Se sabe. La Copa Davis es una obsesión en Argentina. Desde lo deportivo, porque fue esquiva hasta el año 2016 cuando se ganó la final en Zagreb ante Croacia luego de incontadas ilusiones desvanecidas. Pero también, aun con nuevo formato, por lo que significa desde lo económico para un tenis que no cuenta con un gran acontecimiento propio que financie a todo lo que lo rodea, como sí ocurre con Australia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, solo por citar a los dueños de los torneos del Grand Slam.
En ese contexto, la selección masculina venció a Bielorrusia primero (en septiembre de 2021) y a República Checa después (marzo de este año) para ganarse el derecho a estar entre las 16 mejores equipos. Y ahora quiere otro paso: ya metido en las “Finales” (ahora desdobladas en dos etapas y cinco sedes) quiere meterse entre los ocho.
Ante esto, el equipo capitaneado por Guillermo Coria está viajando este jueves a Bolonia para enfrentar, el martes 13, a Suecia, al local, Italia, el viernes 16 y a Croacia, el sábado 17. Los dos mejores del grupo accederán a cuartos de final para definir al campeón en noviembre en Málaga, España.
ESPNTenis.com estuvo en la despedida del equipo organizada en el Tenis Club Argentino de Palermo, en Capital Federal, y habló con Diego Schwartzman, 16° del mundo y singlista número uno del equipo que completan Francisco Cerúndolo (27° del mundo y debutante en la competencia), Sebastián Báez (37°) y los doblistas Horacio Zeballos (9°) y Máximo González (49°).
¿Te gusta ser el líder del equipo?
Me gusta liderar algunas cosas, pero no todas. Me gusta tener iniciativa en la parte más alegre del grupo. Somos un grupo de distintos personajes que se va adaptando. En las maldades no entro (se ríe). De eso se ocupan Machi (González) y Horacio (Zeballos).
¿Qué es lo que más te preocupa pensando en Bolonia? ¿La superficie, los rivales, tu nivel?
La superficie más que nada. No solo por mí sino por el equipo porque Seba y Fran no tiene tanta experiencia en indoor y los rivales que nos tocaron sí la tienen y les encanta. Si no es la preferida de Italia, Croacia y Suecia pega en el palo y la nuestra claramente que no. Eso va a llevar un tiempo de adaptación en pocos días. A mí me dio satisfacciones porque no sumé títulos, pero jugué cinco finales (N de R: Amberes 2016, 2017 y 2021, Viena 2019 y Colonia 2020) y buenos triunfos. Lo bueno es que la Davis no respeta rankings.
¿Te sentís más cómodo yendo de punto?
Puede ser pero al final no termina cambiando mucho. Lo que importa es jugar bien. Mi último partido en el US Open fue de los mejores y los terminé perdiendo pero cuando te vas así de la cancha es otra la sensación. Si lo perdía jugando horrible no importa quien está enfrente, te vas mal igual. Con (Stefanos) Tsitsipas perdí (en Cincinnati) y jugué mal. Me fui mil veces peor aunque no era el favorito. Trato de ver cómo rendí, no tanto quien está enfrente.
Claro. Para Schwartzman, si bien la Copa Davis es otra historia, sus sensaciones en el último tiempo tiene relevancia de cara al compromiso en Italia: “Me siento mucho mejor. En estas últimas tres semanas fui de menor a mayor. Venía con un desgaste alrededor de la competencia. No disfrutaba el día a día. No lo venía haciendo de la mejor manera y en Estados Unidos me sentí mejor. Arranqué el año N°15 del mundo y ahora estoy 17° (N. de R., se refiere al ranking en vivo). Entiendo la expectativa porque rompí barreras que ni yo creía, pero también hay realidades. Todos los años tuve altibajos, el año pasado no gané partidos en la previa de Roland Garros y después di un salto de calidad. Este año pasó en pasto que me costó más. Hay momentos de cansancio físico y mental. Por eso no logré la regularidad para tener dos puestos para arriba y no para atrás”.
Desde lo grupal, para Argentina, es el regreso a los 16 mejores de la competencia desde 2019. Pandemia de por medio, en marzo de 2020 cayó ante Colombia en Bogotá, lo que hizo que el equipo liderado por Daniel Galán terminara jugando las Finales, aunque recién en 2021. Pasó mucha agua debajo del puente: “Hace un año éramos un equipo distinto. Fran y Seba hicieron un salto muy rápido, ahora se tienen que adaptar a sus rankings y sus realidades. Y todavía hay giras que no hicieron. Tienen mucho por crecer y eso es muy bueno. Como equipo somos más fuertes. Si la adaptación es buena y se está jugando bien todo eso puede jugar a favor. Y la competencia de los que vienen atrás hace bien. Hay muchos chicos atrás que estaban compitiendo con Seba y Fran en Futures y Challengers y estos logros de ellos arrastran".