MÉXICO -- La decepcionante temporada que culminaron los Atlanta Falcons el año pasado dejó numerosas dudas a lo largo de una plantilla que parecía contendiente antes de la Semana 1. Desde el juego terrestre hasta la presión al pase, los Falcons se fueron desmoronando conforme avanzaron las fechas.
Atlanta fue el peor equipo de la NFL en ofensiva por tierra con 1,247 yardas totales (77.9 por partido) y penúltimos en capturas al rival, con 31.0 al final del año. Por si fuera poco, el mariscal de campo Matt Ryan fue derribado detrás de la línea en 44 ocasiones, 10° cifra más alta de la liga, y su defensiva secundaria sólo obtuvo 10 robos aéreos: lugar N° 29 de la NFL.
Por tales motivos, la organización encabezada por Thomas Dimitroff ingresó al draft de mayo con tres necesidades claras ya citadas: línea defensiva/ofensiva, corredores y perímetro.
LA ADICIÓN CLAVE
El movimiento de los Falcons por atender sus necesidades vino de más a menos. Por el bajo perfil de sus refuerzos en temporada baja --léase el linero ofensivo Gabe Carimi-- resulta más adecuado señalar al tackle ofensivo Jake Matthews, selección de primera ronda salido de Texas A&M, como el mejor elemento que hallaron los Falcons esta primavera.
Aunque Matthews se perfila a ser titular inmediato, el movimiento más atinado que pudieron hacer los Falcons estuvo en el tackle defensivo Paul Soliai, agente libre proveniente de los Miami Dolphins, quien tendrá la labor de devolver el carácter temible a una línea que tras el 2012 perdió a John Abraham.
Apenas unas horas después de iniciado el nuevo calendario de la liga, los Falcons fueron por Soliai y dos linieros más, pero el enorme elemento que sumó 34 derribos y una captura el año pasado, fue el más importante. Su contrato --por cinco años, 33 millones de dólares y 14 de ellos garantizados-- así lo indica.
Mención para el guardia ofensivo Jon Asamoah, proveniente de los Kansas City Chiefs.
LA MAYOR PÉRDIDA
Los Falcons ya se imaginaban con una dupla sólida de apoyadores internos en las figuras de Paul Worrilow y Sean Weatherspoon para la próxima campaña, no obstante, recibieron la peor noticia de la temporada baja en torno a su plantilla apenas esta semana.
Weatherspoon, quien se vio limitado la temporada pasada por una lesión que lo mandó a las reservas a corto plazo, quebrantó su tendón de Aquiles y se perderá todo el 2014.
Durante el 2012, Weatherspoon emergió como líder en la defensiva, distinción que ocupó Worrilow con juego sólido y destacado en el 2013. Ahora, cuando parecía que ambos podían generar un tándem atemorizante en el centro de la defensiva, Atlanta tendrá que volver a planear su esquema sin su mejor hombre.
Es importante destacar que, no obstante del bache en que cayeron sus jugadores de perímetro, Atlanta tendrá que prescindir de dos elementos con amplia experiencia e historial de Pro Bowl en Asante Samel y Thomas DeCoud, sobre todo en el caso de DeCoud, dado que Samuel viajó a la banca por rendimiento en favor de un novato durante el 2013.
EL DIAGNÓSTICO
La línea defensiva tendrá una nariz temible que no tardará en florecer para ayudar a la inexperta línea secundaria, mientras que la mitad de la línea ofensiva deberá hacer un trabajo rápido por acoplarse, ya que cuenta con tres rostros nuevos en relación al año pasado: el centro Joe Hawley, Asamoah y Matthews.
Esa tripleta se perfila como el grupo de mayor impacto para los Falcons y deberán aportar a los tiempos de Ryan para conectarse con un cuerpo de receptores que recupera a Julio Jones y sumó al velocista Devin Hester.
La lesión de Weatherspoon abre la puerta al novato Marquis Spruill de Syracuse al interior de los apoyadores al tiempo que los Falcons arrancan nuevamente en una posición incómoda para delinear su sistema.
A primera vista, Atlanta ganó una línea ofensiva de mayor nivel durante la agencia libre y el draft, pero en los entrenamientos perdió una fracción crucial de sus planos.