Cristiano Ronaldo será presentado, si no hay cambio de planes a última hora, el martes en Riad como nuevo futbolista del Al Nassr y en Arabia no descartan que pudiera debutar el jueves frente al Al-Tai si así lo estima su nuevo entrenador Rudi García, aunque en el país árabe se sobreentiende que así será, después de que el último 26 de diciembre los casi 24 mil aficionados presentes en las gradas del estadio Mrsool Park se pasaran todo el partido frente al Al-Hilal coreando el nombre del portugués, casi ajenos al empate que cedió su equipo y que deja, de momento, en cuarentena el liderato.
History in the making. This is a signing that will not only inspire our club to achieve even greater success but inspire our league, our nation and future generations, boys and girls to be the best version of themselves. Welcome @Cristiano to your new home @AlNassrFC pic.twitter.com/oan7nu8NWC
— AlNassr FC (@AlNassrFC_EN) December 30, 2022
Mientras, a 4 mil 300 millas de distancia, en La Coruña se frotan aún los ojos con el fichaje de Lucas Pérez, un delantero gallego de 34 años que acaba de fichar por el Deportivo, procedente del Cádiz y descendiendo dos categorías en el fútbol español. Lo más llamativo del caso, enorme, es que a Lucas el cambio le ha supuesto perder cerca de dos millones de euros. Volver a casa era para él un objetivo innegociable desde el pasado verano, muy por encima de cuestiones económicas...
Entre los más de 200 millones de euros que se calcula ganará Cristiano Ronaldo en Riad y los 120 mil que le quedarán de salario a Lucas Pérez hay una distancia monumental en el plano económico y una diferencia abismal en el personal.
Al goleador portugués, estrella rutilante del fútbol mundial en las dos últimas décadas y con un patrimonio acumulado multimillonario, le habría gustado en cuanto rescindió su contrato con el Manchester United firmar por un club de campanillas, que jugase la Champions y le asegurase un salario acorde con su palmarés y grandeza; al delantero español solo le movía un deseo: regresar a sus orígenes después de una buena carrera en el fútbol profesional. Aunque muy alejada de los fastos de CR7.
CORAZÓN
Lucas tenía las maletas preparadas para volver a La Coruña en verano. Tras acabar la temporada en el Cádiz y a pesar de tener dos años más de contrato, le arrancó a su presidente la promesa de dejarle ir si el Deportivo ascendía a 2ª División... Pero el 11 de junio, en el partido definitivo del play-off, el Albacete dio el golpe ganando en Riazor (1-2) y el histórico club gallego se quedó, otra vez, hundido en la miseria. Y Lucas, presente en aquel partido como hincha acérrimo que siempre fue del Depor, lloró el desastre, comprendiendo que no podría volver.
Pero comenzó la nueva temporada firme en su deseo, contra toda lógica y la incomprensión general. "¿Cómo va a querer irse a un equipo de tercera?" se preguntaban en Cádiz. La incredulidad y hasta enfado de los hinchas del equipo andaluz acabaron cuando el presidente públicamente le defendió: "¿Criticáis a un jugador porque quiere volver al equipo que siente en su corazón? ¿No es eso lo que siempre habéis defendido?"...
Y con el paso de los primeros meses del curso, manteniéndose en sus trece, en Cádiz entendieron la necesidad de buscar un acuerdo con el Deportivo para cerrar el círculo.
Al final el dinero quedó para Lucas Pérez en un plano muy secundario. Ya había ganado suficiente en su carrera y se trataba de ese asunto sentimental por el que puso de su bolsillo los 500 mil euros con que tasó el Cádiz el traspaso que se cerró el último día de 2022. Hace ocho años ya hizo algo parecido: Eligió los 150 mil euros que le pagaba el Depor por encima de los 600 mil de salario que tenía en el PAOK Salónica y tras una excelente campaña firmó el contrato de su vida con el Arsenal...
Muy a su pesar porque quería quedarse en La Coruña pero los 20 millones de euros que pagaron los gunners por él (su cláusula de rescisión) provocaron que el club gallego le empujase a aceptar la oferta.
Pasó también por el West Ham y hoy, en lo que se entiende el inicio del ocaso de su carrera, Lucas vuelve a casa con el reto de ayudar al Depor a regresar al fútbol profesional. Dejándose dos millones de euros por el camino está ya centrado en su debut el sábado frente al Unionistas en Riazor, donde se espera la presencia de no menos de 20 mil hinchas (en un partido de tercera categoría) para apoyarle en esta última aventura.
Mientras, en Arabia Saudí, Cristiano Ronaldo, que no encontró el acomodo que pretendía en un club de Champions League ni se planteó la opción de volver a Portugal recortándose drásticamente su salario, iniciará la última etapa de su vida deportiva con un contrato, otro, monstruoso. ¿Las dos caras de la misma moneda?