MÉXICO -- Con más opiniones en contra que a favor, una vez más el InterLiga se llevó a cabo para definir a los dos equipos mexicanos que acompañarán a las Chivas en la Copa Libertadores de América 2008. Desde varias semanas antes la polémica de su realización, las fechas y las sedes no se hicieron esperar como ya ha sido una tradición prácticamente desde el inicio de la historia de los equipos aztecas en la justa sudamericana.
El hecho es que para entender la situación hay que ir al pasado y analizar la historia. Todo empezó en 1998 cuando, gracias a las negociaciones de un promotor mexicano, Eduardo Aguirre, equipos venezolanos recibirían altas sumas de dinero por enfrentamientos con los mexicanos, en un acuerdo que beneficiaba económicamente a los sudamericanos y daba a los aztecas la oportunidad de conseguir mayor roce internacional en caso de avanzar a la Copa Libertadores.
Entonces se jugó por primera vez la Pre Libertadores, por Venezuela jugaban los campeones de los torneos Apertura y Clausura del año correspondiente. Desde entonces la polémica se volvió parte de toda esta historia, pues el promotor, apoyado por Televisa, siendo quienes pagaban a la Federación Venezolana los derechos para la realización de esta eliminatoria (el trato comprendía 200 mil dólares para cada equipo de Venezuela, así como el pago del transporte y la estadía en México ya que se realizaba a visita recíproca), presionaron para que América y Guadalajara fueran designados como los equipos mexicanos escogidos por la Federación Mexicana, quien argumentó que estos equipos eran los más representativos del futbol de México, pero haciendo a un lado a Cruz Azul y León, Campeón y Sub- Campeón, respectivamente en ese momento y los señalados como lo justos representantes.
La cantidad pagada a los venezolanos no era cualquier cosa, así que para el año siguiente había que buscar la forma de hacerse de recursos y fue así como surgió el Pre-Pre-Libertadores, un mini torneo en el que se definirían los dos representantes mexicanos. Así pues, ya sea en un cuadrangular, pentagonal o hexagonal escuadras seleccionadas al más puro "dedazo", viajaban a Estados Unidos en busca de los pases a la competencia contra los venezolanos.
Una vez más no había justicia para quienes deportivamente en la cancha se pensaba habían ganado el derecho a portar el banderín por México, pero la respuesta del promotor Eduardo Aguirre era tajante argumentando: "Las reglas del juego son claras: el futbol mexicano debe pagar 500 mil dólares al de Venezuela para jugarse en la cancha los boletos venezolanos de la Copa Libertadores, ¿De donde sale este dinero? Pues de la Pre-Pre -Libertadores, porque desafortunadamente no tenemos paso directo al torneo... Todos tienen razón, porque la justicia deportiva así lo marcaría, pero por otra parte, los campeones del futbol mexicano no pagarían 250 mil dólares cada uno por jugarle a Venezuela la Pre Libertadores".
Así fue la historia durante los años que duró el acuerdo firmado por dicho promotor, pero todo daría un giro que, obviamente traería consigo su propia polémica. En el 2003 venía el momento de renegociar con Venezuela, pero los dirigentes del país sudamericano ya no veían con buenos ojos el acuerdo, pues los equipos se quejaban de tener que viajar a México, alegando los inconvenientes de lo largo y duradero del viaje, así como del cambio de horario, pero no cabe duda que la realidad era que habían perdido roce internacional ya que en esos 5 años, sólo dos equipos venezolanos lograron avanzar hasta la Copa Libertadores.
Fue así que la Federación Mexicana de Futbol comenzó las negociaciones, ya sin promotor de por medio, con la idea de obtener por lo menos un boleto directo. Aunque en un inicio la Concacaf no vio con buenos ojos la participación de uno de sus agremiados en un torneo de la Conmebol, más que nada porque no se le tomó en cuenta al principio, en este nuevo escenario apoyó a México en la solicitud respaldándose en lo realizado por los equipos mexicanos Cruz Azul (finalista de la edición del 2001) y América (dos veces semifinalista).
El organismo sudamericano accedió, pero el apoyo de la Concacaf podría decirse que salió caro ya que, y aquí es donde entra la gran explicación para aquellos que se preguntan el porqué del Interliga, el organismo impuso a la Femexfut la realización de este torneo en tierras norteamericanas, sólo hay que recordar de dónde es el titular de la Concacaf, para saber para quién son los más grandes dividendos.
Así pues, ya con la obligación de llevar a cabo este certamen, a los jerarcas del balompié azteca no les quedó de otra más que buscar quiénes serían los que tendrían que entrarle al quite aun sin muchos beneficios económicos, principal motor que mueve al futbol mexicano. De ahí la otra gran interrogante que genera el InterLiga, ¿por qué no van los campeones de los dos torneos? Pues porque también hay que cumplir con los compromisos de la zona a la que pertenece México, que si la Concachampions o la Copa Sudamericana y el Mundial de Clubes, toda una enredadera de la que hay que hacerse de paciencia para poder entender su "lógica".
En fin, ahora México ha conseguido, porque eso sí es un logro a nivel deportivo por aquello de la internacionalización, dos lugares y medio para la Copa Libertadores y ahí va la explicación de este año. México 1 lo disputarían Pachuca, campeón del torneo Clausura 2006 y Guadalajara campeón del torneo Apertura 2006, pero debido a que el Pachuca obtuvo el titulo del Clausura 2007 debió asistir a la Copa de Campeones de la Concacaf 2008 y el Guadalajara fue designado automáticamente como México 1, más claro que el agua.
Ahora bien ¿de dónde salen México 2 y 3? Ahí entra el InterLiga, pues una vez finalizada la temporada 2006-07 y el Apertura 2007 del futbol mexicano se definieron los clubes que participarían en este certamen, los ocho mejores: Pachuca, América, Cruz Azul, Guadalajara, Atlas, UNAM, Toluca y Monterrey. Pero Pachuca se va a la Copa de Campeones, así que su lugar fue tomado por Morelia y Guadalajara ya era México 1, por lo que su lugar fue tomado por el San Luis. Nada más "justo", sobre todo si tomamos en cuenta que en este momento Atlas tiene posibilidades de acceder al boleto al torneo sudamericano luego de ser el último sitio del certamen pasado tras tener una de las peores campañas en su historia y sin ser campeón en más de 50 años.
Es cierto, tal vez haya alguna forma más sencilla de definir a los participantes mexicanos, pero entonces habría tal vez que sacrificar otros compromisos internacionales que, en eso parece sí haber acuerdo son muy importantes para el futbol azteca, tanto económica como deportivamente. Las críticas son muchas, pero realmente habría que hacer todo un análisis detallado de los calendarios para poder definir una mejor opción, pues también generaría gran polémica que se le de prioridad a un torneo, de gran importancia por su trascendencia histórica y deportiva, pero del que México sigue siendo sólo un invitado pues no es organizado por la Confederación a la que pertenece.
Casi 10 años han pasado en esta historia y la polémica, como se dijo desde el principio ha sido protagonista de la misma y este año no es la excepción pues mientras técnicos con algo de tiempo ya en la dirección de sus equipos ven el certamen como un estorbo, basta con escuchar a Ricardo Ferretti de los Pumas: "Creo que se puede regresar a planos internacionales de otra forma. Sigo en contra en esta forma de elegir a los dos o tres representantes de México en Copa Libertadores a través de un torneo entre ocho equipos, debería ser campeón y subcampeón. A mi la verdad en este momento, creo que no es benéfico para Pumas. Si el pase fuera directo, sería otra cosa, pero ir a Estados Unidos a hacer la payasada ésta de jugar el InterLiga para escoger a dos, eso sí no me gusta".
Mientras que otros recién llegados le sacan buen provecho, como Miguel Ángel Brindisi, estratega de los Rojinegros: "Nos va a servir para saber cómo estamos, qué cosas debemos incorporar, obviamente qué cosas se deben mejorar y tratar de tener el menor margen de error".
En fin, un torneo que nació en la polémica y parece que seguirá en ella mientras exista confirmándose como el auténtico torneo incómodo.