Entre 2016 y 2018, un nombre francés irrumpió en el circuito y parecía instalarse por un buen tiempo. Años después quedó reflejado que fue algo efímero, aunque la intención por recuperar aquellas hazañas sigue intacta. Se trata de Lucas Pouille, el tenista que llegó a ser Top Ten y hoy asegura que tocó fondo.
El presente para el nacido en Grande-Synthe no es el mejor. Ocupa el puesto N°385 del ranking ATP y en lugar de empezar a escalar posiciones, sigue descendiendo. Pero según comentó en una entrevista con Tennis Actu después de haber estado en la despedida de su compatriota Gilles Simon, no se da por vencido.
"Tuve complicaciones en junio que no me han dejado entrenar aún. No voy a ir a Australia, eso seguro. Espero estar listo en los próximos meses, aunque esperaré lo que haga falta. Ha habido muchos altos y bajos, sobre todo bajos. No he tenido depresión, pero sí estuve completamente desmoralizado y pensé en dejar el tenis durante bastante tiempo. Hubo un tiempo en mi cabeza en el que estuve completamente desconectado", comentó.
A pesar de esta dura realidad que vive, tiene una meta por delante y va a trabajar para lograrla: "Los JJOO siempre han sido un gran objetivo en mi carrera. Me queda un año y medio para volver al top-50 y poder clasificarme a los Juegos de 2024. Eso es lo que aún me da esperanzas".
Pouille, de 28 años, tiene 5 títulos, todos entre 2016 y 2018, año en el que tuvo un marcado ascenso en el ranking y logró entrar al Top Ten por una semana. Si uno repasa sus últimas apariciones, habitualmente se dan en los Challenger. Y en el circuito ATP, este año tiene un escaso récord de 3-6.