Mauricio Pochettino fue confirmado como nuevo entrenador de la selección de Estados Unidos. El reconocido DT argentino, con una destacada carrera en las principales ligas de Europa, asume este martes un desafío nuevo y diferente.
Pochettino asumirá el mando del equipo de las Barras y las Estrellas con un gran reto en el horizonte: el Mundial 2026, que se disputará en gran parte en Estados Unidos, junto con México y Canadá compartiendo sede.
Pochettino, de 52 años, con una carrera extensa en Europa, ahora toma las riendas de Estados Unidos. Con experiencia en clubes de primera línea como el Tottenham -donde llegó a la final de la UEFA Champions League- y el París Saint-Germain, donde dirigió a un tridente estelar conformado por Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar, el entrenador es una figura de gran renombre. Su último paso fue por el Chelsea inglés, donde fue cesado tras menos de una temporada.
Un técnico sin precedentes en suelo estadounidense
Desde su fundación, en abril de 1913, alrededor de 20 directores técnicos pasaron por el banco de suplentes estadounidenses. Ni Velibor Milutinovic, ganador de tres títulos en uno de los primeros largos ciclos de la USMNT, ni el inolvidable Bruce Arena, campeón en cuatro ocasiones y gestor del mejor desempeño de su país en un Mundial, ni tampoco Bob Bradley, comandante de las travesías en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, tuvieron la carrera profesional que logró este argentino.
Tras una amplia trayectoria como zaguero central, el 'Sheriff' se aventuró a reemplazar a José Manuel Esnal como DT del Espanyol en 2009, cuando la institución se encontraba dentro de los puestos de descenso en la Primera División de España y debía luchar por la permanencia. Su desembarco cambió la dinámica del plantel, los jugadores captaron su idea a la perfección y los resultados llegaron tan rápido como era necesario, logrando el gran objetivo de la salvación.
Luego de aquella enriquecedora primera experiencia, con dos años más allí, a Pochettino le tocó emigrar a la Premier League de Inglaterra para dirigir al Southampton, donde le tocó hacer un trabajo parecido al de Espanyol, asumiendo en el medio de una lucha por la permanencia y consiguiendo su misión al final de la campaña.
Ya en su segundo año todo cambió: la pretemporada le ayudó a pulir detalles y crear un plantel que tuvo un gran arranque de liga, que la colocó en la tercera posición. Le hizo frente a todo rival que se pusiera enfrente. Sin embargo, al tener una capacidad mucho menor a sus competidores directos, terminó cayendo a la octava posición.
Al observar lo hecho por el oriundo de Rosario en Southampton, los directivos del Tottenham posaron sus ojos sobre él y decidieron contratarlo para la temporada 2014/15, firmándole un contrato que duraba hasta junio de 2019. Durante todo su ciclo, los Spurs fueron uno de los grandes animadores de la competición local, sobre todo por el antagonismo creado en Premier frente a un imbatible Manchester City de Pep Guardiola. Igual, el gran batacazo lo dieron en 2019, cuando llegaron a la final de la Champions por primera vez en su historia.
Semejante campaña lo colocó en el radar de los mejores equipos del mundo a fines de 2019, cuando fue destituido en los Lilywhites. De hecho, en algunas ocasiones, se lo vinculó con Real Madrid y hasta la Selección Argentina, aunque ninguna de ellas propuestas terminó concretándose. Pochettino se tomó un tiempo de descanso. Aquel proyecto en Londres le había dado grandes alegrías y, a su vez, lo había llevado a desgastarse demasiado. Tuvo un año sabático, hasta que en enero de 2021 fue presentado como flamante estratega del Paris Saint-Germain.
Era el primer gran reto de toda su carrera. Pasaba de crear plantillas desde cero a contar con una repleta de estrellas. El cambio era abismal. Y la realidad marca que nunca se logró adaptar: pese a tener el inolvidable tridente de Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé, Pochettino sufrió las grandes presiones de Nasser Al-Khelaifi, sin poder impregnarle su propuesta de juego al combinado francés.
Ganó tres títulos locales -los únicos de su carrera-, pero todo fue opacado por los decepcionantes resultados en la Champions: eliminado con Manchester City en semis y, un año después, caída en octavos de final frente a Real Madrid. Las dolorosas derrotas coperas fueron los clavos en su ataúd, que se terminó de cerrar en 2022, cuando le anunciaron la rescisión de su vínculo. Tuvo otro año sabático y finalmente desembarcó en el banco del Chelsea para intentar revivir las gloriosas viejas épocas en Londres, que lo llevaron a la cima del planeta Tierra.
Terminó sexto en la Premier League y clasificándose para la Europa Conference League, la competición continental de tercer nivel de la UEFA. Tras 11 meses, finalizó esa relación. Y ahora llega el desafío en un seleccionado nacional.