El Seis Naciones tuvo su puntapié inicial con la victoria de Irlanda ante Francia por 38-17. El conjunto dirigido por Andy Farrell, campeón defensor de la competición, volvió a demostrar la solidez en el contacto y su eficacia en el uso del pie mientras que Les Blues fueron víctimas de su propia indisciplina.
Además, el Trébol le volvió a ganar a los Galos de visitante después de 6 años y los 21 puntos son la mayor diferencia en la historia en condición de visitante, y le cortó una racha de cuatro años obteniendo el triunfo en su primer partido.
El encuentro fue en gran parte, dominado por una Irlanda que jugó 60 minutos con un jugador más tras la expulsión de Paul Willemse, quien previamente también se había ganado una amarilla. Esto le dio lugar a enfrentar a una defensa con menos capacidad para atender los focos de contacto y los espacios en el ancho de cancha.
La inteligencia de los conductores del Trébol se vio reflejada en los 968 metros ganados con el pie- a diferencia de los 619 de Francia- y los 397 metros conseguidos con pelota en mano contra los 319 galos. El buen manejo de los backs de Irlanda, que en total acumuló 178 pases completos contra los 115 de Francia, también explica el gran poderío del vigente campeón.
Otro de los aspectos de juego en donde los visitantes sacaron ventaja fue en el punto de contacto. En total, el conjunto irlandés ganó 92 rucks (contra 72 franceses) y recuperó cuatro veces la posesión en esta instancia del juego. Además, los de verde tuvieron una mayor efectividad en el line, formación fija en la que reconquistaron la pelota en cuatro ocasiones.
Por otro lado, Les Blues tuvo dificultad particularmente para maniobrar su ataque ante el asedio de la defensa rival. En total, los dirigidos por Galthie perdió 11 veces la pelota y tuvieron 14 errores de manejo.
Esta fue la 13° victoria de Irlanda como visitante ante Francia en 49 partidos jugados en tierras francesas. El último triunfo del Trébol como visitante había sido el 3 de febrero de 2018 en Saint-Denis por 15-13.