Laura Fortunato fue designada para impartir justicia en Australia-Nueva Zelanda 2023 y representará a Argentina en una Copa del Mundo por segunda vez en su carrera. La árbitra internacional conversó con ESPN.com sobre los avances del fútbol femenino y las vicisitudes de su profesión.
Laura comenzó su camino en el fútbol "del otro lado de la mecha": era jugadora y se inició en las plazas de su barrio jugando con los varones. Pasó por el futsal y la cancha de 11 hasta que se encontró casi por casualidad con el arbitraje. Una amiga le pidió si podía acompañarla a hacer el curso y, sin saberlo, cambió su vida para siempre.
Estaba haciendo el profesorado de Educación Física y, en simultáneo, estudiando para aprender a hacer cumplir las reglas de juego. Le tocaba hacer malabares para que los tiempos le rindan y poder mechar su formación con el trabajo. Inició sus primeras prácticas en intercountries y divisiones formativas hasta que logró entrar a la AFA.
A partir de allí su carrera fue creciendo de forma imparable. Fue tenida en cuenta por la CONMEBOL, luego por la FIFA y así consiguió dirigir en la Copa del Mundo Francia 2019, la final de la Copa Libertadores 2021, la final de la Copa América y los Juegos Olímpicos de Tokio, entre otros grandes eventos. Este año volverá a ser la única argentina elegida para ser árbitra principal y viajará con sus compatriotas Mariana de Almeida y Daiana Milone (asistentes) y Salomé Di Iorio (VAR).
Sus inicios en la profesión: la presencia de las mujeres en el arbitraje y los cambios
Cuando empecé el curso de arbitraje, estaba haciendo el profesorado a la vez y me las ingeniaba, porque agarraba cualquier trabajo en escuelitas, piletas, estaba de acá para allá todo el día. Durante la semana me consumía mucho tiempo el curso y los fines de semana arbitraba. Se hacía difícil. Trataba de nuclear los trabajos en la semana para poder dedicarle el 100 por ciento del fin de semana al arbitraje.
Cuando inicié la carrera de arbitraje había muy pocas chicas en el fútbol a nivel general, ni hablar en AFA. Una llegaba a la cancha y era una sorpresa que llegara una árbitra. En AFA serían 5 o 6, conmigo eran 3 las que entramos. Éramos 10 chicas contra 600 varones que ya estaban en AFA. Era muy llamativo que vaya una chica a dirigir un partido.
Con el correr de los años cada vez se fueron sumando más y más chicas. El día de hoy hay 50 chicas en AFA y una lo que ve es que cada vez hay más adeptas, más mujeres quieren hacer el curso y en redes sociales o en la tele vemos una cantidad impresionante de chicas tal vez en ligas menos reconocidas. Pero ellas están ahí, peleando para poder ingresar a AFA que tiene un reconocimiento mundial impresionante.
He compartido con árbitras de todas partes del mundo, hay lugares donde el femenino está a la par y otros países en los que cuesta más. Es parte de un proceso, no solo del país sino del continente. Poco a poco las generaciones van cambiando y se va prestando más para abrir estos terrenos que se creían masculinos, se está abriendo a las mujeres por sus capacidades.
A mí me cuesta verme como un referente, pero a veces me llegan mensajes de diferentes chicas de diferentes partes del país. Me doy cuenta de que puedo inspirar para que esto siga avanzando, está bueno. Estamos en una generación bisagra que va a dar pie para que en unos años más cada vez más chicas van a poder disfrutar de la profesión y llegar mucho más alto de lo que estamos ahora.
¿Si pienso en ser formadora? Me encantaría. Todavía estoy muy enfocada en el arbitraje en cancha pero en el futuro me encantaría poder transmitir lo que aprendí y voy a seguir aprendiendo. Las experiencias vividas son muy provechosas y se puede sacar mucho de eso. Ojalá se presente esa posibilidad. Es una posición muy importante la de asesores que comprendan lo que fue el rol del árbitro, es decir que sean exárbitros y sepan transmitir.
El rol de los árbitros: una profesión muy maltratada
Es una profesión muy golpeada, somos muy criticados. Es bueno que el asesor sepa transmitirle al árbitro. Me encantaría más adelante estar en ese rol.
El apoyo psicológico es muy importante porque hay árbitros que están más o menos preparados para afrontar las críticas y las presiones. Hay veces que dirigís en un estadio lleno, es una final, un partido importante y todo eso genera una presión en el árbitro que tiene que intentar afrontarla de la mejor manera posible.
Post partido después de un error o una crítica, no se considera que somos personas…como cuando un jugador patea un penal y la manda afuera. La gente tendría que tener un poco más de empatía.
En el femenino se quiere igualar para mal con el masculino criticando a los árbitros, buscando problemas o polémicas donde no hay. Ves esa entrelínea de los periodistas o los que están a cargo de la difusión. Quieren poner picante donde no existe, en partidos donde no pasa nada hablan de polémicas.
Ningún árbitro en el mundo quiere equivocarse. Hay que tomar decisiones en cuestión de segundos, hay veces que no podés llegar a ver todo. Se pone la honestidad en tela de juicio cuando se trata de un error.
El mejor árbitro es el que, cuando termina el partido, no se sabe quién dirigió y hay que googlearlo. Siempre mi objetivo es ese, que el partido termine y que nadie sepa quién condujo ese encuentro.
La concentración dentro de un campo de juego por 90 minutos es muy difícil. Somos un equipo y tratamos que todo el mundo se mantenga atento constantemente. Los intercomunicadores nos ayudan por si alguno perdió la concentración, cuando perdés la atención puede pasar cualquier cosa. A veces en el partido no está pasando nada y uno se puede dispersar fácilmente, pero la idea es focalizar individual y colectivamente.
EL VAR, un aliado que llegó para quedarse
Siempre dije que el VAR es una herramienta importantísima para el arbitraje. Realmente considero que, bien aplicada, es vital para evitar este tipo de problemas claros o errores obvios que pueden generar un conflicto.
Es una herramienta tecnológica, pero está manejada por personas y obvio que puede haber errores. Es una cuestión de tiempo hasta que se ajusten ciertos puntos que están a prueba, hay países donde todavía no se ha implementado. Hay que darle tiempo, errores siempre va a haber porque hay jugadas de interpretación. A veces ponemos una jugada en una sala con 100 árbitros y la mitad cree una cosa y la otra mitad, otra.
Ojalá que no saquen nunca la herramienta porque es muy importante para el árbitro en cancha y, obviamente, para los asistentes.
La intervención del VAR es cuando son errores claros y obvios. Si es una jugada muy sutil o el árbitro explica lo que pasó (por ejemplo un toque que no es suficiente para cobrar una falta). El VAR revisa todas las jugadas trascendentales (penales, goles, rojas, etc). Hay cosas que no se ven o no se perciben en el vivo. Cuando la situación no amerita sanción, directamente el VAR continúa el juego. Cada jugada interpretativa no se puede interrumpir, si la situación está cubierta por el árbitro, no necesita intervención. Por ejemplo en los fuera de juego, que son ajustadas o límites, el VAR tira líneas. Son factuales, no necesita que el árbitro vaya a revisar. Más allá de la utilidad que se le da al VAR no hay que dejar de darle posición al árbitro.
Sobre las críticas a las demoras que genera: El tiempo que lleva revisar una jugada está relacionado con la calidad de la imagen o con el ángulo correspondiente. El VAR debe buscar la mejor imagen y a veces no es la correcta, o la cámara está movida. Hay 15 cámaras y tenés que buscar la adecuada. Y cuando llamás al árbitro debés mostrarle dos o tres posiciones para que pueda evaluar. El tiempo que lleva la tecnología no es rápido.
Australia-Nueva Zelanda, su segunda Copa del Mundo
Estoy muy emocionada por poder estar nuevamente en una Copa del Mundo. Me enteré a fin de año, cerca de Navidad. Me llegó la designación por mail y me puse muy contenta, esperaba con ansias este momento. Estoy muy feliz y más preparada que nunca para afrontar esta posibilidad. Una viene acarreando cierta experiencia, no solo en el Mundial pasado estuvieron los Juegos Olímpicos en el medio, la Copa América la Copa Libertadores. Hubo grandes torneos y muchos cursos que te dan experiencia. La manera de afrontar el nuevo desafío es distinta.
Esta Copa va a ser diferente y cada una que vaya viniendo va a ser diferente porque todo está avanzando (asistencia, ritmo de los partidos, capacidades de las jugadores), no solo el arbitraje sino el fútbol femenino a nivel mundial está progresando muchísimo. Los avances van de la mano del apoyo que nos brinda la AFA, la CONMEBOL y la FIFA.
La experiencia arbitral que uno se lleva, los aprendizajes, estar con la elite del arbitraje mundial, compartir una clase, un entrenamiento con las mejores del mundo. Te da un bagaje que no tiene comparación con nada, arbitralmente hablando.
Los instructores son excelentes profesionales que nos acompañan día a día con un montón de aprendizaje. Las charlas con los compañeros, tener la posibilidad de conocer ciertos lugares que uno nunca imaginó conocer. El arbitraje te da esa posibilidad, conocer personas y lugares increíbles.
Los sueños y los proyectos, un trabajo día a día
A veces cuesta pensar en lo que sueño porque las posibilidades se van presentando de a poco. Miro para atrás, recuerdo cuando empecé la carrera que otras compañeras iban a un torneo o un Juego Olímpico y yo lo veía muy lejos para mí. Y ahora veo todo lo que vivido, miro para atrás y veo todo lo que llegué a hacer. ¿A dónde sueño llegar? No lo sé, voy paso a paso y estoy focalizada al 100 por ciento en el Mundial y eso está bueno para ir poniéndose objetivos a corto plazo.
Espero poder darle a Argentina la mejor representación posible. Ya tengo 38 años y la carrera arbitral no es eterna, está estipulado cerca de los 45 pero el VAR abre otras puertas para extender esta “vida arbitral”. Más adelante veré qué opción es la más adecuada para mí.