendría todavía más libertad para intentar jugar a las espaldas de De Jong y de Berghuis y mover los hilos del equipo. Con Enner Valencia en duda, quien ocupe ese lugar debe estar preparado para aprovechar todas las opciones. Ecuador puede ganar, pero no debe fallar en el arco rival.

En los laterales también podría estar otra de las claves del partido que se disputará este viernes en el estadio Khalifa. Ángelo Preciado comenzó muy bien el torneo y Pervis Estupiñán es un hombre muy importante en la idea de Alfaro. Ambos deberán batallar contra Denzel Dumfries y Daley Blind. En los primeros partidos del grupo hubo poca gravitación de los jugadores de bandas, pero esta vez sí podría abrirse el juego por afuera, ya que ambos quieren ser cuadros anchos con la posesión.

La otra clave del partido estará en la mentalidad. Ecuador fortaleció el aspecto anímico tras ganarle a Qatar y deberá creer en sí misma para sumar otros tres puntos. Tiene capacidad y carácter para hacerlo. En el primer choque, bajó la intensidad en el segundo tiempo y controló el partido sin hacer mucho esfuerzo. Esta vez, hacer eso podría ser lapidario. La concentración y la energía debe ser la misma durante los noventa minutos. Extrema. Sin guardarse nada.

Mirarse en los espejos de Arabia Saudita y Japón puede ser importante para la Tri. Es cierto que la diferencia entre Ecuador y Países Bajos no es la misma que entre estos dos seleccionados asiáticos y sus vencidos, pero también lo es que lograron la victoria gracias un compromiso y una muy destacada convicción en la idea a desarrollar.