Kevin Martínez, golero juvenil de Danubio y de la Selección Uruguaya Sub 20, repasó en ESPN su relación postergada con el arco, habló de aquellos primeros guantes que compró papá Jose, del respaldo infinito de la abuela Blanca y de sus sueños.
Los arqueros en el baby fútbol no son un tema sencillo para los entrenadores de niños, quienes deben buscar a cuál de todos los infantes puede convencer para quedarse quietito ahí entre los tres palos. Si hay alguno que ya venga con esa idea y esa fascinación, un éxito. ¿Pero qué pasa si son dos los que se encandilan con el arco?
“Si me decían cancha o arco, a mí dame arco”. En el club Terremoto, a Kevin (nacido el 27 de noviembre de 2005 en Montevideo) lo querían en la cancha, pero el arco lo llamaba.
“Mi papá había hecho baby fútbol en Terremoto y yo seguí el mismo camino. Cuando arranqué, yo jugaba de cinco. Siempre me gustó el arco, pero no me dejaban atajar porque ya teníamos arquero. Pero un día surgió la posibilidad (faltó el golero) y no les quedó otra que ponerme a mí”.
De gran estatura (1.92m) heredada de la familia paterna (“Mi abuela es bastante grande, y mi padre también, aunque yo ya pasé a papá”, aclara), Martínez se halló en el arco para sorpresa de alguno, pero no de él que ya sabía su lugar.
“Algún gol de cabeza tengo en baby fútbol, pero no extraño eso. Desde chico siempre me gustaba tirarme. Y ya un poco más grande jugaba con mi hermano Alan, que es dos años más chico, en el patio de casa: los dos nos poníamos los guantes y nos tirábamos pelotazos, siempre nos gustó. Antes, los primeros guantes me los había comprado mi papá”.
Después de varios años en Terremoto, el arquero del barrio Malvín Norte estuvo unos meses atajando en la captación de Danubio y luego tuvo un paso por la escuelita de Peñarol, hasta regresar al elenco franjeado para incorporarse en Séptima división.
Martínez fue avanzando en su carrera en las formativas de Danubio, y en 2021 lo convocaron para la Sub 17 de Uruguay: “La familia quedó muy contenta, era algo que yo quería, para mí fue un sueño y para mi familia también; en esa citación se veía reflejado todo el apoyo de mi familia y ellos estaban muy felices por eso. Los primeros en enterarse fueron mis padres, luego mis hermanos, somos cinco en total, yo soy el más grande”.
A su vez, destacó cuando fue consultado sobre sus virtudes: “Como arquero creo que tengo buen juego aéreo. En lectura de juego creo que salgo muy bien y tengo buen juego con los pies, voz de mando también, de todo un poco. ¿A seguir mejorando? Todo; todos tenemos que corregir todo”.
En 2024 comenzó a ser parte del plantel principal de Danubio (en agosto renovó su contrato hasta diciembre de 2026) y de la Selección Uruguaya Sub 20 de Fabián Coito, siendo clave en julio para ganar el Torneo de L’Alcúdia: “Con el paso del tiempo uno le va tomando más conciencia a ese campeonato, pero creo que el torneo nos sirvió mucho para unir al grupo porque recién se estaba conformando la nueva Sub 20, nos unió mucho y nos llevamos muy lindos recuerdos de ese viaje”.
Los consejos de Mauro Goicoechea y el respaldo de la abuela Blanca
Al ser parte del primer equipo de Danubio, Martínez ha podido trabajar con Mauro Goicoechea, experimentado arquero uruguayo que atajó en Italia (Roma), Francia y Portugal.
“Sin duda que aprendo mucho con él en el día a día; es tremenda persona y un jugador sensacional. Con el Goico somos muy apegados y cuando hay algo para corregir siempre te lo dice; a mí me gusta que me corrijan porque siento que puedo mejorar y viniendo de él aún más por todo lo que sabe por su carrera y trayectoria. También me animo a preguntarle cosas”, aseguró Kevin, quien de niño admiraba a Fernando Muslera y Manuel Neuer.
Entre los importantes apoyos también está la abuela Blanca: “Siempre estuvo y está. Es todo para mí, es mi pilar más grande como siempre le digo. Fue la que siempre estuvo, la que me llevaba con mamá y papá; haya viento o lluvia fue la que siempre ha estado conmigo”.
Cuando en algún partido de baby fútbol le hacían varios goles y el niño Kevin se enojaba y decía que no quería ir más porque no le gustaba ir a buscar la pelota al fondo de la red, ahí estaba la abuela para decirle que tenía que seguir.
Martínez continúa entrenando para afianzar su vínculo con el arco, habiéndose enamorado desde muy temprano del rol de defenderlo. Sus sueños ahora están con la Sub 20 y en poder debutar profesionalmente con Danubio (“Me gustaría debutar en Jardines del Hipódromo”).
Luego el fútbol dirá si podrá darse la transferencia al exterior para intentar retribuir parte de todo el apoyo familiar recibido, y así medirse ante obstáculos más difíciles, frente a delanteros de mayor nivel.
“Si tengo que elegir un nueve que me defina… Mbappé o Haaland”. Si hay que imaginar desafíos al momento de cuidar su valla, Kevin proyecta en grande, porque así se sueña.