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El hincha de Peñarol Álvaro Volpe, el goleador Fernando Morena y una historia para emocionarse

Diego Volpe contó en sus redes sociales la emocionante historia que vincula a su padre Álvaro, gran hincha carbonero, con el goleador histórico de Peñarol, Fernando Morena. ESPN.COM.UY conversó con Diego que reveló más detalles del encuentro del 2013 entre ídolo y fanático carboneros.

“Hola, te habla Fernando Morena, voy a ir a ver a tu padre, me contaron la situación de tu viejo y voy a pasar por tu casa”, eso fue lo primero que escuchó Diego una tarde del 2013 cuando atendió el teléfono, sencillamente no lo podía creer. Minutos antes se había contactado con la página partidaria ‘Padre y Decano’ para conseguir el número telefónico del goleador histórico de Peñarol y así solicitarle un importante favor, pero antes que pudiera llamarlo él, el ídolo carbonero se contactó y le confirmó que cumpliría lo que Diego ni siquiera le llegó a pedir.

Meses antes la familia había recibido una noticia fulminante: Álvaro tenía cáncer de páncreas. Diego recordó: “Fue todo rapidísimo, le detectaron el cáncer, lo operaron, pero nos dijeron que estaba muy avanzado y que no le daban mucho tiempo de vida, él era un hombre sano y se nos vino el mundo abajo, estuvo un mes internado y en un momento el médico nos dijo ‘llévenlo para su casa y que esté los últimos días ahí porque le queda poco tiempo’, y yo dije ‘ta, tengo que hacer algo, por lo menos sacarle una sonrisa en este momento’”.

Y entonces Diego se dio cuenta que su padre podría morir sin haber conocido personalmente a su ídolo: “Nunca se había sacado una foto con él ni lo había podido ver de cerca, no había tenido la chance. Les escribí a Padre y Decano para ver si me podían pasar el número, y no lo llegué a llamar que me llamó él a mí, me llamó a los diez minutos cuando lo atendí no lo podía creer”.

En esas horas el asombro de Diego era cada vez mayor: “Al otro día Morena vino a casa y estuvo 40 minutos, una hora, conversando con mi padre. Yo no me lo esperaba, todos me decían que era una excelente persona pero no me imaginaba que viniera tan pronto, además le trajo una camiseta con la número 9 y el nombre Álvaro”.

Diego siguió contando: “Mi viejo tenía un álbum con recortes de diario que venía coleccionando desde niño, se lo mostró a Morena, y Fernando no lo podía creer; estuvieron viendo las fotos un rato, intercambiaron anécdotas; mi padre venía mal, tenía momentos en que estaba inconsciente pero por suerte en ese momento estaba bien lúcido, hasta logró sacarle una sonrisa a Morena, increíble, lo cuento y me emociono”.

“Yo no caía, no podía creer que Morena estuviese en mi casa y hablando con mi viejo y contándose mutuamente anécdotas de Peñarol, de viajes, de partidos… era una locura estar presente ahí viéndolos, yo en silencio y observando, viendo las caras de los dos, tengo ese recuerdo en la mente”, narró Diego, describiendo un perfecto relato de película, en particular como si se tratase de la última escena de ‘El gran pez’ de Tim Burton; es que también su padre siempre fue un gran contador de historias carboneras.

“Y al otro día mi viejo falleció; Morena le había prometido que lo iba a hacer socio vitalicio y a los tres días la cobradora del club me trae la medallita de socio vitalicio y cuando le dije que había fallecido la muchacha se puso a llorar”, agregó el hincha carbonero que aseguró que tiene bien guardada esa medalla.

Diego publicó la historia en estos días ante la reciente inauguración de la estatua en el estadio Campeón del Siglo que homenajea a Morena recreando su famoso grito de gol: “Con esto del monumento a Morena me despertó de nuevo la necesidad de contar la historia de mi viejo con su ídolo y la idea es que le llegue a Morena como una manera de agradecimiento”.

La historia se replicó y se sigue replicando en Twitter: “No esperaba tanta repercusión, fue increíble, cada persona que lo lee me dice ‘me hiciste llorar’, incluso me llegaron mensajes aclarando ‘yo soy hincha de Nacional y me hiciste llorar’”, resaltó Diego quien luego destacó el amor de su padre por los colores oro y carbón.

“Mi viejo era un loco fanático por Peñarol, de chiquito yo le pedía que me llevara a la ‘tribuna que se canta’ e íbamos con mi vieja, mi hermana, él y yo a la tribuna Ámsterdan del Estadio Centenario. Siempre nos contaba las anécdotas del ‘Tito’ Gonçalves, de su ídolo Morena, y con su relato me hacía vivir esas historias, la forma en que te lo relataba era impresionante; él nunca había tenido la posibilidad de conocer a Fernando, y en aquella coyuntura dije ‘Ta, es el momento para que lo conozca’, y se me dio, por suerte lo pudo conocer en sus últimos días”, indicó Diego que logró cerrar y continuar con una nueva historia un gran álbum de relatos de su padre.

La historia incluso viene de más atrás. El abuelo de Diego fue otro gran hincha de Peñarol: “Yo no llegué a conocerlo mucho, pero mi viejo me decía ‘Mi padre era más loco por Peñarol que yo’, el fanatismo se fue pasando de generación en generación, esta locura por el cuadro viene de herencia”.

Álvaro en particular siempre contaba el gol de Morena para ganar la Copa Libertadores de 1982 relatando toda la jugada. Los días de partido había que comer temprano para a la hora 13:00 salir rumbo al estadio y ser los primeros en ingresar a la tribuna. Con mucho nerviosismo y silencio vivía el antes y el durante de cada partido; una vez llegado el pitazo final Álvaro se quedaba sentado en la Ámsterdam viendo cómo el Centenario se vaciaba y cuando ya no quedaba nadie se levantaba tranquilo para volver, ya sin voz de tanto gritar, a su casa con su familia; el regreso sin palabras en caso de derrota afirmaban más el amor hacia el club de la familia Volpe.

Como el hogar estaba en Jacinto Vera la mayoría de las veces se iba y volvía caminando, compartiendo con la gente y viendo los personajes del camino; a pie siempre y cuando no hubiera que llevar a todos los amigos de Diego y entonces cerca de siete chiquilines ingresaban al Fiat 147 para partir rumbo al Estadio.

La impresionante ansiedad de Álvaro se mantenía aun cuando la familia no pudiese concurrir a los partidos. “Si los partidos los veía en casa mi padre estaba parado los 90 minutos, no se sentaba de los nervios; sus anécdotas estaban siempre relacionadas con Peñarol, siempre lo digo, yo soy loco por el fútbol y Peñarol, pero él era más, él me superaba”, contó Diego, recreando sin darse cuenta lo que hacía instantes indicó que su padre contaba de su abuelo; otra vez el relato vuelve a comenzar con el fanatismo por Peñarol atravesándolo todo.

“A él le gustaba la Ámsterdam porque podíamos ir con toda la familia, luego de veterano yo lo acompañaba e íbamos juntos a la América o a la Olímpica, pero seguía yendo, es lo que hoy más extraño, la compañía de él cuando voy a la cancha, mi viejo no llegó a conocer el estadio de Peñarol (inaugurado en 2016), él iba a comprarse una butaca, me quedó esa espina y me duele, pero bueno”, manifestó Diego que espera volver al Campeón Del Siglo aun cuando su padre no lo pueda acompañar. Pasa que es claro que si ahora en el escenario carbonero hay un monumento que recrea y revive a Fernando Morena trepándose a la reja para festejar un tanto de Peñarol, también Álvaro se dará maña para estar al lado de su hijo en la tribuna y poder gritar un nuevo gol de su ídolo.