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Alcaraz reveló el principal aprendizaje que se lleva de Roland Garros

Las respectivas ausencias por lesión en Monte-Carlo, Barcelona y Roma finalmente le terminaron rindiendo fruto al tenista español Carlos Alcaraz (3°), que aprovechó el descanso para renovar energías de cara a Roland Garros, competencia en que combinó sus mejores atributos para derrotar 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2 al alemán Alexander Zverev (4°) y levantar su tercer trofeo Grand Slam.

"He trabajado muy duro para conseguir este tipo de trofeos, este tipo de torneos con los que he soñado, que veía por televisión y decía que algún día lo ganaría. Conseguir todas esas cosas y récords históricos es algo maravilloso y muy bonito, un orgullo estar en la historia de nuestro deporte", inició en conferencia de prensa el murciano, de solo 21 años, que se transformó en el más joven en proclamarse en Majors en las tres superficies.

Por otro lado, el pupilo de Juan Carlos Ferrero, quien también se convirtió en el séptimo jugador que festeja en sus tres primeras finales grandes, confesó la enseñanza que incorporó durante su estadía en el polvo de ladrillo francés: "La lección que he aprendido de este torneo es que la fortaleza mental gana partidos. No hace falta jugar brillante, ni mostrar mejor tenis o mi versión tenis para ganar. También se gana mucho de cabeza. Si estás flojo mentalmente, aunque juegues el mejor tenis de tu vida, probablemente no pases las adversidades ni puedas ganar un torneo de Grand Slam. Puedes avanzar rondas, pero si no muestras una fortaleza mental no ganas Grand Slams".

"Tendré recuerdos cuando vuelva aquí por los Juegos Olímpicos, no te voy a mentir. Puede ser un torneo muy bonito, mis primeros Juegos Olímpicos, 40 días después de haber ganado mi primer torneo de Roland Garros. Tengo muchas ganas de luchar por el oro para mi país y de jugar el dobles con Rafa Nadal. Son cosas que no me creeré hasta que lo viva", expresó el ex número 1 del mundo, que prometió tatuarse la fecha de su consagración parisina junto a la Torre Eiffel.

Ya enfocado estrictamente en la batalla protagonizada en la Philippe Chatrier, Alcaraz revaló sus sensaciones versus el nacido en Hamburgo, que falló nuevamente en una definición de Grand Slam: "Aunque fuera 5-2 arriba en el tercer set, yo notaba que no estaba siendo mejor que Zverev, no estaba encontrando la manera de hacerle daño ni ponerlo en problemas. Sentía que me quemaba la bola, que iba a fallar y que él me iba a ganar los puntos. Ya en el cuarto set estuve un poco más relajado, ir 4-0 te ayuda a jugar también con el marcador. En el quinto set ya era la hora de dejarlo todo, luchando hasta que no pudiera más. Eso es lo que hace un guerrero y yo me considero uno".

"Ha habido momentos en los que he tenido que tomar decisiones muy difíciles, de no jugar torneos en los que me hacía ilusión participar. He tenido que lidiar con la incertidumbre, de no saber si iba a llegar o no, de qué modo llegaría a los torneos. También tengo que agradecer a mi equipo, que los considero como familia. No es un camino que recorro solo", cerró el ahora dueño de 14 títulos, que escalará hasta el segundo puesto del ordenamiento.