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"El Messi Jordano", la esperanza para quitarle título a Qatar

Mousa Al-Tamari es el único futbolista de Jordania que milita en Europa, juega con el Montpellier.


Antes del inicio de la Copa Asia 2023, la selección de Jordania no estaba ni de lejos entre las candidatas al título, pero ha logrado desafiar las expectativas, desempeñando a gran nivel a lo largo de todas las rondas del torneo para estar presente, por primera vez en su historia, en la final del torneo ante el anfitrión, Qatar.

La selección jordana jugará su primera final continental contra unos cataríes que buscan conquistar el título por segunda vez consecutiva en un partido que se celebrará en el estadio de Lusail, que ya acogió la final del Mundial 2022 entre Argentina y Francia hace más de un año.

Qatar acoge el torneo después de que China, anfitrión original, no pudiera organizarlo a consecuencia del covid, lo que obligó a su vez a cambiar las fechas de la competición para inicios del 2024, para que el calor del desierto no impactara en el campeonato.

La selección jordana participa por quinta vez en la Copa Asia y su mejor logro antes de esta edición fue la clasificación para cuartos de final en las ediciones de 2004 y 2011, mientras que en la última edición se conformó con clasificarse para los octavos de final antes de perder ante la selección de Vietnam en los penaltis.

Un único jugador en Europa

La selección jordana llega a esta final con un equipo que cuenta con un solo jugador en Europa, el delantero del Montpellier, Mousa Al-Tamari, que ha llamado la atención desde el inicio de la actual temporada, y a quien la prensa francesa llamó “el Messi Jordano”.

Otro jugador de nota es Yazan al Naimat, delantero del Ahli qatari, y que comparte con Al Tamari el liderato de los goleadores de Jordania en esta copa, con tres goles cada uno.

Al-Naimat tiene unas habilidades para regatear con el balón, y buen manejo del balón en espacios reducidos, algo que dio muchas soluciones para Ammouta en el ataque.

Una de las sorpresas jordanas es el defensor Yazan Al-Arab, que fue suspendido de por vida por la Asociación de fútbol de Malasia el pasado septiembre tras agredir y escupir a un árbitro, pero que ahora es un pilar del equipo.

Fue autor del gol que dio pie a la remontada ante Irak en los últimos minutos del descuento para pasar a los cuartos de final.

Casi toda la selección jordana juega en su liga local o son "jornaleros" habituales en las ligas de Qatar, Malasia y la segunda división de Arabia Saudita, que en este torneo han logrado cuajar un grupo con habilidades distintivas capaz de superar a los equipos más destacados del continente.

Sufrimiento antes del torneo

La selección jordana no atravesaba su mejor momento antes del inicio del torneo, sobre todo desde que el técnico marroquí, Hussein Ammouta, asumiera la dirección del equipo en junio de 2023 y surgiera una corriente que exigía su dimisión antes del inicio de la competición continental.

Ammouta jugó 8 partidos con Jordania en los seis meses previos al torneo, y fue derrotado en 6 de ellos.

Las derrotas más destacadas fueron contra las grandes potencias del continente, Arabia Saudí, Irán y Japón, mientras que empató en un partido contra Tayikistán, y solo ganó un partido amistoso contra la selección catarí.

Las previsiones y las críticas hablaban de resultados desastrosos en la Copa y mayores exigencias para destituir a Ammouta, para evitar una catástrofe.

Resultados diferentes

Sin embargo, la Federación Jordana de Futbol mantuvo su posición y perseveró con Ammouta como seleccionador, una apuesta que ha terminado por darles la razón acompañada de buenos resultados y cierta fortuna.

Primero logró una contundente victoria contra Malasia (4-0) y luego un empate con Corea del Sur, una de las grandes potencias continentales (2-2, con un gol en propia meta en el tiempo de descuento).

Sufrió una derrota en la última jornada de la fase de grupos ante Bahréin (0-1), y se clasificaron a octavos como el mejor tercero de grupo, lo que les dejó alejados de otras potencias como Japón, Irán o Arabia Saudí en los octavos.

El cruce, sin embargo, los medía contra Irak, una de las grandes sorpresas del torneo, primera de su grupo e invicta.

Allí llegó la épica, con una remontada que se concretó con dos goles en el minuto 95 y 97 de juego.

En cuartos superó a Tayikistán por gol en propia meta, y el cruce les deparó enfrentarse nuevamente a los surcoreanos nuevamente en semifinales.

En lo que probablemente ha sido su mejor partido, superaron a los bicampeones continentales tanto a nivel defensivo como ofensivo, y decidiendo el partido con dos goles y relativa comodidad.