Nadia Podoroska es semifinalista de Roland Garros y todo lo que venga es de regalo pero soñar no cuesta nada y el sueño está en marcha. Derrotó a Elina Svitolina (5º del ranking WTA) por 6-2 y 6-4 para meterse nada menos que entre las cuatro mejores del torneo. Fantástico. Fenomenal.
El quiebre en el primer juego de saque no fue una alarma para quien está por pocos días más fuera del Top 100 (131º del mundo). Supo controlar las ansiedades propias de un partido de semejante envergadura y la ventaja 5-1 le dio aire en el juego.
El segundo set, algo más luchado desde los peloteos que planteó su rival, tuvo la tónica del punto a punto que la argentina tuvo el temple de sacar adelante con sus aperturas, variantes, efectos, direcciones y un repertorio enorme de tiros.
De 23 años, la rosarina se transformó en Roland Garros en la sensación y en una verdadera cenicienta. Llegó desde la qualy y es la primera tenista argentina en dicha instancia de singles de un Grand Slam desde que lo lograra Paola Suárez en el mismo Abierto de Francia 2004.
Podoroska logró algo que sólo cuatro argentinas habían podido hacer en singles mayores en el Grand Slam parisino: Raquel Giscafré en 1974, Gabriela Sabatini en 1985, 1987, 1988, 1991 y 1992, Clarisa Fernández en 2002 y la mencionada Suárez en el Grand Slam consagratorio de Gastón Gaudio. ¿Seguirá ese camino? Solo su raqueta lo sabe.