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El ex Top 10 que superó su problema de adicción y sueña con volver a los primeros puestos

Pouille, sincero ante su situación. EPA.

Lucas Pouille (101° del ranking mundial) volvió a ser competitivo en este 2024, donde comenzó fuera del Top 300 y tras 43 triunfos y 18 derrotas pudo escalar muchas posiciones. De esta manera, buscará insertarse en el 2025 nuevamente entre los mejores del mundo. Cabe recordar que en 2019 supo brillar e ilusionar a propios y extraños.

Sin embargo, tuvo serios inconvenientes para manejar su éxito, donde llegó a tener problemas de adicciones. En las últimas horas, brindó declaraciones para CLAY al respecto: "Ahora mismo estoy muy feliz, muy orgulloso de mí mismo. Las sensaciones dentro de la pista son cada vez mejores, creo que si sigo jugando así, semana tras semana, puedo acumular mucha más confianza en mi juego".

Luego, se refirió a un posible regreso al Top 10: "Nunca se sabe lo que puede pasar, tampoco sé si volveré a disputar unos cuartos de final de Grand Slam, como hice en Wimbledon y el US Open, o unas semifinales, como hice en el Abierto de Australia. Lo que sí sé es que daré todo lo que tenga para permanecer el mayor tiempo posible dentro del Top 100”.

Por otro lado, habló sobre el desahogo de haber contado sus problemas: "Para mí fue muy importante contar todo. Es difícil hablar de esos temas cuando eres un atleta, un tenista profesional, se supone que siempre tienes que dar una buena imagen. Siempre quieres mostrar tu mejor versión dentro de la pista, sin enseñar tus emociones y demostrando que eres fuerte, pero la gente tiene que entender que está bien sentirse mal. No pasa nada por volverte débil alguna vez, sentirse triste. Somos seres humanos, es importante hablar de ello para sentirte libre, no hay por qué sentirse culpables o avergonzados por ello”.

“Veo la vida un poco diferente. Mi principal objetivo es ser un buen padre, un padre perfecto, si es que esto existe. Quiero ser lo más bueno para mi hija, me encantaría que me viera jugar y estuviera orgullosa de mí. Incluso mi enfoque del juego es diferente, la presión que me pongo a mí mismo, soy más distante que antes en cuanto a la importancia de los resultados. Ya no me importa tanto la opinión que la gente tenga de mí, algo que en el pasado tenía mucha relevancia, pero ya no”, cerró.