MIAMI – El venezolano Ronald Acuña Jr. está a punto de ser declarado el enemigo público número uno de Miami.
El sobresaliente novato de los Bravos de Atlanta suma ya 21 jonrones en su primera temporada en Grandes Ligas y un tercio de ellos, siete, se los ha pegado al pitcheo de los Marlins de Miami.
Este jueves, en el inicio de una serie de cuatro partidos en el Marlins Park, Acuña volvió a botar la pelota, esta vez abriendo el tercer episodio del juego que los Bravos ganaron 5-0 ante su compatriota Elieser Hernandez, abridor por los anfitriones.
Fue un trancazo sobre una slider de Hernández, que recorrió 432 pies por el jardín izquierdo y que Acuña celebró de manera particular, primero contemplando en el la caja de bateo la trayectoria de la pelota y luego con un salto de euforia al llegar al home.
“Yo no diría que “perreé” el batazo. Simplemente disfruté el momento, quizás un poco más de lo normal por lo que había sucedido allá en Atlanta, pero no lo llamaría perrear”, dijo el muchacho de La Guaira.
En el sexto llegó la tensión al Marlins Park, cuando el relevista Javy Guerra le pegó un pelotazo en la muñeca izquierda, con una recta de 93 millas por hora, ante lo cual Acuña reaccionó lanzando el casco con furia contra el suelo y profiriendo quién sabe qué improperios.
“Me dolió y por eso reaccioné así. No sé si fue intencional o no, pero ya sé que eso es parte del juego. Ellos me seguirán lanzando adentro y yo seguiré tratando de batear”, explicó.
Los jugadores en ambos dugouts se prepararon para salir, pero el árbitro principal, Chris Conroy, controló rápido los ánimos.
“Fue un error mío. No quise pegarle intencionalmente, sólo lanzarle pegado, pero se me fue demasiado dentro esa pelota”, explicó por su parte Guerra.
En el cierre de ese mismo episodio, el abridor y ganador por los Bravos, Sean Newcomb, le arrimó demasiado un envío a J.T. Realmuto y luego golpeó al novato Brian Anderson.
Nuevamente Conroy actuó firmemente, hizo una advertencia al lanzador y a ambos managers, para evitar una batalla campal.
Pero ya con los antecedentes del bolazo que le pegó José Ureña cuando estos equipos se enfrentaron la semana pasada en Atlanta, el escenario está listo para nuevas confrontaciones.