MÉXICO -- Manuel Raga se convirtió en el primer mexicano en ser inducido al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA, por sus siglas).
Nunca botó el balón en una duela de la NBA, pero dejó un legado en el que aún lo siguen recordando con gran cariño en Varese, provincia de Normandía, al norte de Italia.
En el 2010, Raga recibió las llaves de la ciudad de Normandía y además le hicieron eventos homenaje y hasta la fecha se acuerdan de él porque hace mes y medio viajó a Italia para ver a México en el Preolímpico.
“En el último día, que fue en el gimnasio, se juntaron tres mil personas pagando 22 euros. Tres mil personas que se juntaron para verme porque hace muchos años que no iba y ahí se me entregó la llave de la ciudad”, compartió el tamaulipeco de ahora 72 años a ESPN Digital.
Raga llegó al Ignis Varese en 1968, cuando tenía 24 años; ahí conquistó cuatro ligas italianas, cuatro copas, tres euroligas y dos copas intercontinentales.
“Yo llegué a un equipo que no era nada”, aseguró el mexicano. Cuando el Varese comenzó a funcionar y demostrar que podía competir en la liga local y en la Euroliga, contó que “unos entrenadores americanos dijeron, ‘ese equipo, con un centro de 2.15, es de la NBA’.
Dominamos Europa por 10 años, yo jugué seis y luego siguió el dominio por cuatro años más” Una vez estaba leyendo el periódico y platicó que a un coach le preguntaron que cuál basquetbolista que estaba en Europa podía jugar en la NBA, “dice, ‘el único es Manuel Raga’. Yo gané en seis años, seis campeonatos, pero llegué a reforzar a equipos que nunca habían ganado. Si alguien tuviera el video de los aplausos y de cómo el estadio se caía cuando mencionaba mi nombre, era impresionante”.
Aleksandar Nikolic, quien fue coach de Yugoslavia y ganó la Copa del Mundo en basquetbol en 1978, le compartió una experiencia que pasaba en Serbia.
“Tú estás a un nivel de aprecio de parte de la gente de Serbia que no tienes una idea, siempre que se habla de cierto nivel, salta tu nombre”, le contó Nikolic.
También fue parte de la selección mexicana que asistió por última vez a unos Juegos Olímpicos, en Montreal 1976. Previo a que clasificaran, tuvieron que jugar el Preolímpico en Hamilton, Nueva Zelanda, y en el partido que definía quién iba a los Olímpicos, México iba perdiendo por seis puntos a seis minutos de que acabaran.
Raga estaba lesionado, pero comenzó a calentar y vio que sí podía jugar. “Le pedí al entrenador que me dejara jugar. Simplemente les metí 18 puntos, 8-8 y dos tiros libres y a casa Brasil. Que otro me cuente historias así. Todo lastimado y esas cosas son las que han hecho diferencia en mi vida”, subrayó.
Para los que no vieron jugar a Manuel Raga, afirmó que “era delgado, pero de piernas fuertes, un modo de tirar especial, rápido en el uno contra uno, jugaba defensa fuerte, me encantaba ir al rebote”.
Al ser el primer mexicano inducido al salón de la fama, cree que hay otros basquetbolistas que quizás tengan el potencial para que lo igualen en este logro, como Arturo ‘Mano Santa’ Guerrero o Luis Enrique ‘Chiquis’ Grajeda, o más adelante Gustavo Ayón o Eduardo Nájera.
