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El día que Sampras quedó de rodillas en Wimbledon

LONDRES -- Lo mira al lado impar. Pica una vez más la pelota y saca. Abierto, esquinado. Ace. Inalcanzable para el rey del césped. Richard Krajicek acababa de firmar la sorpresa más grande de la década en el All England Club en los cuartos de final de 1996: victoria en sets corridos ante Pete Sampras, quien sólo conoció una derrota en Wimbledon desde 1993 a 2000.

Sampras llegaba con grandes avales al encuentro. Había avisado en 1992 al alcanzar semifinales, con victoria en tres sets ante Michael Stich incluido. Y luego seguidilla de coronas en 1993, 1994 y 1995, con siete éxitos ante Top 10 en sus espaldas. Llegaba a cuartos de final una vez más, con buenos triunfos en cadena ante Mark Philippousis, Karol Kucera y Cedric Pioline.

El turno de Krajicek, con quien tenía un parejo 2-2 en los antecedentes previos. Primer set, 7 -5 para el holandés. Alarmas encendidas. Sampras no le encontraba respuestas al potente servicio de su rival y, para colmo, se veía sorprendido por las bajas devoluciones a los pies y posteriores passing shot ante sus constantes subidas a la red.

Los problemas, en alza. El segundo set también fue para Krajicek, esta vez por un más cerrado parcial definido en el tiebreak. ¿Reacción del por entonces N°1 del mundo? No hubo caso esta vez. El tercero también cayó del mismo lado, para un decisivo 7-5, 7-6 (3) y 6-4.

Pero el deporte siempre da revancha. Y Sampras no la dejó correr. Un año después, de nuevo en la Catedral, volvió a su reinado con victorias de calibre como ante Petr Korda, Boris Becker, Todd Woodbridge y, otra vez, Pioline (en la final) en el camino. Y no hubo freno, porque también se consagró campeón en 1998, 1999 y 2000.

Su punto final a la racha de 31 victorias seguidas se lo daría un tal Roger Federer, un joven de 19 años que empezaba a dar sus primeros pasos en el circuito. El suizo, N°15 del mundo en ese momento, cerraba un capítulo en un recordarísimo encuentro -incluso por el propio Federer- en cinco sets.

Un año después, siendo N°13 del mundo, Sampras jugaría su última edición de Wimbledon. También derrotado por un suizo, pero esta vez con un sabor más amargo: George Bastl, N°145 del mundo, en la segunda ronda.

Atrás quedó, entonces, ese inolvidable ciclo de 1993-2000 en la Catedral, con siete títulos, 53 victorias y una derrota. Esa caída ante Krajicek, de la cual se cumplen 20 años.