A pesar de su épico relevo en el partido final de la serie divisional ante los Nacionales de Washington, el zurdo Clayton Kershaw todavía tiene muchas dudas que despejar en las postemporadas.
Kershaw, el mejor pitcher de todas las Grandes Ligas en los últimos años, no ha sido igual de dominante en playoffs, algo que minimiza el legado del estelar serpentinero de los Dodgers Los Ángeles .
Ahora tiene una nueva y quizás definitiva oportunidad de demostrar de qué está hecho, cuando salga a la lomita del Wrigley Field a tratar de igualar la serie de campeonato de la Liga Nacional ante los Cachorros de Chicago.
En la fase anterior, Kershaw ganó como abridor el primer juego ante Washington, aunque sólo pudo mantenerse cinco episodios en el montículo, pues estuvo todo el tiempo contra las cuerdas y tambaleándose.
En su segunda salida no pudo apuntarse la victoria al soportar castigo de cinco limpias en 6.2 innings, para aumentar las dudas en torno a él, las cuales se despejaron parcialmente con su relevo de leyenda en el noveno inning del jueves pasado.
Lo cierto es que en 12.1 entradas en la postemporada ha trabajado para efectividad de 5.84, bien lejos del promedio de 1.69 que tuvo en la campaña regular, el más bajo de todo el béisbol, aunque al haber estado más de un mes fuera por lesión no tuvo la cantidad de innings necesarios para aspirar al liderazgo en ese departamento.
El que se aprovechó de esa ausencia y fue entonces el puntero en efectividad fue el derecho Kyle Hendricks (2.13), precisamente su rival de hoy.
Hendricks salió temprano del juego que inició ante los Gigantes de San Francisco en la serie divisional, al ser golpeado por una línea en el antebrazo.
Había lanzado apenas 3.2 innings y había permitido cuatro hits y dos limpias, además de haber remolcado dos carreras con cañonazo en su único turno al bate.
El derecho de los Cachorros es otro al que no le ha ido bien en postemporadas, pues en total trabaja para efectividad de 5.11 en 12.1 capítulos, aunque no tiene victorias ni derrotas.
Ante Hendricks, el manager Dave Roberts, fatal en sus decisiones del primer juego, volverá a colocar su alineación zurda, que incluye al veterano intermedista Chase Utley y al jardinero novato Andrew Toles, regresando a la banca al boricua Kike Hernández y al cubano Yasiel Puig, quien no batea un hit en postemporadas desde el 6 de octubre del 2014. Desde entonces lleva de 14-0, con siete ponches.
El director de Chicago, Joe Maddon, también moverá su alineación por la presencia del abridor zurdo y debe enviar a la banca a Jason Heyward por el cubano Jorge Soler.
También debería ir pensando en quitarle responsabilidad a Anthony Rizzo, quien se ha multiplicado casi por cero en los playoffs, con apenas un imparable en 20 turnos (.050) y seis abanicados.
En series de playoffs, donde el pitcheo predomina, es imperativo colocar juntos en el orden al bate a los jugadores más calientes, como por ejemplo, sería muy conveniente subir al boricua Javier Baez al segundo turno, seguido de Kris Bryant como tercero.
Pero por alguna razón inexplicable, la mayoría de los mentores, cuando clasifican a los playoffs, dejan sus mejores conocimientos en la temporada regular y empiezan a cometer errores de principiantes.