La final más larga en la historia de Roland Garros no se olvidará fácilmente. Mucho menos para el italiano Jannik Sinner (1°), que había ganado los dos sets iniciales, desperdició tres puntos para campeonato y terminó cediendo 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2) frente al español Carlos Alcaraz (2°) en exactamente cinco horas y 29 minutos de peloteo.
Diferentes voces manifestaron su incredulidad por tamaña definición en la Philippe Chatrier aunque aún se aguardaba la palabra de uno de los protagonistas como el australiano Darren Cahill, uno de los entrenadores del líder del ranking mundial ATP, junto a Simone Vagnozzi, que comentó con lujo de detalles las sensaciones del equipo en el vestuario francés, en declaraciones al podcast del estadounidense Andy Roddik.
"La decepción fue enorme, el silencio absoluto. Jannik se sentó durante veinte minutos sin decir una palabra y nosotros, uno por uno, le dimos un abrazo. Como entrenador no puedo pedir más. Fue un partido de tenis brillante y serio, con un gran respeto entre los dos. Fue un verdadero honor estar allí", reveló el nacido en Adelaida, de 59 años, el cual prepara al vigente bicampeón del Abierto de Australia desde mediados de 2022.
Posteriormente, el ex número 22 del mundo, quien supo preparar a Lleyton Hewitt, Andre Agassi y Simona Halep, entre otros, confesó: "No había nada que decir. Después de todo lo que había dado en la cancha, era justo dejarlo solo con sus pensamientos. Se le escaparon algunas lágrimas, y no solo a él. Fue duro para todos. Debo decir que incluso horas después, esa noche, aún no lo había asimilado. Y nunca lo hará. Un partido así te marca toda la carrera, pero puede ser un punto de inflexión"
"Tiene una ética de trabajo extraordinaria, resiliencia, un propósito bien definido. Le encanta el tenis, planea jugar hasta los 37 o 38 años. Tiene una perspectiva diferente: sabe que su carrera puede durar mucho tiempo e invierte en ello. Y esa resiliencia, después de París, se pondrá a prueba. No importa si gana o pierde en los próximos torneos, la clave será cómo reaccione y siga empujando", extendió sobre las condiciones del oriundo de San Candido, que este martes superó su estreno en el ATP 500 de Halle.
En sintonía, el experimentado oceánico destacó más virtudes de su talentoso pupilo: "Intentaremos aprovechar esa decepción para dar un paso adelante. Jannik ya ha vuelto a empezar. Al día siguiente ya había cambiado de actitud. Obviamente no lo ha olvidado, ni lo hará: ha pasado página. Tiene una gran capacidad para darle a cada cosa el peso que le corresponde y conoce el valor de un partido en comparación con la vida real".
Por último, Cahill, que había anunciado su partida a fines de la temporada pero ahora sembró interrogantes, hizo hincapié en la constante mejora de Sinner: "En los primeros sets de entrenamiento, antes de Roma, no eramos tan optimistas. Pensamos: esperemos que gane al menos un par de partidos. En cambio, llegó al final. Una de las cosas increíbles de Jannik es que siempre nos sorprende. A estas alturas, se ha vuelto normal. Nos ha acostumbrado a esto".