BUENOS AIRES -- "Sentía que el corazón se me salía del pecho". La frase de Mardy Fish al USA Today, en mayo del año pasado, todavía hace ruido. Por entonces, el estadounidense (ex 7° y hoy 43°) graficaba sus miedos luego de haberse salteado la gira de polvo de ladrillo, pero confiaba en que el tratamiento que había comenzado para superar (o controlar) su arritmia le permitiera volver rápido a las canchas. Wimbledon era el punto en el horizonte al que apuntaba el jugador. El efectivo regreso en el All England, el buen nivel mostrado (hizo octavos) y el optimismo de los médicos hacían prever que la pesadilla había terminado. Pero a más de un año de aquella primera alarma, la incógnita permanece y la duda sobre su futuro se reabre.
Hoy, mientras la novedad que sobrevuela la previa en Londres es que el torneo inglés volverá a reunir a "los cuatro fantásticos" en un Grand Slam después de la prolongada ausencia de Rafael Nadal y la baja de Andy Murray en París, Fish sigue poblando la otra lista: la de las ausencias destacadas, que en esta oportunidad también incluye a Venus Williams, a Gael Monfils, a Nikolay Davydenko o a Brian Baker -todavía en recuperación-, por citar algunos casos.
En los últimos 10 meses, el estadounidense, de 31 años, ha disputado solo un torneo ATP: Indian Wells, en marzo de este año. El detonante de esta larga ausencia fue el US Open 2012. Allí, por segundo Major consecutivo, Fish alcanzaba la segunda semana y proyectaba un atractivo duelo de octavos nada menos que ante Roger Federer. Pero los titulares de aquella jornada solo recordarán que "el suizo pasó sin jugar".
Algunas horas antes del partido, Fish avisaba que se bajaba del torneo y luego difundía un comunicado en el cual esgrimía "medidas de precaución" por la detección de un ligero cambio en las palpitaciones de su corazón.
Esa gris despedida de Flushing Meadows obligaba a barajar y dar de nuevo. "Los primeros meses después de aquel episodio, en mi cabeza yo ya me había retirado y no-retirado prácticamente cada semana", recordaba el jugador. Fish cerró su agitado 2012 lejos de una cancha de tenis y comenzó 2013 debiendo tachar su nombre de los torneos de San Jose y Delray Beach, ambos en tierra norteamericana. Aún no se sentía listo para competir.
El esperado retorno se materializaría semanas más tarde, en el desierto californiano, con victoria ante Bobby Reynolds y luego un gran partido ante Jo-Wilfried Tosnga, que acabaría venciéndolo en doble tiebreak. "Es un buen signo el hecho de que no me haya tomado tanto volver a estar en forma. Esta semana es un buen paso hacia la dirección correcta", se entusiasmaba el estadounidense.
Pero poco más habría de tenis en su recorrido 2013. El operativo retorno marcaba en el calendario un par de Challengers -siempre en suelo norteamericano- para seguir tomando ritmo. El primero, en Savannah, lo vio combinar debut y despedida ante el español Rubén Ramírez Hidalgo. No habría segundo. Por "razones personales", desistió de participar en Tallahassee y poco después anunció que omitiría la gira de polvo de ladrillo, tal como hiciera en 2012.
Con la llegada de la temporada de pasto, se esperaba, una vez más, su regreso a escena. Pero habrá que aguardar otro cambio de superficie. Queen's y el All England quedaron en su camino y, ahora, el ganador de seis títulos ATP y medalla de Plata en Atenas 2004 se verá fuera del Top 50 por primera vez desde junio de 2010. Sin los 180 puntos de Wimbledon que hoy erigen su ranking, quedará cerca del puesto 60 y con un panorama desafiante: defender 720 unidades en poco más de un mes.
El nuevo plan del jugador es regresar en el ATP 250 de Atlanta, evento que da inicio a la "US Open Series", circuito de torneos sobre cemento, en la región, que potencian la preparación para Flushing Meadows... sí, el lugar donde todo empezó. Semifinales en Washington. Cuartos en Montreal. Cuartos en Cincinnati. Octavos en US Open. Tal es el póker a enfrentar para Fish en el curso de unas pocas semanas. ¿Podrá salir airoso de esta nueva encrucijada?