Es una gran época para el boxeo, con uno de los mejores años del deporte en épocas recientes apenas completando dos terceras partes, y un puñado de grandes funciones todavía por efectuarse antes de que el calendario de la vuelta de nuevo.
Con Floyd Mayweather Jr. defendiendo su corona libra-por-libra contra el mexicano predilecto "Canelo" Álvarez el 14 de septiembre, Juan Manuel Márquez en busca de una quinta corona contra el campeón welter Timothy Bradley Jr. el 12 de octubre y Manny Pacquiao preparándose para llevar boxeo de clase mundial a China contra Brandon Ríos el 23 de noviembre, nunca ha habido un mejor tiempo para celebrar la fastuosidad de las peleas de boxeo como el actual.
Entonces, en los próximos 10 días haremos la cuenta regresiva de las mejores peleas de box en la era de ESPN (remontándonos al 7 de septiembre de 1979, para aquellos que les interese le fecha exacta), seleccionadas por nuestro panel de expertos. Por supuesto, sabemos que pueden existir, ejem, desacuerdos acerca de un tópico tan subjetivo, así que nos gustaría saber qué opinan de nuestras elecciones, recibir las suyas y escuchar cualquier otro comentario que tengan relacionado con nuestro proyecto. Solamente envíen un tuit usando el hashtag #ESPNsuperfights y probablemente destaquemos su comentario.
El campeón completo Evander Holyfield y el ex monarca Mike Tyson estaban programados para pelear el 8 de noviembre de 1991 en Las Vegas, en una de las peleas más anticipadas en años. Pero Tyson, quien aguardaba el inicio de su juicio por violación, sufrió ruptura de cartílago en su costilla mientras entrenaba y la pelea fue pospuesta.
Pocos lo hubieran adivinado en ese entonces, pero la pelea fue pospuesta casi cinco años. Tyson fue a prisión tras ser convicto por su caso, mientras que Holyfield fue a disputar otras grandes peleas, incluyendo su épica trilogía contra Riddick Bowe.
Luego que Tyson salió de prisión, pasó gran parte de 1995 y 1996 reconstruyendo su personaje del "Hombre más malo del planeta", mientras arrollaba a cuatro oponentes espantados por enfrentarlo, y no les daba oportunidad de hacer nada que no fuera el ser pulverizados: Peter McNeeley, Buster Mathis Jr., Frank Bruno (en una revancha para ganar un título mundial que eventualmente dejaría vacante) y Bruce Seldon (para obtener otro fajín).
Mientras Tyson lucía con un asesino, eliminándolos en menos de ocho rounds de forma combinada, Holyfield parecía estar en la parte final de su carrera. Bowe lo había noqueado en la tercera pelea brutal entre ellos en noviembre de 1995, y luego parecía un hombre muerto en apuros para vencer a Bobby Czyz en mayo de 1996.
Para el promotor Don King, el momento parecía adecuado, ya que buscaba mantener en marcha la locomotora de Tyson. Todo era perfecto.
Así que se esperaba poco de Holyfield en ese entonces, y había tantas preocupaciones acerca de su salud, que la Comisión Atlética de Nevada le pidió someterse a un puñado de exámenes médicos en la Mayo Clinic antes de recibir la licencia. Pero la pelea sería una bonanza de pago-por-evento, y el ampliamente favorecido Tyson, quien abrió 25 a 1 en la apuestas, le pasaría por encima al ex campeón próximo a desvanecerse.
Pero, por supuesto, es por eso que las peleas se llevan a cabo.
Entonces, fue el 19 de noviembre de 1996, en el MGM Grand de Las Vegas, cuando finalmente se enfrentaron cinco años después de su primera cita con el destino, y no solamente produjeron una pelea legendaria, sino también una de las más grandes sorpresas en la historia del boxeo.
Aunque le daban pocas probabilidades de imponerse, Holyfield garantizó una victoria en la amplia promoción previa del combate, y cumplió su palabra de forma impactante, evocando memorias de otra gran sorpresa, cuando Buster Douglas noqueó al supuestamente invencible Tyson en 1990.
En una pelea plagada de acción, Holyfield dominó en mayor parte. Holyfield abusó del bravucón. Aunque Tyson lo sacudió con un uppercut en el quinto round, Holyfield envió a la lona con un gancho de izquierda en el sexto asalto, el mismo donde se dio un cabezazo accidental (que Tyson clama fue intencional) que le propinó una cortada a Tyson en el ojo izquierdo.
Aunque Tyson conectaba golpes sólidos, Holyfield aguantó todo, y continuó agotando a Tyson con sus propios impactos. Él lo puso en graves aprietos en el décimo asalto antes de finalmente ponerlo fuera de combate todavía de pie, con un ataque masivo de golpes a principios del onceavo asalto.
Naturalmente, el resultado sorpresivo dejó el escenario listo para la revancha siete meses después. Quizá ustedes recuerden algo acerca de una mordida en la oreja.