Xisco Jiménez, delantero de Peñarol, habló desde España y contó que a pesar de estar en Mallorca hace 8 semanas, volverá a Uruguay “sin poder darle ni un beso ni un abrazo a mis padres”, al tiempo que imaginó un Campeón del Siglo sin gente de manera extraña: “será raro jugar sin una hinchada tan presente como la nuestra, pero sabemos que estarán apoyando a la distancia”.
En entrevista concedida a Derechos Exclusivos (Radio Uruguay), el delantero reflexionó sobre una vuelta al fútbol sin público.
"Será raro volver sin gente, es otra de las normalidades a las que nos tenemos que acostumbrar. El color especial del juego se lo dan las aficiones, no va a ser lo mismo. Estamos acostumbrados a campos llenos, no sólo en el momento del partido, pero por desgracia parece que va a ser por bastante tiempo", indicó.
A su vez, rescató que a pesar de la rareza, los jugadores saben que los hinchas “están ahí y que podremos seguir dándoles alegrías".
Si bien es optimista con los plazos que se manejan para una vuelta del fútbol, Xisco insistió en que hasta que no haya confirmación oficial, fecha clara y nuevo inicio, seguirá trabajando desde su casa. “Yo sigo haciendo todas las cosas que nos manda el cuerpo técnico de Peñarol. El día que se diga que hay que volver, volveré con las pilas muy cargadas porque estoy disfrutando de un tiempo maravilloso con mis hijos", confesó.
También tuvo palabras para el joven extremo del Carbonero, Facundo Pellistri: "Me parece un jugador espectacular con una proyección increíble. Es un diamante en bruto que hay que pulir, pero puede ser un grandísimo jugador a nivel mundial".
Además, rescató que es “muy humilde, tiene los pies en el suelo, una cabeza bien amueblada. En este momento donde muchos equipos comienzan a hablar de él, es importante".
El jugador de 33 años relató lo que vive en su país a propósito del coronavirus. "Hace ocho semanas por ahí que estoy en Mallorca, vivo a 12.000 kilómetros, vine por mis tres hijos y no le he podido dar ni un beso ni un abrazo a mis padres. Voy a volver a Uruguay y seguiré sin darles un beso. Es duro y difícil de digerir pero nos vamos a tener que ir acostumbrando”.
“Si no hacemos lo que toca, puede conllevar a situaciones peores y hay que respetar todo lo que está ocurriendo. La situación ahora en España está controlada, hay más libertad pero con muchas precauciones. Es cierto que la época y el momento más duro y más complicado ya han pasado", concluyó.