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Se retiró Carlos Delfino, el último jugador en actividad de la Generación Dorada

“Jugar, no juego más”. Con esa contundente declaración, Carlos Delfino, uno de los grandes símbolos del baloncesto argentino y último integrante activo de la Generación Dorada, anunció oficialmente su retiro a los 43 años. Con este adiós se pone fin a una carrera extraordinaria de más de dos décadas, marcada por el talento y los logros con su selección.

Las declaraciones del popular Lancha fueron vertidas en una entrevista a Doble Doble NBA: “Llegó un momento que pensé que no iba a llegar y que fue cuando empecé a poner excusas para no ir a entrenarme, no tenía ganas de ir”. Además, admitió que le ”cuesta bastante" y que extraña el deporte, pero que se siente “bien físicamente” y eso, para un jugador que sufrió por su salud, “no tiene precio”. Ya afuera de las canchas, al que promete regresar como entrenador, se dedica a la “jardinería” y a llevar a sus hijos a la escuela.

El alero santafesino, que esta última temporada defendió la camiseta del Benedetto XIV Cento en la Serie A2 italiana, pone punto final a 27 años de carrera profesional. Una trayectoria que lo llevó desde sus inicios en Unión de Santa Fe hasta brillar en la NBA y consagrarse con la selección argentina. Formó parte de la Generación Dorada, con la que ganó el oro olímpico en Atenas 2004 y el bronce en Pekín 2008, además de títulos continentales en los FIBA Américas.

En 2013 sufrió una grave lesión en el pie derecho que lo obligó a pasar por hasta diez operaciones y más de 1.000 días sin jugar. Muchos lo dieron por retirado, pero volvió a jugar en 2017, cuando se enfundó la camiseta de Boca Juniors y posteriormente regresó al baloncesto europeo.

El ‘Lancha’ jugó su último partido oficial el 23 de marzo pasado. Fue con la camiseta de Benedetto Cento en la victoria sobre Libertas Livorno 76 a 73 por la Seria A2 de Italia, la segunda división de ese país. Anotó 3 puntos, tomó 5 rebotes y dio una asistencia en 16 minutos. Fue la despedida de una carrera en la que vistió 15 camisetas, además de la selección argentina.

El santafesino empezó a jugar a los 6 años gracias a su abuelo, quien le confeccionó una especie de aro en su casa. Su primer contacto con la pelota en un club fue en Círculo Israelita Macabi de Santa Fe. Luego llegó Unión y, más tarde, Libertad lo reclutó y debutó en la Liga Nacional en 1998. Para entonces, ya era una promesa y convocado asiduamente a los combinados nacionales juveniles. Regresó al Tatengue, el club de sus amores, y el salto a Europa decantó por sí solo para jugar en Italia en Viola Reggio Calabria primero y en Fortitudo Bologna después.

En 2003 se convirtió en el primer basquetbolista nacional en ser elegido en la primera ronda del Draft de la NBA. Un año después, descolló en el Sudamericano de Brasil en el que la Argentina conquistó el título luego de una larga sequía y, contra todos los pronósticos, se ganó un lugar en el plantel para los Juegos Olímpicos Atenas 2004. Ese mismo equipo había sido subcampeón mundial en 2002 en Indianápolis y sus 12 jugadores eran número puesto para ir a Grecia, pero el ‘Lancha’ (y Walter Herrmann) se metieron y terminaron siendo claves en la gran conquista de la Generación Dorada.

Dueño de una gran trayectoria profesional, cuyo pico fueron ocho temporadas en la NBA: Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets.