La historia ya es conocida: Joao Fonseca (60º) superó a Ugo Humbert (20º), jugó un partidazo y alzó la mano para anotarse como uno de los candidatos a luchar por el título en el Masters 1000 de Miami. Ahora bien, antes de que comenzara el encuentro hubo una situación que generó un fuerte malestar en el público brasileño. Ubicados en el Grandstand desde temprano para no perderse ni un segundo del partido de su compatriota, ellos sufrieron una cambio de última hora: el cambio de estadio.
De un momento al otro, la organización del Miami Open avisó que el encuentro se pasaba a la cancha central y es por eso que ellos debieron salir corriendo en el gigante predio estadounidense para llegar a tiempo al inicio. Y las imágenes fueron curiosas, dado que el duelo entre Jakub Mensik y Jack Draper, en el que se impuso el checo en dos parciales, se empezaron a vaciar las tribunas y hasta debieron detener la actividad.
En apenas cinco minutos, los fanáticos se tuvieron que trasladar de un sitio al otro. Y Fonseca, que viene volando en el año y es una de las grandes sorpresas de la temporada, les pagó con buenos dividendos.
El carioca de 18 años, que se convirtió en el sudamericano más joven en pisar la tercera ronda de un Masters 1000 desde que lo hiciera Juan Martín Del Potro en 2007, aguarda en su camino por el ganador del cruce entre el australiano Alex De Miñaur (11º) y el chino Yunchaokete Bu (69º).
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