Novak Djokovic dio que hablar y no solo por sus vertiginosos tiros. Una vez más jugó al límite. ¿De sus posibilidades? No. Del reglamento.
Con amplia ventaja en el set inicial vio que el reloj para el servicio comenzó a descontar segundos aún cuando estaba secándose la transpiración y por ello acudió al umpire. Damien Dumusois le habló de un posible coaching y el serbio se llamó a silencio.
Desde ese momento no pararon los errores de Djokovic y Tommy Paul empezó a crecer en sus posibilidades. La paridad en el marcador se hizo carne y los planes cambiaron sobre la marcha.
Días atrás ya había tenido una charla poco amistosa con otro juez de silla por un "borracho" que lo molestaba en la platea durante su juego con el francés Enzo Couacaud.