Matías Arezo, delantero de Peñarol, habló en conferencia de prensa tras la victoria del conjunto aurinegro ante Defensor Sporting por 2 a 1 en el Campeón del Siglo, por la última fecha del Torneo Intermedio.
“Sabíamos que era un partido de mucha importancia y que puede llegar marcar un antes y un después en la Tabla Anual. Salimos a jugarlo de esa manera, pero ellos encontraron el gol cuando no había pasado nada, llegó fuera de contexto. Con los cambios mejoramos y cuando el equipo salió a buscarlo se notaron las ganas y el empuje y que queríamos sacarlo. Por suerte se nos dio", manifestó el goleador aurinegro.
El jugador que se encuentra a préstamo del Granada de España fue consultado acerca de las causas de la victoria ante el Violeta, y su respuesta apeló a la fortaleza anímica del equipo.
“Lo ganamos por las ganas y por la actitud. La actitud después del primer gol fue innegociable. A pesar del golpe que recibimos, el equipo respondió. Quizás era algo en lo que estábamos en el debe, antes cuando recibíamos un golpe nos costaba levantarnos. Hoy se mostró otra identidad y otra manera. Estamos corrigiendo cosas, queremos salir y queremos seguir en el lugar en el que estamos”, aseguró.
Consultado acerca de ese cambio mental que viene mostrando el equipo aurinegro a partir de la llegada de Darío Rodríguez, Arezo aseguró que a Peñarol lo golpeó fuertemente la mala campaña internacional.
"Los problemas anímicos los notamos todos. Lo internacional nos pegó muy duro, se notó y se vio reflejado en el torneo local. Teníamos claro que había que pasar la página, que ya había terminado y que había que empezar a corregir y a pensar hacia adelante”, manifestó.
El artillero mirasol se refirió al gran presente que atraviesa su compañero Abel Hernández, y a la posibilidad de compartir el ataque a pesar de que ocupan posiciones similares.
“Se ha notado que nos entendemos de la mejor manera y por más que a veces juegue uno y otras veces juegue otro, la relación entre nosotros no cambia. Eso es muy importante para cuando nos toca jugar juntos. Cuando yo llegué tuve ese buen momento y todo lo que tocaba iba para adentro. Ahora lo está teniendo Abel y hay que disfrutarlo. Son rachas de delanteros”.
Finalmente, el atacante de 20 años habló sobre cómo sobrellevó el tiempo de sequía goleadora de más de dos meses sin convertir, algo atípico para un delantero de sus características.
“No es la primera vez que me pasa y ya lo llevo con más tranquilidad. Con el correr del tiempo uno empieza a convivir con eso e intenta sumar desde otros lugares, que es lo que importa y lo que ayuda al equipo a seguir progresando", cerró.