FILADELFIA -- Jimmy Rollins pensó que solamente iba recibir unos aplausos antes de su primer turno de la noche en su regreso a su viejo hogar en Filadelfia.
Pero estuvo muy equivocado.
El mejor torpedero en la historia de los Filis de Filadelfia estuvo conmovido con la recepción que le rindió la afición y su ex compañeros el martes por la noche en su retorno a Citizens Bank Park.
Rollins fue ovacionado por una pequeña parte de los 28,733 aficionados que habían llegado temprano al estadio de cara al inicio de su primer partido en Filadelfia luego de que fuera canjeado a los Dodgers de Los Ángeles el pasado 19 de diciembre de 2014.
“Fue genial. Fue muy apreciada. Pasó más tiempo de lo pensado. Salí, aplaudieron, asentí. Yo los reconocí, me puse en la caja (de bateo) y ellos continuaron”, afirmó Rollins, quien bateó de 5-2 en la derrota que sufrieron los Dodgers 6-2.
La fanaticada, que disfrutó cada momento de sus 15 temporadas con la organización de “la ciudad de del amor fraternal”, continuó intensificando su bulla y aplauso por casi un minuto.
Rollins, quien fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 2007 cuando los Filis iniciaron una cadena de cuatro títulos en la División Este y ganó la Serie Mundial en 2008, tuvo que alejarse de la caja de bateo y se removerse el casco en agradecimiento del cariño que le brindó de la multitud que lo vio crecer desde su debut en Grandes Ligas el 17 de septiembre de 2000.
Varios de sus ex compañeros ,entre ellos el receptor panameño Carlos Ruiz y uno de sus mejores amigos, el inicialista, Ryan Howard se unieron al unísono con la algarabía de una enloquecida afición, lo que entonces forzó a Rollins tener que tomar unos pasos fuera del plato para quitarse su casco azul de la escuadra angelina.
“Dije, 'Vaya, tenemos un juego que jugar', pero fue un gran momento para ellos para mostrar su aprecio y me alegro de que fue de esa manera”, dijo Rollins, quien por poco conectó un hit en su primer turno antes de abanicarse y recibir otro aplauso.
Pese a que el jugador de 36 años de edad había catalogado su primera visita al igual que cualquiera otra de las tantas que les programa en el calendario de la temporada regular, los fans en Citizens Bank Park se aprovecharon para rendirle honor durante toda la noche a Rollins, quien se fue de Filadelfia como líder de la franquicia con 2,306 imparables y 479 dobletes.
La organización le rindió homenaje luego de la segunda entrada con un video especial que destacó algunos de los mejores momentos del jugador que fue seleccionado en la segunda ronda del sorteo de novatos en 1996.
“Eso fue muy divertido. Estaba buscando a Mark McGwire porque siempre le gusta burlarse de mí acerca de los pantalones ajustados que tuve cuando llegué aquí”, señaló Rollins. “Así que cuando lo mostraron quería preguntarle si le gustaba esos pantalones ajustados. Pero fue genial. Me hicieron un par de preguntas sobre cosas que sucedieron, en cuales años, etc. Fue agradable”.
El toletero se embazó en la tercera entrada con un doblete hacia el jardín derecho. En la quinta entrada disparó un sencillo al jardín izquierdo para sobrepasar a su ex manager Ryne Sandberg --quien renunció esta temporada-- colocándose en el puesto 123 de todo tiempo con 2,387 imparable.
“Mientras esté jugando, siento que me quedan años. Yo no cuento estas cosas”, dijo. “Obviamente cuando llegue el punto en que sé que ya es mi último año y sé que nunca más voy a jugar el béisbol, probablemente voy a volver atrás y empezar a mirar las cosas con más cuidado. Ahora mismo son hits y eso significa que estoy en el campo y soy productivo”.
“J-Roll” tuvo la oportunidad de por lo menos prolongar en partido siendo la carrera del empate en la octava entrada, pero su ex compañero y nuevo cerrador Ken Giles lo ponchó.
“Si él iba a cometer un error, yo iba a tratar de tomar ventaja. Solamente habría ampliado el juego”, indició, descartando la idea que se hubiera convertido en héroe. “Ahí mismo empatamos el partido y todavía estuviéramos jugando”.