El combinado mexicano padeció los contragolpes, con fragilidad defensiva y un mediocampo desdibujado a lo largo del duelo
La Selección Mexicana fue sacudida 0-4 por Uruguay en su primer ensayo rumbo a Copa América 2024 y dejó varios errores en ataque y defensa para analizar y mejorar, pues el equipo sufrió en el centro de la cancha con presión alta y juego vertical por parte del combinado sudamericano.
Este duelo fue el primer ensayo del combinado mexicano rumbo a Copa América 2024, el próximo será ante Brasil, este sábado a las 18:30 horas (20:30 ET), y el debut dentro de la justa sudamericana con participación de Concacaf tenrá a Jamaica como rival, el 22 de junio a las 19:00 horas (21:00ET).
Sin solución ante presion alta
El combinado mexicano planteó el inicio de su ofensiva con pases en corto para superar a Uruguay mediante combinaciones por tierra y así evitar la posible pérdida de balones en disputas aérea ante un rival superior, sin embargo, fue sorprendido en repetidas ocasiones por presión alta que impidió el tránsito de la pelota y que lo tomó mal parado en contragolpes.
Además, el equipo mexicano intentó plantar cara a Uruguay con la línea de zagueros muy cercana al centro de la cancha (defensa en bloque alto), pero la mala coordinación entre defensores provocó espacios para que los atacantes se hicieran de la pelota con tranquilidad y mantuvieran progesión en la jugada, siempre situados con un hombre libre y en carrera al espacio durante las jugadas que derivaron en los cuatro goles.
Superioridad en el centro de la cancha
Como dato adicional, la Selección Mexicana también padeció en demasía a Rodrigo Bentancur durante todo el partido como organizador silencioso, pues el equipo sudamericano buscó sus botines en el centro de la cancha para repartir el juego en vertical hacia la zona final y jamás fue presionado por un jugador mexicano para complicarle la labor.
Con la intención de sumar jugadores a la línea de centrocampistas y generar juego ofensivo, el dibujo de la Selección Mexicana incluyó constantemente a Brian García y Gerardo Arteaga alternando en el centro de la cancha para tener más jugadores en dicha zona, sin embargo, la velocidad de Uruguay castigó su lento 'cambio de chip' para regresar a defender por los laterales, así como el desatino de Edson Álvarez para contener en el carril central.
Ejemplo de lo anterior es el 0-1 (7'), pues el equipo mexicano se vio sorprendido por un balón en largo que tomó mal parada a la línea de defensas, dejó a los pivotes muy lejos de la jugada y con ventaja absoluta a Facundo Pellistri, quien controló la pelota con tranquilidad y cedió a Rodrigo Bentancur para que trazara el primer pase que evidenció en el marcador dicha carencia del seleccionado verde.
Mala coordinación de la defensa
Con la intención de sumar un jugador a la línea de centrocampistas y generar juego ofensivo, el dibujo de la Selección Mexicana incluyó constantemente a Brian García y Gerardo Arteaga alternando en el centro de la cancha para tener más jugadores en dicha zona, pero la velocidad de Uruguay castigó su lento 'cambio de chip' para regresar a defender.
Después del primer gol, la Selección Mexicana 'aprendió' del error y retrasó a los defensas para no entregar la espalda a los rematadores, pero nuevamente fue pasmado por Uruguay con juego rápido y al primer toque, que evidenció la falta de jugadores mexicano en el centro de la cancha con sacrificio.
Al 26', Edson Álvarez, con un deslucido rol como centrocampista defensivo a lo largo del duelo, perdió una pelota en el centro de la cancha y forzó a Fernando Beltrán a recuperar, sin éxito, por lo que la Selección Mexicana quedó sin jugadores sobre el centro de la cancha contra tres rivales que jugaron al primer toque para salir en velocidad ampliar la distancia en el electrónico gracias a una defensa que no se coordinó ni en marcas o recorridos.
El tercer y cuarto gol también involucra a los pivotes desarticulados para apoyar en labores de defensa. Con un pase por detrás del círculo central, Uruguay recibió facilidades al 44' y 49' para tomar el carril central por asalto y llegar a la portería mexicana con suma facilidad, pues los defensores no tuvieron ayuda alguna en carreras o intentos por cerrar espacios y orientar la jugada hacia otra dirección, toda vez que fueron incapaces de competir por la pelota.