El 18 de diciembre de 2022 quedará marcado como el día en que el futbol le hizo justicia a un héroe de leyenda.
La Copa del Mundo por fin llegó a manos de uno de los elegidos, quien la conquistó tras años de lucha y perseverancia, los cuales se vieron coronados con un colofón que desde ya es parte de la historia.
Messi construyó este título a partir de la fe, del talento, la entrega, camaradería, el respeto y hasta la fortuna. Esta vez, a diferencia de aquel amargo 2014, la suerte le sonrió y de qué manera, en una Final inolvidable que llevó al límite de las emociones hasta el último disparo en la tanda de penaltis.
La imagen de Leo desvaneciéndose con los brazos hacia el cielo mientras estallaba en llanto perdurara por siempre en la memoria, pues representa la confirmación de que el deporte también premia a sus héroes.
No hubo un futbolista más determinante que él en esta Copa del Mundo: asumió el mando de una agrupación que le tiene una fe ciega y que da la vida por él dentro y fuera del campo.
La mereció y la ganó. Es un título histórico para Argentina, pero por encima de todo es la conquista que le faltaba al ‘Rey de copas’. La más preciada, la más grande. Después de esto no hay nada más.
Qatar 2022 fue el Mundial de Messi, se apoderó de él de principio a fin con todo y la inaudita derrota frente a Arabia Saudita. Fue su versión más ‘Maradoniana’, no se guardó nada y se dedicó a disfrutar con todo y el sufrimiento que forma parte del camino a la gloria.
Se llegó a pensar que la soñada imagen en la que levantaría el dorado trofeo solo iba a existir en la mente de quienes lo adoran y lo siguen; sin embargo, es real, pasó, el sueño de Messi y de millones se cristalizó.
Hoy solo queda agradecer, contemplar a la distancia y sonreír porque el héroe de leyenda es también campeón del mundo.