Roger Federer es uno de los mejores tenistas de toda la historia de este deporte (para muchos, el mejor). Ganador de 20 títulos de Grand Slam y 103 a nivel ATP, siendo el segundo máximo ganador, por detrás de Jimmy Connors, con 109. Pero además de su repertorio, Su Majestad se caracterizó por el profesionalismo y elegancia tanto dentro como fuera de las canchas.
Wimbledon y Federer tuvieron una historia juntos muy fuerte desde el primer día hasta el último de la carrera del suizo. De hecho, Roger es el jugador que más veces ganó este torneo major, con ocho consagraciones. En el All England disputó 119 partidos, con una marca de 105 victorias y 14 derrotas, obteniendo un 88% de efectividad. Sin embargo, existió un día en el nacido en Basilea sufrió una advertencia muy contundente por parte del certamen.
El día que Federer fue advertido por Wimbledon
El 24 de junio del 2013, Federer derrotó a Victor Hanescu (NdR: ex tenista rumano, que supo ser el número 26 del planeta) por 6-3, 6-2 y 6-0 por la primera ronda de Wimbledon. Hasta ese momento, todo marchaba con normalidad. Sin embargo, luego de la victoria, Roger recibió una advertencia muy firme y contundente por parte de la organización: debía obligatoriamente cambiar las suelas de sus zapatillas de cara a la segunda ronda.
¿La razón de esto? Eran de color naranja flúor y el Grand Slam disputado en el Reino Unido tiene como primera regla que los jugadores deben vestirse en su totalidad de blanco.
Finalmente, el suizo accedió al reclamo del torneo y siguió compitiendo de manera normal aunque fue derrotado inmediatamente después de su debut: el ucraniano Sergiy Stakhovsky estuvo a cargo de la sorpresa del campeonato al derrotarlo por 6-7 (5), 7-6 (5), 7-5 y 7-6 (5), en un más que apretado cotejo.
Finalmente, el ganador de aquella edición fue el escocés Andy Murray, al vencer en la definición a Novak Djokovic por 6-4, 7-5 y 6-4. Tres años después, Sir Andy volvería a repetir el título.