El jardinero cubano Dayron Varona aún no comprende cómo es posible que se le haya permitido formar parte del plantel de los Rays de Tampa Bay que viajará rumbo a La Habana para jugar en el Estadio Latinoamericano el próximo 22 de marzo.
Varona es uno de los tantos peloteros cubanos que se sintieron obligados a desafiar las mortíferas aguas del Golfo de México para cumplir con su objetivo de jugar al béisbol en los Estados Unidos.
Pero mientras la mayoría de sus compatriotas pasan años y hasta décadas antes de volver a ver a su familia, por una casualidad del destino que incluyó una invitación a los entrenamientos primaverales de los Rays, Varona regresará a Cuba sólo tres años después de haber desertado.
"Es algo que todavía, fíjate, llego a mi casa y no lo creo. Estoy sentado aquí y no creo nada de eso", dijo Varona a ESPN Digital en una entrevista en las instalaciones de entrenamiento de los Rays en Port Charlotte.
"Es algo que no creo. Cuando yo me baje en el aeropuerto y llegue a la tierra de Cuba, ese es el momento que lo voy a creer".
"No sé quién ha tenido que ver con que yo vaya a Cuba", continuó. "Yo formo parte del equipo de Tampa Bay. Estoy en el entrenamiento de Grandes Ligas. Le tocó precisamente al equipo de Tampa. No sé quien tuvo que ver. No sé. Pero bueno a quien haya sido, yo le doy muchas gracias".
La semana pasada, Varona recibió la noticia de que estaría entre los 34 jugadores de los Rays que viajarían rumbo a la isla caribeña para medirse a la selección cubana en un partido de exhibición. Su primera llamada fue a su madre, quien lo acompañó en aquel aterrador viaje en lancha hace tres años.
"La decisión fue muy dura. Es algo que me ha preguntado mucha gente y que yo más nunca en la vida quisiera tocar, jamás en la vida lo haría. Una decisión de un momento de desespero", dijo entristecido Varona, con la alegría retornando a sus ojos al recordar la conversación con su madre.
"Pero se lo digo a mi mamá y tampoco se lo cree. Me dice, 'tú estás seguro que te dijeron que sí', porque no lo creemos", añadió. "Y tal parece que la que va a Cuba es ella, de la emoción tan grande que tiene, porque ella quiere ayudar a toda su familia. Pero yo le digo, 'Mami, yo voy a jugar a la pelota'. Ella quiere que yo lleve de todo para toda Cuba".
Todos los peloteros de los Rays que viajarán a Cuba en representación de Major League Baseball están en el plantel de 40 jugadores del equipo, excepto Varona, quien firmó un contrato de ligas menores con Tampa Bay el año pasado y recibió por primera vez una invitación al campamento primaveral.
Pero siendo el único pelotero cubano en el plantel, fue una decisión muy fácil para el dirigente Kevin Cash, en particular tras haber recibido peticiones de varios jugadores, entre ellos el estelar toletero Evan Longoria y el juvenil as Chris Archer, para que Varona fuera incluido.
"Va a significar todo para él", dijo Archer sobre el hecho que Varona pueda acompañar al equipo a Cuba. "Él no ha visto a su familia hace tres años. Espero que pueda arrancar como titular, y en ese momento que salga corriendo a los jardines, escuche a 40 o 50 mil aficionados que estarán allí simplemente vitoreándolo. Va a ser un momento surreal para él. Si logra contener las lágrimas tiene muchas agallas, porque que va a ser un momento especial".
"Es algo muy impresionante", dijo Varona sobre el apoyo de sus compañeros de equipo. "Longoria, Archer, el director, y otros jugadores del equipo, que apenas conozco hace 20 y pico de días, que se hayan inclinado por mí para que yo fuera a regresar a mi país".
"Es algo que nunca pensé cuando salí de Cuba, regresar en tan poco tiempo, y no sólo regresar, sino de poder jugar pelota en Cuba de nuevo. Yo pensé que para mí eso nunca iba existir".
Varona recuerda haber visto en televisión la última vez que un equipo de Grandes Ligas jugó en Cuba, en marzo de 1999, cuando tenía cerca de 10 años de edad.
"Yo era pequeño cuando fueron los Orioles. Lo vi en mi casa. Vi un pedazo del partido y en aquello no cabía nadie en el Latinoamericano. Era algo espantoso. Yo decía, 'Dios mío como pueden caber tanta gente en ese estadio'", dijo el jardinero de 27 años, quien jugó con Camagüey en la Serie Nacional.
"Todo cubano quiere ver el Latino lleno. Eso es algo que para que el Latinoamericano se llene es muy difícil, porque le caben como 55,000 espectadores. Es algo difícil que en un juego normal de la Serie Nacional se llene a plenitud, pero el día 22 sí va a estar lleno, porque van a haber peloteros que la gente en Cuba conoce, como Longoria, Archer, peloteros muy nombrados en el mundo entero y entonces los cubanos van a tener la oportunidad de verlos".
Y aunque Varona confía que este partido sea un sólido ejemplo de diplomacia a través de un vínculo común, el amor por el béisbol, no cabe duda que le gustaría estar vistiendo el uniforme del otro lado del diamante.
"Cuba ha sido un país que merece mucho más que un partido [de exhibición] de Grandes Ligas. El pueblo cubano merece más", sentenció. "Se merece que los mismos peloteros, que es el caso mío, que ya están jugando en otras ligas, puedan ir viajando ya. Ojalá en un momento u otro tomen la decisión de que nosotros podamos ir un día a representar al equipo de Cuba".