Las declaraciones de ejecutivos dominicanos sobre restricciones a jugadores para el Clásico Mundial de Béisbol empañan el brillo de un evento sumamente esperado
El fútbol, soccer, balompié o como lo quieran llamar lo tiene bien claro en lo que al Mundial se refiere. Vestir la camiseta de una selección nacional es un privilegio y a la vez una muestra de orgullo.
Cuando un Messi, un Mbappe o un Cristiano se visten con los colores del país al que representan todo queda atrás. Nada más importa.
¿Se imaginan a un PSG diciéndole a Lionel que no puede ir a jugar en una Copa del Mundo? ¿O que tendrá que perderse la oportunidad de obtener un trofeo sumamente codiciado? ¿O que tal vez no podrá vivir las emociones que se experimentaron en Catar? Absolutamente no.
La FIFA y los clubes lo tienen bien claro. Hay que “liberar” los jugadores que tienen el derecho de jugar por su nacionalidad, con los riesgos, matices, obligaciones y compensaciones que esto implica.
Aparentemente no pasa igual con el Clásico Mundial de Béisbol, que está supuesta a ser la Copa del Mundo del deporte del bate y la pelota. Un evento creado por la Major League Baseball (MLB) y avalado por la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol.
Las organizaciones de Grandes Ligas tiene el poder sobre los jugadores a los que pagan cuantiosos contratos y es entendible que quieran proteger al extremo su inversión, con la nube negra de la lesiones rondando previo al inicio de una larga temporada.
Lo cierto es que los fanáticos del béisbol llevan mucho tiempo esperando por esta edición del Clásico Mundial. Tienen hambre de ver a sus estrellas vistiendo el uniforme de sus respectivos países. La demanda de las entradas al evento lo confirma.
Pero lo expresado por Nelson Cruz, gerente general del equipo dominicano, sobre varios jugadores que tendría “restricciones” para participar del evento, y lo declarado por Rodney Linares, dirigente del equipo quisqueyano, sobre la dificultad de obtener los permisos, va en detrimento del espectáculo.
Hace aproximadamente un mes se declaraba que ningún jugador dominicano tenía restricciones para participar en el Clásico y que todos querían participar. Ahora, a solo días del evento, aparenta que lo último es lo único que no ha cambiado. El deseo de ir está presente en las grandes figuras. La barrera sería otra.
El evento debe ir madurando teniendo como norte la Copa del Mundo, ya que el Clásico Mundial de Béisbol es una de las mejores herramientas para globalizar el deporte, que como hemos visto en ediciones anteriores genera un mundo de emociones, pero impidiendo a las grandes figuras jugar, la tarea será más complicada.