Encara y frena. Sube la velocidad y desacelera. Gambetea, esquiva patadas, encuentra espacios. Levanta la mirada y busca el pase, que será preciso. Con voz baja y convicciones firmes, Estefanía Banini va al frente. Juega y dice. Pasó de ser capitana a estar excluida de la Selección Argentina. Nunca se rindió y volvió. La referente del equipo albiceleste es la bandera de un seleccionado que buscará su primera victoria en un Mundial en Australia-Nueva Zelanda 2023.
"Siendo realistas, no estamos al nivel de las potencias, pero si hay algo que tiene esta Selección es que les sabe competir", analizó Banini en una entrevista con Equipo F de ESPN. El antecedente del Mundial de Francia 2019 confirma esa sentencia: en el debut, Argentina empató 0-0 con Japón en un encuentro en el que la enganche se adueñó de la pelota y manejó los tiempos del partido frente a un seleccionado que había sido campeón del mundo en Alemania 2011 y subcampeón en Canadá 2015.
"Más allá de que es el primer punto en un Mundial, yo me quedo con la actuación del equipo. Pudimos reflejar lo que es la mujer argentina. Somos esto: actitud, pelea y la lucha que estamos haciendo por la igualdad", dijo tras aquel empate histórico.
En la fase de grupos de 2019, Argentina perdió 1-0 ante otro poderoso como Inglaterra e igualó 3-3 contra Escocia en un duelo que perdía 3-0.
Después de cosechar elogios por su talento y desfachatez en la Copa del Mundo, a pesar de que Argentina no logró superar la primera ronda, Banini fue separada de la Selección. La número 10 reclamó cambios, pidió mejoras y criticó, junto con otras compañeras, al entonces director técnico Carlos Borrello.
Argentina se privó de su futbolista más brillante y audaz durante tres años. La asunción de Germán Portanova como nuevo entrenador auguraba un pronto regreso, pero la espera fue más larga de lo deseado por Estefi. Una lesión le puso un obstáculo más a la mendocina, pero nada la detendría. Fue elegida en el once ideal FIFA FIFPRO 2020-2021 y se lució en Atlético Madrid desde que se rehabilitó tras la artroscopía en la rodilla derecha.
"Me duele estar afuera de la Selección por querer mejorar, por querer hacer mejor las cosas. Jugar en la Selección es el sueño de nuestras vidas", dijo Banini en esta nota con ESPN.com antes del llamado que le devolvería la alegría de ser convocada para vestirse de celeste y blanco. La lista se oficializó el 28 de marzo de 2022. Demasiado tiempo sin la fantasista en el equipo, pero con la suficiente antelación como para reincorporarla a la estructura de la Selección a más de un año del Mundial oceánico.
El par de amistosos con Chile selló el regreso. La pelota al pie, la cabeza levantada, la gambeta de potrero y la pegada precisa estaban intactas.
2023, en busca de la ansiada primera victoria
"Jugar un Mundial es una emoción que no se puede explicar con palabras. Es un orgullo", le dijo Banini a Juan Pablo Sorín en una charla entre quienes supieron llevar la capitanía argentina. Estefanía disputará su segunda Copa del Mundo, en la cuarta participación albiceleste de la historia.
El 24 de julio, en el Eden Park de Kingsland (Nueza Zelanda), Argentina se estrenará contra Italia, "el rival al que le podemos competir", según anticipó la enganche en esta entrevista para NBC. La Azzurra accedió dos veces a cuartos de final en Mundiales: 1991 y 2019.
El segundo adversario será Sudáfrica, el 27 de julio. Las campeonas de la Copa Africana en 2022 tienen escasa experiencia mundialista: solo participaron en 2019, torneo en el que perdieron sus tres partidos.
Suecia, el rival más poderoso, aparece en la tercera fecha: el 2 de agosto. Las nórdicas disputaron los ocho Mundiales y se subieron cuatro veces al podio con tres terceros puestos (1991, 2011 y 2019) y un subcampeonato (2003). Además, consiguieron la medalla de plata de los Juegos Olímpicos en dos oportunidades (2016 y 2021).
Argentina intentará conseguir un triunfo mundialista por primera vez, ese es su objetivo inicial y proponer más éxito es una utopía. "Una puede soñar con ganar un Mundial, es nuestro mayor deseo, pero sabemos que estamos lejos. Un gran sueño sería pasar la primera fase ya que Argentina nunca ganó un partido en un Mundial. Nuestro camino es seguir creciendo y dejar allanado el camino para las chicas que vengan", anheló Banini.
Una extensa carrera y un futuro ligado siempre al fútbol
El inicio del recorrido de Banini como futbolista fue en el club Cementista de Mendoza, donde jugó al futsal desde los 7 años en un equipo de varones. El paso al fútbol de once lo dio a los 16 en Las Pumas, también de su ciudad natal. Todo eso en un contexto en el que su padre, Tito, y su madre, Elizabeth, le habían sugerido que practicara otros deportes: vóleibol, como sus hermanos, hockey o básquetbol.
Colo Colo fue el primer club en el que Estefanía jugó profesionalmente: llegó al Cacique en 2011, luego de demostrar su capacidad en la Copa América de Ecuador 2010 con solo 20 años, y se quedó hasta 2014. En el equipo chileno consiguió 8 títulos locales y la Copa Libertadores en 2012.
Desde allí dio otro salto fundamental en su carrera: se fue a jugar a Washington Spirit, de la liga de Estados Unidos, la mejor del mundo en ese momento. Esa transferencia llevó a Banini a enfrentarse a futbolistas que habían competido al máximo nivel durante toda su vida. Y Estefanía estuvo a la altura. En 2016, año en el que su equipo fue subcampeón, la argentina sobresalió.
Banini decidió mudar su magia a Europa para jugar una temporada en Valencia, luego regresó a Estados Unidos para otros dos años en la National Women's Soccer League. Volvió a España para jugar tres campañas en Levante y en 2021 llegó a Atlético Madrid, su club actual con el que ganó la Copa de la Reina, torneo en el que Estafanía convirtió un inolvidable gol de tiro libre para llevar la final ante Real Madrid a tiempo suplementario.
El segundo y último Mundial de su carrera aparece en el horizonte. La jugadora que luchó para hacerse un lugar en la historia del fútbol argentino, primero para conseguir su espacio en un equipo de varones, luego en el extranjero y finalmente para volver a ponerse la camiseta de la Selección tras haber sido excluida por no callar injusticias, se describió: "Sé leer el juego, soy habilidosa, inteligente y pícara".
El futuro luego del retiro ya parece tener forma: Banini realizó el curso de entrenadora en España y quiere estar al mando de un equipo para transmitir todos sus conocimientos. Dará indicaciones con el brazo derecho en el que, cerca de la muñeca, resalta un tatuaje con el símbolo del infinito, ese tiempo y lugar hasta el que ella quiere seguir ligada al fútbol, que se lo hizo en honor a su familia "que está siempre" con ella. Y les dará consejos a quienes hoy la admiran y quieren ser como ella. "Sueñen en grande, se puede hacer realidad cualquier sueño", volverá a salir de su firme y a la vez tímida voz.