La final entre Alemania y Austria prometía ser entretenida, y cumplió. Dos de los favoritos fueron en busca del título. Los germanos golpearon primero, tras un error en la defensa austríaca, y Max Silanoglu (6') no perdonó. De todas formas, como era de esperar, Fabian Unterkircher (8') empató el marcador y puso a su equipo en partido nuevamente.
Durante el segundo cuarto, Ben Hasbach (15') volvió a poner en ventaja a Alemania, y Austria salió a buscar el partido. En cuestión de minutos, Fabian Unterkircher (18') y Fülöp Losonci (19') dejaron el resultado en 3 a 2.
El segundo tiempo no perdió intensidad, y rápidamente el conjunto austríaco consiguió otro córner corto, que la defensa alemana sacó de gran manera para conseguirle un contraataque y el tercer gol germano, por parte de Max Silanoglu (22'). Era de esperar que la acción fuera de área a área, donde ambos equipos buscaron mantenerse fuertes mientras explotaron los errores del rival.
De córner corto, Fülöp Losonci (23') puso el 4 a 3 para Austria, y el encuentro comenzó a subir en temperatura. Nicolas Proske (25') dejó el resultado en paridad nuevamente, y luego los germanos consiguieron otro córner corto, pero el arquero austríaco le tapó el tiro, dejando el resultado en 4 a 4. La final se convirtió en un partido donde pasaron muchísimas cosas en muy poco tiempo, y después de una fuerte definición de penal, Ben Hasbach (27') volvió a anotar para Alemania. Fabian Unterkircher (28') marcó un hat-trick y empató el marcador.
Una final a puro deleite y goles, faltando un minuto para que finalice el tercer cuarto, Alemania volvió a ponerse en ventaja, con gol de Anton Pöhling. Unterkircher (36'), gran figura del equipo austríaco, puso el 6 a 6 final.
En la definición por shoot-outs el héroe fue el arquero alemán, que atajando el último penal australiano de Austria, consiguió el cuarto título mundial para Alemania.
En el partido del tercer puesto, Sudáfrica hizo historia, y llegó a donde ninguna nación de su continente había podido. Derrotó a Bélgica 6 a 5 y se subió al podio de una Copa del Mundo por primera vez. Garra y corazón de sobra, con jugadores que se quedaron en la puerta en 2023 y en 2025 lograron su recompensa.
El primer cuarto tuvo vértigo de ambos lados, los equipos salieron a romper el cero y asegurarse iniciar con ventaja, si bien Sudáfrica estuvo más cerca en el comienzo, Bélgica logró una buena jugada colectiva, correr al arquero del centro y sacar la bocha de su radio de acción, para que Philippe Simar (3’) abra el marcador.
Durante el segundo las acciones no mermaron, los RedLions iniciaron mejor y, de córner corto, elevaron la cuenta a su favor con su artillero Philippe Simar (11’). Los africanos se repusieron rápido, conscientes que el partido se les iba de las manos intentaron ataques más verticales y eso los llevó a su primer córner del partido: Mustphaa Cassiem lo convirtió en gol a los 12 minutos. Aunque no terminó ahí, en una ráfaga de un minuto trágico para los europeos Sudáfrica se puso arriba gracias a un nuevo tanto de Mustphaa (19’), para que luego el otro Cassiem, Dayaan (20’), ratifique lo logrado con el 3 a 2.
Luego del descanso largo, los belgas sintieron el cimbronazo y salieron con todo para recuperar su ventaja en el marcador, a pesar de que parecía lo correcto la situación les resultó contraproducente: los europeos retomaron el juego atolondrados, con poca paciencia y eso culminó en errores no forzados. En el medio, una buena contra de los sudafricanos derivó a un córner mal defendido por los de Europa y eso conllevó a un penal que Hans Neethiling (25’) no falló. El baldazo de agua fría derivó en algo productivo, Bélgica fue con mayor orden al ataque y hasta pudo descontar en el marcador a través del palo de Maximilian Langer (26’).
El último cuarto era una lotería, era la prueba de si Sudáfrica iba a ir por más o Bélgica tendría que hacerse con la pelota para intentar descontar. Rápido resultó el desenlace, Mustphaa Cassiem (31’) no permitió dudas y quebró la defensa de los RedLions para sumar otro tanto a su nación -y el tercero en su cuenta personal-. Las emociones siguieron hasta el final, tras una gran jugada individual, Dayaan Cassiem (35’) consiguió un nuevo gol para los de África. Bélgica siguió intentando y no se dio por vencido, así fue que Gaëtan Dykmans (37’) arrimó el marcador y Maximilian Langer (39’) lo dejó en uno; finiquitando, con mucho llanto y emoción, la primera medalla en la historia de África en hockey indoor.