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Giroud y Mbappé hacen olvidar a Benzema y entran en la historia de Francia

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El Barcelona despide a Piqué con victoria en el Camp Nou (6:17)

En el último partido como profesional del histórico Gerard Piqué, el equipo de Xavi Hernández consigue un cómodo triunfo sobre el Almería y duerme como líder. (6:17)

Olivier Giroud ya es leyenda en Francia. Kylian Mbappé, también. El veterano delantero del Milan, de 36 años, participa en su tercera Copa del Mundo y disputará por tercera vez los cuartos de final, convertido desde este domingo en el máximo goleador histórico de la selección gracias a la diana con la que abrió la victoria sobre Polonia y que le catapultó hasta los 52 goles, superando ya los 51 que le mantenían igualado con Thierry Henry.

El joven crack del PSG ya suma nueve goles en dos torneos y, sentenciando la clasificación de los bleus, va camino de ser el máximo goleador en Qatar.

Fue Giroud quien deshizo el entuerto de un partido incómodo pocos minutos después (rozándose el descanso) de que Lloris primero y Varane seguidamente evitasen que los polacos se avanzasen en el marcador. Y fue, ya en la segunda mitad, Mbappé quien hiciera gala de su condición de crack diferencial para sentenciar el pase con dos golazos, convertido de momento en el máximo realizador del Mundial (5 goles) y sumando ya nueve en dos participaciones.

Los bleus, con solvencia, esquivaron el gafe que inauguraron ellos mismos en 2002, y del que solo se salvó Brasil en 2006, superando una primera fase en la que el campeón se había estrellado, como ellos, en 2010, 2014 y 2018 y encontraron en una pareja insólita la clave para explicar su tercera clasificación consecutiva para los cuartos de final del Mundial.

Giroud, 117 partidos con la selección desde su debut en 2011 bajo el mando de Laurent Blanc, nunca ha sido una estrella indiscutible pero, a la vez, siempre ha sido un futbolista necesario. Que ha dejado su sello allá por donde pasó y que se ha mantenido habitual en los planes de la selección, primero con Blanc y después, desde hace diez años, con Didier Deschamps.

Puede no tener el pedigree de Henry, la buena estrella de Griezmann y mucho menos la calidad de Benzema o, claro, Platini, pero ha marcado más goles que ninguno de ellos con la camiseta de la selección gala, a la vez que acumula 260 en 643 partidos divididos entre Grenoble, con el que debutó en 2006, Istres, Tours, Montpellier, Arsenal, Chelsea y Milan.

Giroud, delantero a la vieja usanza, nunca estrella indiscutible pero siempre necesario, disputa, se entiende, su último Mundial compartiendo por segunda ocasión vestuario en el torneo con la estrella más rutilante de los bleus, una bestia llamada Mbappé y que aparece dispuesto a romper todos los records. Suma ya nueve goles en once partidos en la Copa del Mundo y nada parece lejos de su alcance en una carrera ya monumental con 23 años.

No es descabellado, al contrario se contempla lógico, pensar que Mbappé se convertirá más pronto que tarde en el máximo goleador histórico de la selección y dejará atrás a su compañero. Suma 63 partidos con Francia y con su doblete ante Polonia acumula ya 33 goles.

Su velocidad, su capacidad de definición, su rapidez en la toma de decisiones, su calidad indiscutible... Nada se entiende difícil para el futbolista del PSG que ya ha marcado en los Mundiales tantos goles como Leo Messi, con solo dos participaciones y que está llamado, en competencia directa con el ausente ErlingHaaland, a suceder al astro argentino como nuevo rey del fútbol mundial.

Por delante tiene ahora Mbappé, junto a Giroud,los cuartos de final y, quien sabe, la semifinal y final como reto momumental para convertir a la Bleu en la primera selección que gana el Mundial en dos torneos consecutivos desde que lo hiciera Brasil en las ediciones de 1958 y 1962.