Tiempos de cambio para Roger Federer. La leyenda suiza, máximo campeón masculino de Wimbledon, recibió un homenaje muy especial el martes en el mítico court central del All England Club de Londres. Después, el genio de Basilea, dueño de 20 Grand Slam y retirado el año pasado del circuito, contó sus sensaciones ahora viendo a los colegas desde afuera.
A los 41 años -cumplirá 42 dentro de un mes-, Federer lleva 10 meses alejado del tour profesional, tras su retiro particular en la Laver Cup 2022, en Londres. El suizo volvió a pisar el tradicional césped de Wimbledon para un acto especial y se robó los aplausos, con una ovación cerrada de dos minutos, para luego disfrutar del triunfo de Elena Rybakina, defensora del título, y del éxito de Andy Murray, ídolo británico. Ellos y Carlos Alcaraz, entre otros, después lo elogiaron mucho.
Post-agasajo, el helvético dialogó con CNN y contó cómo vive ahora, tras sufrir con la lesión de la rodilla derecha y viéndose ahora como un espectador del circuito. Así se mostró en La Catedral, el Grand Slam que más ganó, con ocho títulos, que es el récord histórico en singles masculino.
Hace un año, Federer volvió a Wimbledon y fue el más ovacionado entre muchos campeones invitados, en el acto por el 100º aniversario del court central del All England Club de Londres. "En ese momento sabía que podía pasar, por todos los problemas que estaba afrontando con mi rodilla derecha, pero recuerdo que le dije a la gente en la cancha que esperaba estar de vuelta con ellos el año que viene. Lo dije de verdad, de corazón", explicó.
"Pensé dónde me iba a retirar, cómo de doloroso iba a ser, hasta qué punto podría ser una celebración... y, finalmente, acabó siendo algo precioso, bajo mi punto de vista. Estar rodeado de Rafa, Novak, Murray, Borg, McEnroe, Laver, Edberg, mi equipo, mi familia... fue un final precioso y me alegro, porque tenía mucho miedo de ese momento, del momento en el que dejara", agregó.
"El año pasado fue muy duro, porque todavía intentaba volver a jugar, pero sufrí mucho con la rodilla, pero ahora estoy bien, porque tuve una gran despedida en la Laver Cup y ahora ya disfruto viendo partidos", remarcó el suizo.
En tanto, habló de su viaje a Lesotho. "Fue verdaderamente especial, aún más especial que los que suelo hacer con mi Fundación, porque mis cuatro hijos pudieron venir, además de mi mujer y mi madre. Lo pasamos increíble. Estuvimos tres o cuatro días y viajamos por todo Lesotho, un país en el que nunca había estado y el último país que se ha unido a la red de nuestra Fundación, que se encarga de apoyar las etapas tempranas de la educación", contó.
Ahora ya disfruta el tenis como espectador. Y no es uno más, está claro, ni mucho menos.