Desenlace inesperado se vivió este domingo en el WTA 250 de Auckland, donde la tenista japonesa Naomi Osaka (57ª) no pudo coronar su gran semana al retirarse por una lesión abdominal en la final contra la danesa Clara Tauson (50ª) luego de adelantarse 6-4 en el set inicial.
A veces el destino simplemente no quiere que sucedan ciertas cosas, tal como le ocurrió a la ex número 1 del mundo, que había ensayado su mejor versión en el evento neozelandés, imponiéndose contundentemente versus la israelí Lina Glushko (220ª), la austriaca Julia Grabher (470ª), y sus compatriotas Hailey Baptiste (92ª) y Alycia Parks (82ª) al ceder tan solo un parcial, para acariciar su octavo trofeo en el circuito femenino, primero desde 2021.
En una réplica de sus desempeño previo, la cuatro veces campeona de torneos Grand Slam le había tirado encima su vasta categoría y experiencia a la nacida en Copenhague, que no encontraba respuestas y se veía ampliamente superada hasta el descanso entre parciales, instante en que la séptima favorita aduciría molestias físicas, solicitaría la atención médica entre lágrimas y optaría por ceder el título.
De esta manera, la reciente pupila de Patrick Mouratoglou, que pone en duda su participación en el Abierto de Australia, Major que ya levantó en 2019 y 2021, registró su quinta caída en una definición, mientras que la juvenil nórdica sumó su tercera corona en el máximo nivel, después de Luxemburgo y Lyon, ambos en 2021.